viernes, 25 de septiembre de 2009

Renovados como el Águila


Isaías 40:28-31 (Reina-Valera 1960)


28 ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. 29 El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. 30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; 31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.


Al leer esta Palabra la cual me recuerda una vez más quién es el Dios al que le creo y sirvo, mi corazón se regocija, pues aún ante cualquier adversidad, cansancio, dolor, fatiga y desaliento podemos estar confiados que nuestro Dios tiene el poder de levantarnos y renovarnos, llenarnos de fuerzas y energías para poder seguir adelante.


Él es Jehová, Dios eterno, el cual creó los cielos y la tierra, un Dios que no se cansa, que no nos hace esperar, que está presto en todo momento a atender toda y cada una de las necesidades de su creación en la cual estamos incluidos tú y yo. Esta Palabra en lo personal es una que al leerla me llena de esperanza. Mira bien lo que te dice, lee bien cuál es la promesa que Jehová te ha hecho: "mas los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán."


El águila es un ave fuerte y poderosa, con alas capaces de levantar su vuelo hacia los lugares más altos cargando a su vez su presa que en muchas ocasiones es más pesada que ella. Cuando confiamos en Dios y en su poder, somos parecidos al águila. Dios nos renueva y nos da el poder y la fuerza de volar muy alto aún cuando nuestras cargas pudieran ser muy pesadas.


Nuestro Dios es incomparable, él nos creó y tiene poder y dominio sobre todo lo creado. Si en este día te sientes cansado, desfallecido, sin fuerzas, te invito a que le pidas a Dios que te eleve a tus alturas. Espera en él y verás como renueva tus fuerzas día a día para poder volar muy alto. Él desea que toda tu confianza esté puesta en él, que dependas de él en todo. Sólo obedece su Palabra y verás la bendición rodear tu casa y familia. Levanta tu vuelo, abre tus ojos y mira desde arriba todo lo que él tiene para ti. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

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