martes, 30 de junio de 2009

El Inmenso Amor de Dios



"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él." Juan 3:16-17




Desde el principio de la creación del mundo y del ser humano, podemos leer en la Palabra de Dios cuán grande e inmenso fue su amor por lo creado que ubicó al hombre en un lugar maravilloso, el Huerto del Edén, en donde el hombre era dueño y señor de todo lo que allí había pues Dios le había dado autoridad sobre todo. Cuando se habla del mundo, se habla de todo lo creado por Dios, pero específicamente del hombre o ser humano.




Ya sabemos que el hombre debido a la tentación de Satanás, desobedece a Dios, perdiendo entonces así todos los privilegios que le habían sido otorgados. Pero Dios, nuestro Padre y Creador, en su infinita misericordia le dió la oportunidad al hombre (nosotros) de arrepentirse de su maldad y de sus pecados sacrificando así a su único hijo el cual murió derramando su sangre en la cruz del calvario por amor a este mundo.




Él envió a su hijo a morir por ti, pero dice este texto de Juan que para poder recibir el perdón mediante ese sacrificio y alcanzar esa vida eterna hay que creer en él. Dice el texto que Dios no envió a su Hijo a condenarte, si no a ofrecerte salvación y vida. Quizás no puedes entender cuan enorme sacrificio el que hizo Dios. Quizás piensas que no eres digno de recibir ese perdón y que Dios no te ama porque vives una vida sumergida en pecado y desobediencia. Dios ama a todas sus criaturas, lo que aborrece es el pecado. Dios ama al pecador, él vino a buscar lo que se había perdido y por ello envió a su hijo a morir en la cruz.




Dios no rechaza un corazón dispuesto a hacer su voluntad y a obedecerle. Simplemente comienza dando el primer paso, reconociendo que el pecado que habita en tu ser, arrepintiéndote y aceptándole a su Hijo Jesús como tu único y personal Salvador. Del resto se encargará el Señor. El se encargará de sanar y resataurar lo que haya roto en tu vida. Sólo créele a él y alcanzarás vida en abundancia, refugio en las dificultades, paz en medio de las tormentas, susutento en tiempos de escacés y agua para saciar tu sed en todo momento. Es tan simple como abrir tu corazón y decirle: "Señor, aquí estoy, límpiame, pérdoname, estoy arrepentido de mis pecados y de ahora en adelante quiero que tu hogar sea mi corazón." Recibe su paz, recibe su amor. Dios te bendice.




Por: Enid Damaris Zamora ©

lunes, 29 de junio de 2009

Tú Tienes la LLave de Tu Bendción

"Traed todos los deizmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y PROBADME AHORA EN ESTO, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde" Malaquias 3:10

Estamos viviendo como todos sabemos en un tiempo de reseción, en donde escuchamos a diario las noticias negativas acerca de la economía en nuestro país y alrededor del mundo. Es probable que nuestra reacción humana ante este hecho sea el preocuparnos, desesperarnos y preguntarnos qué pasará ahora y cúal será nuestro futuro. Estas preguntas podrían llegar hasta a quitarnos el sueño, nuestra paz y salud emocional.

Como creyente en un Dios verdadero les puedo decir y testificar que no hay por qué temer ni desesperarse si ponemos nuestra confianza y obediencia en nuestro Jehová Yireh, nuestro proveedor. Uno de mis versículos favoritos es Proverbios 1:33 el cual dice que mientras le obedezcamos podemos vivir tranquilos y sin temor al mal. Entonces, ¿qué es lo que tenemos que obedecer? ¡Su Palabra! Él nos exhorta en Malaquias 3:10 a traer a su casa (iglesia) nuestros diezmos y nos reta a que le probemos en esto, pues él cumple sus promesas. Solamente nos pide dar el 10% de lo que recibimos, para darnos a cambio lluvias de bendiciones, él nos invita a que lo probemos en esto y nos abrirá ventanas de los cielos y derramará sobre nosotros lluvias de bendiciones hasta que sobreabunden, osea, nos dará lo que necesitamos y mucho mas para que podamos bendecir a otros.

Yo puedo testificar que lo he probado en esto y vivo en constante bendición. Le he enseñado a mis hijos que de cada dólar que reciban saquen el 10% que le corresponde al Señor. Desde que me quedé sola con mis hijos le he sido fiel a mi Dios en esto y en mi casa nunca ha faltado nada, tenemos lo que necesitamos para vivir y hasta para compartir con otros. Dios es fiel y justo. Les invito a que hagan la prueba, y les aseguro que aún sin darse cuenta estarán disfrutando de esas lluvias de bendicones.
El ofrendar a nuestro Dios y a su casa, no se trata solamente de dinero. Hay muchas otras maneras en las que puedes traer tu ofrenda ante el altar del Señor. Tu tiempo, tus talentos, tu vida en adoración, son ofrendas que agradan al Señor y las cuales suben ante su presencia como olor fragante. A veces nuestras circunstancias personales como la falta de un empleo y recursos económicos nos limitan a ofrendar al Señor como quisiéramos hacerlo. Pero el más hermoso don que puedas ejercer en la casa de Dios y donde quiera que vayas, es el don del servicio. Así que no pienses que no tienes nada que ofrendarle al Señor, él está buscando gente que le adore en espíritu y en verdad y que ofrezcan sus vidas como ofrenda. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

domingo, 28 de junio de 2009

Vive Tranquilo, No te Afanes

"25 Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?26 Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?27 ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?28 »¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan;29 sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos.30 Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe?31 Así que no se preocupen diciendo: "¿Qué comeremos?" o "¿Qué beberemos?" o "¿Con qué nos vestiremos?" 32 Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan.33 Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.34 Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas. Mateo 6:25-34


Una de las cosas que he aprendido como ya les he mencionado en reflexiones anteriores es a depender exclusivamente de la provisión de mi Dios. En este pasaje de Mateo, Jesús les está enseñando a sus discípulos a no afanarse por nada, pues el Padre celestial que conoce cada una de nuestras necesidades suplirá a sus hijos de la misma manera que le suple a las aves de los cielos.

Hoy día debido al trajín diario y a tantas responsabilidades que solemos tener, estamos de una manera o de otra amenazados a vivir la mayoría del tiempo bajo estrés. El estrés es una respuesta fisiológica, emocional y mental del cuerpo a cualquier situación que resulte nueva, amenazante, aterradora o excitante. Así que el estrés de acuerdo a esta definición se clasifica en dos tipos: el euestrés o estrés bueno y el diestrés o estrés malo, el que comúnmente se conoce simplemente por estrés. La diferencia de uno con el otro es que el estrés bueno nos permite continuar desempeñándonos de una forma positiva y no afecta nuestra salud y el estrés malo deteriora nuestra salud y nuestro desempeño.

Dios desea que todos vivamos en paz y sin preocupaciones. Los problemas y las situaciones difíciles siempre van a existir, pero nuestro Dios desea que vivamos día a día su propio afán sin preocuparnos por el día de mañana. Esto es algo que suena quizás un poco difícil ante el mundo en que estamos viviendo, pero la Palabra de Dios nunca cambia y si él nos prometió que supliría todo en nuestras vidas y que sería nuestro refugio y nuestra paz, podemos vivir confiados en que así continuará siendo. Esto no significa que no atravesaremos por momentos de estrés y por momentos de dificultades, dolor o tristezas. Pero él ha prometido que si le obedecemos y confiamos en él y le aceptamos como nuestro ayudador, salvador y redentor, estará con nosotros en todo momento ayudándonos a salir adelante.

De modo que cada vez que el jefe nos ponga en estado de "estrés", cada vez que falte la provisión y cada vez que sintamos desmayar, no dejemos de mantener nuestra mirada en Aquel que prometió que estaría con nosotros y nos supliría todo lo que necesitamos. Jehová Yireh (Proveedor) y Jehová Shalom (Príncipe de Paz), siempre estará contigo donde quiera que vayas. Recibe su paz y vive cada día a plenitud. Dios te bendice.

Por: Enid Damaris Zamora ©

Referencias acerca del estrés: Libro Ejercicio y Salud de Wernwr y Sharon Hoeger (sexta edición)

sábado, 27 de junio de 2009

Él es mi Sustento


"Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús." Filipenses 4:19


Algo que he aprendido durante los últimos cinco años de mi vida es a depender de mi Dios. He aprendido a no desesperarme cuando vienen los momentos en que se acaba el dinero o las proviciones en mi hogar. Esta semana he visto como la mano de Dios ha estado presente en todo momento supliendo cada una de mis necesidades y las de mis hijos.


Yo le creo a mi Dios y creo como dice este versículo de Filipenses que él siempre será mi sustento pues sé que él es el Rey de reyes y el dueño del oro y de la plata y que yo soy su hija, por tanto, soy una princesa heredera del reino. Así que no me afano y vivo tranquila, porque él usa hasta a las personas quien menos uno imagina para ser instrumentos de bendición.


Yo te invito a que le regales tu vida en adoración, que vivas una vida en obediencia y en santidad y te aseguro que verás su gloria y las ventanas de los cielos se abrirán y se derramará lluvias de bendiciones en tu vida. Dios te bendice.
Enid Damaris Zamora ©

viernes, 26 de junio de 2009

Jehová es mi Pastor


"Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, yen la casa de Jehová moraré por largos días". Salmo 23


El Salmo 23 es uno de mis salmos favoritos. Desde pequeña lo sé de memoria pues en la escuela bíblica teníamos que aprenderlo, así que desde pequeña a veces en mis oraciones acostumbro a recitarlo. Pero no fue hasta hace poco que mientras lo leía iba dándome cuenta de la bendición tan grande que tiene esta Palabra para nuestras vidas.


Empecé a analizarlo versículo por versículo y descubrí que realmente durante toda mi vida y duarante mis momentos de aflicción, he sido una oveja pastoreada por mi Padre celestial, el cual me ha cuidado de las garras de los lobos, el cual me ha suplido todo lo que he necesitado y cuando han venido momentos de sequías, me ha trasladado a pastos nuevos y frescos en donde he encontrado alivio y respiro en todo momento.


Me di cuenta que ciertamente me ha guiado por sendas de justicia, pues he visto como ha peleado mis batallas, dándome la victoria en todo momento. Él ha confortado mi alma, ha sido bálsamo para mis heridas en medio del dolor y la aflicción. Y he sentido la confianza de saber que él está en todo momento y que no tengo que temer. Ciertamente ha levantado mi cabeza en alto en presencia de mis angustiadores. Me ha ungido para gloria y honra suya y ha llenado mi vida y mi alma de felicidad. Y verdaderamente he visto su misericordia día a día obrando en mi vida. Jehová es mi pastor y con él nada nunca me faltará.


Cuando David escribió este salmo, él sabía muy bien lo que estaba declarando, pues él era pastor de ovejas y daba su vida por ellas. Él al proclamar a Jehová como su pastor, se colocó en el lugar de las ovejas y sabía que su Dios cuidaría de él de la misma manera que él cuidaba de sus ovejas. Te invito a que seas parte de ese redil, que permitas que el Señor sea quien pastoree tu vida y que puedas alcanzar llenar tu espíritu de nuevos pastos frescos y disfrutar de sus cuidados y de su misericordia. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

jueves, 25 de junio de 2009

La Gloria de Dios y la Honra del Hombre


¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuan glorioso es tu nombre en toda la Tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos; de la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, a causa de tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo. Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies: ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los senderos del mar. ¡Oh Jehová, Señor nuestro, CUAN GRANDE ES TU NOMBRE EN TODA LA TIERRA! Salmo 8


Indiscutiblemente.......nuestro Dios es MARAVILLOSO y así como él lo es, todo lo creado por él. Cada vez que me monto en las mañanas en mi vehículo para comenzar una nueva faena, alzo mi mirada al cielo y recuerdo este salmo tan hermoso.


Me imagino al rey David sentado debajo de un árbol o quizás desde un balcón de su palacio observando las grandezas de la naturaleza de su Dios y agradeciéndole por todas Sus maravillas. El ser humano es una de las maravillas creadas por él, el gran cierre a Su obra maestra,, al cual le entregó todas estas otras maravillas previamente creadas. Entonces me pregunto; ¿porqué no debiera el hombre recordar la gran encomienda de proteger y cuidar de todas estas maravillas?


Te invito a que alces tus ojos y veas, contemples, mires a tu alrededor y admires todo lo que nuestro Dios nos ha dado para gobernar, cuidar y disfrutar. Dios nos hizo poco menor que los ángeles, osea, nos dio poder, honra y dominio sobre todo lo creado. ¡Que gran privilegio! Ciertamente, cuan GRANDE es nuestro Dios en toda la tierra.


Enid Damaris Zamora

miércoles, 24 de junio de 2009

Una Mujer del Reino


"Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. Porque si callas absolutamente en este tiempo respiro y liberación vendrá de alguna parte para los judíos; más tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo: Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa y ayunad por mí y no comaís ni bebaís en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca." Ester 4:13-16


Wow!! ¿Pensaremos a menudo cómo nuestras desiciones o alternativas ante una situación podrían ayudar en el plan de Dios para nuestras vidas e inclusive para la de otros? Ester fue una mujer judía que llegó al trono como reina para cumplir un plan divino aún sin ella entenderlo. La vida de Ester nos enseña que Dios está más interesado en nuestro carácter y no en nuestra apariencia, nuestro dinero, o nuestros talentos. Él está buscando gente con carácter parecido al de él para poder cumplir Su propósito en la Tierra.


Mardoqueo fue utilizado como instrumento de sabiduría para impulsar a Ester a cumplir con ese plan divino, él fue claro en decirle que si ella callaba, la liberación para el pueblo judío como quiera iba a llegar de alguna otra parte, pero ella decidió romper los esterotipos, obedecer y hacer la diferencia. La historia de Ester es una de mis favoritas. Ella eligió ir por encima de una ley de hombres, para honrar y obedecer a su Dios aún sabiendo que podía perder su propia vida.


Ester fue una mujer valiente y extrema, que tomó la desición de hacer la vida de otros más importante que la de ella misma. Ella eligió ser un instrumento para que el plan de Dios se cumpliera en las vidas del pueblo judío y Dios la usó para salvar las vidas de una nación entera.


Nosotras como mujeres no tenemos que ser famosas o bellas para hacer la diferencia en este mundo. Sólo necesitamos tomar las desiciones correctas cada día, para vivir en obediencia a nuestro Dios y poder observar cuales son los resultados. Mujer, no pierdas la oportunidad de impactar para bien la vida de tu familia, amigos y la gente que te rodea, y para brindarle a tu Dios toda la Gloria y Honra a través de tu vida. Mujer... ¡Sé valiente y haz la diferencia!


Por: Enid Damaris Zamora

martes, 23 de junio de 2009

Calmando la Tempestad




"Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. Y vinieron sus discípulos y le despertaron diciendo:¡Señor, sálvanos, que perecemos! Él les dijo: ¿Por qué temeis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen? Mateo 8: 24-27




Muchas veces como cristianos pregonamos y le decimos a otros cuanta confianza tenemos en que Dios siempre está con nosotros. Navegamos por la vida seguros de que nuestra barca está segura porque su capitán tiene todo bajo control. Pero de momento, cuando menos lo esperamos, las olas comienzan a ser cada vez más altas y más fuertes, y nuestra barca comienza a tambalearse de un lado para otro. Entonces nos asombramos y nos desesperamos por que antes de sarpar habíamos visto que las condiciones del tiempo iban a estar perfectas para nuestro viaje. Pusimos toda nuestra confianza en el capitán y en el pronóstico del tiempo.




Nuestras vidas son semejantes a una barca, nosotros somos los marineros que guiamos esa barca a través del tiempo. Todo marinero se deja llevar por las órdenes de un capitán. Nuestro Capitán es nuestro Señor Jesucristo, que al igual que estuvo con sus discípulos en medio de aquella tempestad, está con nosotros dándonos el poder por medio de su sangre y su Espíritu Santo, para cuando vengan los vientos y la tempestad puedas decirles con toda autoridad que se calmen.




Ahora bien, ¿Cuán grande es la fe que tienes puesta en tu Capitán? Jesús desea siempre estar en tu barca, y si así lo crees, así es. Pero eres tú quien debes de reconocer que en medio de la tempestad no tienes porqué temer, pues él te ha dado las herramientas y el poder necesario para decirle al viento y al mar...¡Cálmate!.... Activa tu fe, enfrenta la tempestad como un marinero adiestrado por el mejor de los capitanes y recuerda...aunque pienses que el Capitán está dormido...él siempre está listo para socorrerte. Dios te bendice.




Por: Enid Damaris Zamora ©

De la Abundancia del Corazón.....


"Ningún árbol bueno da fruto malo; tampoco da buen fruto el árbol malo. A cada árbol se le reconoce por su propio fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas. El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca."Lucas 6:43-45


Día a día nos encontramos con situaciones en la vida de las cuales muchas veces nos asombramos y muchas veces aprendemos. El hombre o ser humano, dentro de su humanidad puede errar constantemente, enmendar su error y seguir adelante. Pero hay mucha diferencia entre el errar sin intención y el errar o cometer un error o inclusive herir los sentimientos de los demás deliveradamente.


Los seres humanos tenemos en nuestra boca el poder de bendecir o de maldecir a los demás, y todo lo que sale de ella nace y se desarrolla en el corazón. Este texto de Lucas nos muestra y nos enseña claramente que cuando se es sensible de corazón podemos ante una situación difícil controlar nuestra boca para que las palabras que de ella salgan sean unas de bendición y no de maldición aún cuando lo que se está recibiendo sea quizás insultos o calumnias.


Doblegar el orgullo y mantenerse en silencio no es algo fácil, pero cuando el corazón es sensible y piadoso, aún en medio del dolor y la persecusión podemos lograr que de éste fluyan a nuestra boca cosas positivas. De la misma manera, de un corazón que no es agradecido, sensible o comprensivo, brotará hacía la boca palabras ofensivas e hirientes. Así que seamos como el buen árbol y demos del fruto bueno y oremos por aquellos que quizás necesitan abonar un poco las raíces de su árbol para que éste de un buen fruto.


Por: Enid Damaris Zamora ©

domingo, 21 de junio de 2009

En él todo es nuevo


"No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad". Isaías 43:18-19


Cuando hemos sido marcados por eventos inesperados en nuestras vidas y hemos pasado o estamos pasando por procesos de transición en nuestra vida espiritual, es importante que aprendamos a vivir cada día su propio afán. Vivir recordando el pasado y las heridas que hayamos sufrido, nos retarda la bendición que Dios tiene para nuestra vida.


Debemos de aprender a confiar día a día en que cada mañana Dios abrirá ventanas desde los cielos y derramará su lluvia de bendición sobre nuestra vida y sobre nuestra casa. Si deseamos avanzar desde el nivel en que nos encontramos hacia una nueva dimensión en Cristo, debemos de dejar de hablar de lo que ya pasó y enfocarnos en el presente. Debemos sentir el amor que nos es dado y perdonar a los que nos han herido, para así alcanzar la libertad.


Él ha prometido abrir el camino en medio de nuestro desierto. En medio de ese camino cuando sientas desmayar, canta, ríe y sueña. Deja que los demás vivan su vida y vive tranquilo, preocúpate de ellos, pero ocúpate de ti y vive felíz. Deja que sea el Señor quien sane las heridas con el aceite de su Palabra. Manten tu fe y recuerda que en medio de la angustia y la soledad es donde surgen las más hermosas melodías. Deja que llueva en tu vida, lluvias de bendiciones, de sanidad y de amor y deja que las puertas de los cielos sean abiertas para ti.


Por: Enid D. Zamora ©

sábado, 20 de junio de 2009

Sólo Dios Conoce Nuestro Corazón



"Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio y poniéndola en medio le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio, y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú pues, ¿Qué dices?. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. Pero ellos, al oir esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más."
Juan 8: 3,4,5,7,9 y 10
En la vida, a consecuencia de nuestra naturaleza humana y pecaminosa, cometemos un sin número de errores y pecados por los cuales podríamos ser señalados y juzgados por otras personas que radicalmente y en una forma fácil y ligera, levantan sus manos y nos señalan con sus dedos de una manera inmisericordiosa.

Pero Jesús, al igual que estuvo con esta mujer, también está con nosotros, para recordarles que todos somos pecadores y que es él, el único que conoce realmente lo que hay en nuestro corazón. Él sabía el estado de humillación en el cual se encontraba aquella mujer y simplemente miró su corazón y le brindó amor y perdón. Ese mismo Jesús sigue hoy día junto a nosotros amándonos y perdonándonos.

Mantengamos nuestra mirada en él, quién es el único que realmente conoce los corazones, quien nos mira con amor y misericordia y nos lleva día a día en sus brazos de amor. É es quien levanta nuestras cabezas en frente de nuestros enemigos y de aquellos que nos juzgan y señalan y es él quien al humillarnos ante él, nos levanta y nos enaltece para SU GLORIA Y HONRA.

Si estás en la posición de aquella mujer, puedes venir confiado y recibir el amor y el perdón de Cristo quien sana tus heridas, y si estás o has estado en la posición de los escribas y fariseos, recibe también el perdón y el amor de Cristo y recuerda que es él quien conoce el corazón. Dios te bendice.


Por: Enid Damaris Zamora ©

viernes, 19 de junio de 2009

Una Oración Sencilla


“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.” Mateo 6:9-13


En muchas ocasiones he escuchado personas decir que no saben cómo hablar con Dios, no saben orar. También he oído personas que hacen oraciones tan extensas que pierden hasta el sentido y la esencia de lo que realmente desean expresarle a Dios. En la Palabra de Dios, Jesús da un ejemplo de lo que es una oración sencilla pero clara y directa. El mismo Jesús les dice a sus discípulos que cuando oren lo hagan en privado, a solas y en intimidad con Dios. Jesús les dice que para orar no es necesario usar muchas palabras y repetir lo mismo una y otra vez, pues antes de que le pidamos, ya él conoce cuáles son nuestras necesidades.


Jesús les enseñó una simple oración en la cual encontramos primeramente que se comienza adorando y reconociendo que él es santo y verdadero. Luego reconocemos en la oración que él es nuestro rey y que debemos obedecerle aquí en la tierra como se le obedece en el cielo. Luego de adorarle y reconocer su majestad, entonces procedemos a pedirle que nos supla todo lo que necesitamos durante el día. Le pedimos perdón por el mal que hayamos hecho de la misma manera que perdonamos a los que nos hacen mal a nosotros. Por último le pedimos que nos aparte del mal, que cuando vengan las pruebas y las situaciones difíciles, éstas no nos aparten de él, y que nos ayude a librarnos del enemigo.


Hablar con Jesús es hablar con nuestro mejor amigo, ese en el cual tenemos toda nuestra confianza y le contamos todo lo que nos sucede. Es hablar con nuestro Padre, ese que nos ama y nos protege cuando nos sentimos tristes y afligidos.
Es hermoso comenzar nuestra oración en adoración a él reconociendo su grandeza y agradeciendo todo lo que somos y poseemos. Recordemos siempre que él conoce nuestros corazones. Dios te bendice.

Por: Enid Damaris Zamora ©

jueves, 18 de junio de 2009

Un Encuentro con Jesús


"Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió a prisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido". Lucas 19: 1-10


La historia de Zaqueo es una de las historias bíblicas que más llaman mi atención, ya que envuelve varias enseñanzas hermosas. Zaqueo era un publicano, específicamente dice la Escritura que era el jefe de los publicanos y los publicanos eran las personas que se dedicaban a recaudar los impuestos de la gente, por tal razón eran odiados por todo el mundo.Así que se podrán imaginar que nuestro amigo Zaqueo no era muy querido que digamos. Pero un día algo sucedió en la vida de Zaqueo que transformó su manera de pensar y su manera de vivir. Zaqueo escuchó que a Jericó llegaba Aquel a quien llamaban Jesús y sintió el deseo de ver quién era esta persona, a pesar de su estatura que le impedía dentro de la multitud llegar hasta Jesús y poder verlo, él tenía el deseo y la disposición y se adelantó ante la gente y se subió a un árbol de sicómoro. Antes de ecribir esta nota, tuve curiosidad de saber qué tipo de árbol era el sicómoro. Para mi sorpresa descubrí que ese árbol daba un fruto que era utilizado para alimentar a los cerdos. El sicómoro representaba en aquella época y para aquella cultura "Humillación". Así que el corazón de Zaqueo estaba tan dispuesto a tener un encuentro con Jesús, que no le importó el tenerse que humillar para verle cara a cara.

El Señor conoce nuestros corazones y sabe cuando venimos ante él con el corazón y la actitud correcta para encontrarnos con él. Bueno, nuestro amigo ya está trepado en el árbol, no le importó lo que dijera la gente y se humilló para ver a Jesús. Cuando Jesús pasó por allí, levantó su mirada y dice la Palabra que Jesús le vió, Jesús le prestó atención a aquel corazón que anhelaba encontarse con él e inmediatamente le ordenó que se bajara del árbol y Zaqueo obedeció. Jesús entró en la casa de Zaqueo y compartió con él, y Zaqueo tuvo un encuentro único y personal con Jesús. Jesús le invitó a cambiar sus actitudes y su manera de vivir. El corazón de Zaqueo fue transformado por el amor de Jesús que no escatimó en ver que era un pecador, un ladrón y un opresor y le dió vida y salvación. Zaqueo se arrepintió de sus pecados y por ser obediente a la voz de Dios, encontró bendición.

Yo te invito a que si no has tenido ese encuentro maravilloso con Jesús, te subas a tu árbol, estés atento y con corazón dispuesto y seas obediente; y cuando Jesús pasé por tu lado, bajes a prisa y recibas tu bendición. La buena noticia es que no tienes que esperar a que él pase por tu lado, ya él está a tu lado, esperándote con los brazos abiertos. Zaqueo recibió libertad y hoy Dios te invita a que a través de su Hijo Jesucristo tú puedas también gozar de esa libertad.


Por: Enid Damaris Zamora Ruiz ©

miércoles, 17 de junio de 2009

La Bendición Proviene del Corazón


Mas bien, cuando te inviten, siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te invitó, te diga: "Amigo, pasa más adelante a un lugar mejor."Así recibirás honor en presencia de todos los demás invitados. Todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. Lucas 14: 10-11 NVI

Como hijos de Dios hemos sido bendecidos por los dones que hemos recibido por su gracia. Dios nos llama a servirle usando los dones y talentos que nos ha dado, pero el hecho de que pongamos nuestros dones en acción no significa que seremos bendecidos si no tenemos conciencia de que debemos usarlos con el corazón y los motivos correctos. Cuando servimos debemos servir con el CORAZÓN. No importa lo que hagas, sea enseñar, cantar, tocar un instrumento, repartir los programas, recoger las ofrendas, arreglar las sillas y las mesas, siempre debes recordar que no es el tamaño de la tarea que hagas sino el tamaño del corazón que pones en esa tarea que haces, eso es lo que lo hace hermoso para Dios. Cuando tenemos esto en mente, entonces estamos listos para la bendición y mucho más de lo que podamos imaginar. Que nuestra mirada no se aparte nunca de Aquel quien merece toda la gloria y honra de lo que hagamos. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora ©

martes, 16 de junio de 2009

Bástate en su Gracia


"Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne,, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate en mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte." 2 Corintios 12:7-10

El Apóstol Pablo nos narra en el capítulo 12 de 2 de Corintios la manera en que era molestado por un aguijón (algo punzante y doloroso), el cual le pidió a Dios que se lo quitara, pues humanamente era doloroso e insoportable. Pablo reconoció que ese aguijón le fue dado para que en su humanidad no se enalteciera y permaneciera en él su humildad. De manera que en medio de las circunstancias y de nuestros aguijones diarios, los cuales podrían tener muchos nombres, el Señor nos invita a permanecer quietos y pacientes.

Nuestras debilidades son símbolos de lo que es nuestra naturaleza humana, pero cuando reconocemos que somos débiles, el Señor actúa y activa su poder sobre nosotros. Esto significa entonces que cuando nos sentimos débiles y nos acercamos a él pidiéndole no que nos quite el problema, si no que sea él nuestro ayudador y sostén, entonces somos más fuertes.

Así que, vendrán momentos de dificultad, vendrán momentos de dolor, necesidades, persecuciones y angustias, pero en esos momentos si nos acercamos al trono de su gracia, será cuando más fuertes seamos en Cristo Jesús. No le pidas al Señor que te quite tu aguijón, pídele que te ayude a vivir con él y que en medio del proceso sea él quien se glorifique. Que su gracia sea suficiente y que su poder se perfeccione en tu debilidad. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora ©

lunes, 15 de junio de 2009

La Batalla no es Tuya

"No temas porque yo estoy contigo, no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo, siempre te ayudaré; siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. He aqui que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos, serán como nada y perecerán los que contienden contigo. Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice, NO TEMAS, YO TE AYUDO". Isaías 41:10,11 y 13

Muchas veces te sientes desmayar, la lucha interna que llevas dentro de ti no la puedes ganar con tus propias fuerzas, necesitas un ser supremo que pelee esa batalla por ti, una batalla de la cual ya tienes la victoria si eres obediente. Debes confiar y descanzar en Jehová nuestro Dios, sí, nuestro Jehová Nissi, el que pelea por nosotros y nos sostiene con su justicia. Jehová hoy te dice: NO TEMAS, YO TE AYUDO.... solo confía. Sabemos que la batalla no es fácil, pero en Cristo Jesús somos más que vencedores, pues él llevó nuestras cargas y batallas en la cruz, llevó tu confusión, tu temor, tu enfermedad, tu tristeza, tu maltrato, tu soledad, tu pobreza, etc... Todo lo llevó por amor a ti y en él hoy tienes la victoria, solo obedece, no busques explicaciones, simplemente obedece, buscale con el corazón y vivirás tranquilo y sin temor a mal. El enemigo podra rugir, pero el que está contigoo es más poderoso que él. No mires atrás, mira hacia adelante, venda tus heridas y olvida lo que la gente diga o piense de ti, que solo te importe lo que Dios piense de ti. Solo el conoce tu corazón. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora©

domingo, 14 de junio de 2009

Su Bondad te Sostiene


"Hubiera yo desmayado si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová." Salmo 27:13-14

Cuando David expresó estas palabras, él estaba seguro y confiado que en medio de su angustia era posible llegar a ver el rostro de su Dios aún estando en esta tierra donde vivimos todos. En otras palabras, quizo decir que no tenía que esperar a morir para poder ver y sentir la bondad y la misericordia de su Dios. Nosotros al igual que David podemos vivir confiados en que dentro de las circunstancias y las tribulaciones, podemos sentir el amor y la cobertura del Padre. Quizás no lo podamos ver físicamente, pero sí podemos sentir su presencia si clamamos a él. Recuerda siempre que su Espíritu Santo está presente en todo momento para ser Consuelo en medio de la aflicción. Así como nos dice David en este salmo, no desmayes, espera en él y mientras esperas, esfuérzate y mantén tu corazón alentado todo el tiempo con su Palabra. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora ©

Floreciendo en el Desierto


Floreciendo en el Desierto es el título que le di a mi testimonio la primera vez que Dios me dio la oportunidad de compartirlo en público y mediante el mismo ministrarle a un grupo de mujeres que se encontraban en un retiro. Hoy no voy a contarles el testimonio completo, pero sí deseo compartir lo que aprendí duarante ese desierto.

Hay cuatro cosas importantes con las cuales el Señor trabajó en mi vida mientras cruzaba mi desierto. La primera de ellas lo fue el perdón. Descubrí que el perdón es la herramienta primordial y esencial para comenzar un proceso de sanidad. La Palabra de Dios dice en 2 Corintios 2:11 que debemos perdonar para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros. En el proceso aprendí a perdonar de corazón y no de palabra. El perdón tiene poder para sanar nuestras heridas aún cuando pensemos que lo que nos hicieron fue injusto, pero cuando perdonamos de corazón y dejamos que sea el Señor quien pelee por nosotros y sane nuestras heridas encontramos la libertad. Nadie puede ser libre viviendo con rencor en su corazón. El perdonar es un mandato divino y la recompensa es mucho mayor. Aprendí que por mis propias fuerzas no lo podía lograr, humanamente no estamos capacitados para hacerlo, pero con la ayuda y el poder del Espíritu Santo lo podemos lograr, y yo lo logré. Para poder perdonar hay que amar, y para poder amar hay que tener a Dios en el corazón.

Lo segundo que aprendí fue a amar y a humillarme. Miqueas 6:8 dice: "Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti, solamente hacer justicia, y amar misericordia y humillarte ante tu Dios." Si quería ser libre, sabía que tenía que cumplir con su Palabra; amar aún cuando por dentro de mí sabía que no era justo, pero me rendí y me humillé ante mi Dios, reconociendo que él tenía todo bajo control y me cubría con sus alas de amor. Doblegar el orgullo y obedecer fue lo que me trajo bendición.

Lo tercero que aprendí fue a depender únicamente de Dios. Esta fue la parte del proceso más difícil. La soledad es mala y cuando estamos vulnerables y solos pueden acercarse personas con las mejores intenciones, pero si no tenemos control y desviamos la mirada de Aquel del cual debemos depender en primer lugar, podemos llegar a recibir heridas muy profundas. Aprendí durante el proceso,luego de recibir muchas heridas, que mi dependencia total es en Dios.

Lo cuarto que aprendí fue a confiar. Toda mi vida he sido cristiana y he vivido declarando que mi confianza está puesta en mi Dios. Pero a veces en nuestra humanidad el temor nos asecha y aún declarando nuestra confianza en él, vivimos con temor. Al principio del proceso, en medio de la crisis, me postré delante del Señor en el altar de la iglesia y le entregué a mis hijos, hice un pacto con Dios y le dije que se los entregaba para que los usara en el ministerio a cambio de que me diera vida y salud para poder cuidarlos y verlos crecer, pero aún así, seguía teniendo temor, hasta que un día Dios me dijo: ¿Por qué dice que confías en mí y vives con miedo?, y me llevó a Su Palabra en Proverbios 1:33 "Mas el que me oyere (obedezca), habitará confiadamente, y vivirá tranquilo, sin temor al mal." En ese momento comprendí que mientras me mantenga obediente a su Palabra no tengo por qué temer y desde entonces vivo tranquila.

Fueron cuatro años de mucho dolor y muchas lágrimas dentro del desierto, pero en todo momento estuvo la nube de Dios dirigiéndo mis pasos, la columna de fuego alumbrando mi camino, el maná del cielo alimentando mi espíritu y el agua de la roca saciando mi sed. También desde entonces han sido los años más felices de mi vida, pues es cuando más cerca he estado de mi Dios. Hoy puedo decir que en medio del dolor y la angustia mi Dios ha sido y será mi consuelo. Vivo declarando con mi boca las bendiciones y promesas que él tiene para mí y mis hijos y hoy día estoy recogiendo la cosecha que con tantas lágrimas sembré.

Decidí contarles parte de mi testimonio como comienzo de este "Blog", pues deseo que sepan cuan agradecida estoy de mi Dios y de su fidelidad, y espero que todo lo que aquí se escriba sea de edificación a sus vidas. Ciertamente todo obra para bien a los que aman a Dios.

No importa las situaciones, ni cúan grande pudiera ser el desierto que pases en tu vida, mientras confíes y le obedezcas, saldrás en victoria y llegarás renovado, con un nuevo cántico en tu boca a la Tierra Prometida. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora ©