lunes, 31 de agosto de 2009

Libre


Juan 8:32 (Reina-Valera 1960)


32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.


La única verdad que nos puede hacer verdaderamente libres es la libertad en Cristo Jesús. Cuando venimos a sus pies con un corazón dispuesto a dejar que sea él quien trabaje en nuestras vidas podemos lograr llegar a alcanzar la verdadera libertad y la paz que sólo podemos encontrar mediante el perdón y el amor de Cristo.


En la vida podemos llegar a pasar un sin número de situciones difíciles las cuales no logramos entender y nos preguntamos por qué tenemos que pasar por ellas. Hay procesos en nuestras vidas que son muy duros, en los cuales podríamos llegar a perder las esperanzas, las fuerzas y hasta nuestra ganas de vivir. Pero hoy quiero dejarte saber que Cristo es la verdad y la vida y que si conoces esa verdad alcanzarás la libertad que tanto necesitas.


Para poder ser libres de nuestras cadenas debemos confesar nuestros pecados ante el Señor y recibir su perdón, un perdón el cual nos fue dado por gracia cuando derramó su sangre por ti y por mí en la cruz. Otro paso muy importante lo es el perdonar y ser perdonado; peronar a los que nos han herido y marcado y perdonarnos nosotros mismos. Sé que hay heridas que son muy dolorosas, pero el perdón es la clave para ser libres...libres para amar y ser amados en Cristo Jesús.


No importa cuan grande sea o haya sido tu problema, el Señor te ha prometido estar contigo y una vez lo hayas recibido, morará en ti su Espíritu Santo quien te da las fuerzas y las herramientas para poder perdonar, amar y comprender su propósito sin hacer preguntas ni esperar respuestas.


Te invito a que seas libre en Cristo Jesús, a que camines de victoria en victoria. Eres una princesa o príncipe del Señor. Dios tiene un banquete servido en su mesa para ti, porque eres su hijo y te está esperando con los brazos abiertos, él desea ponerte nuevo calzado, nuevas vestiduras y coronarte como príncipe o princesa de Su Reino.


Sé libre, no te rindas. Ponte tu armadura y camina en fe, en victoria, en amor y en mansedumbre. Olvida todo lo que quedó atrás, pues Cristo ya lo olvidó y que el mundo pueda ver que la verdad de Cristo resplandece en ti. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

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