lunes, 7 de septiembre de 2009

Alcanzando mi Sueño



Jeremías 29:11 (Reina-Valera 1960)


11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

A todos desde pequeños nos ha encantado soñar y más aún nos encanta ver que esos sueños se hagan realidad. Pero existe una diferencia grande en soñar creyendo que nuestro sueño será realidad o soñar diciendo como escuchamos por ahí, “soñar no cuesta nada.”
En nuestra vida espiritual también solemos tener muchos sueños. Dios nos extiende un llamado para que en nosotros se cumpla ese plan perfecto que él ha diseñado para con nosotros, y dentro de ese llamado y ese plan suelen haber muchos sueños. Desde antes de nuestra formación ya tú y yo estábamos en el pensamiento de nuestro Dios, pensamientos de bienestar y la seguridad de que todo lo que soñemos alcanzar en él se haga posible.

Muchas veces las circunstancias y los procesos por los cuales tenemos que pasar y claro está, las decisiones mal tomadas que hagamos, pudieran atrasar el cumplimiento de ese sueño en nuestras vidas. Pero el Señor en su infinita misericordia nos da la oportunidad de poner en marcha el plan que él ya tiene diseñado para lograr alcanzar nuestros sueños. Los procesos por los cuales tengamos que pasar antes de ver nuestro sueño cumplido son necesarios para poder alcanzar tener un carácter parecido al de Cristo y estar preparados y pulidos entonces para cuando llegue el momento de ver el sueño cumplido.

Dios desea que todos logremos alcanzar nuestros sueños pues él desea que seamos dichosos y llenos de paz. ¿Deseas soñar y simplemente dejar que sea sólo eso, un sueño, o deseas que ese sueño se haga realidad en tu vida? No te rindas, lo que Dios te ha prometido en su Kairos (tiempo de Dios) él te lo concederá si así lo crees en tu corazón, pues cuando él te pensó, mucho antes de ponerte en el vientre de tu madre ya él tenía todos tus sueños y anhelos en sus pensamientos.
Dios desea que tengas su paz. Dios desea que tú y tu casa estén bien. Vive dedicado a Aquel que te dio la vida y para el cual no hay nada imposible. Sueña, y sueña en grande porque tus sueños serán una realidad en Cristo Jesús. ¿Lo crees? Yo lo creo. Dios te bendice.

Por: Enid Damaris Zamora ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.