miércoles, 16 de septiembre de 2009

Omnipresencia y Omniscencia de Dios


Salmos 139 (Reina-Valera 1960)

1 Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.
2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos.
3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos.
4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
5 Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano.
6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender.
7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
9 Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar,
10 Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.
11 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
12 Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
13 Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.
15 No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
17 !!Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! !!Cuán grande es la suma de ellos!
18 Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo.
19 De cierto, oh Dios, harás morir al impío; Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios.
20 Porque blasfemias dicen ellos contra ti; Tus enemigos toman en vano tu nombre.
21 ¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, Y me enardezco contra tus enemigos?
22 Los aborrezco por completo; Los tengo por enemigos.
23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos;
24 Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.


Nuestro Dios es un Dios Poderoso, el cual está presente en todo momento y en todo lugar. Un Dios que nos conoce desde muchos antes de ser formados en el vientre de nuestra madre pues él mismo nos creó y conoce cada uno de nuestros pasos y pensamientos.

Ciertamente como dice David, no podemos huír de su presencia, pues a donde quiera que vayamos ahí está él, cuidándonos y protegiéndonos. Él conoce todo acerca de nosotros, nuestros pensamientos y cada una de las palabras que saldrán de nuestra boca antes de ser dichas. Él es Jehová, él es nuestro Creador.

Es reconfortante saber que contamos con alguien que nos conoce a la perfección, alguién que está con nosotros en todo momento para guiarnos, levantarnos cuando tropezamos y amarnos y cubrirnos sin señalarnos o juzgarnos. No hay nada mejor, como dice David, saber que nos acostamos y ahí él está y que nos levantamos y sigue estando ahí.

Pidámosle a nuestro Dios que nos examine día a día, permitámosle entrar en nuestro corazón y limpiar todo aquello que no deba estar en él y que sea él guiando nuestro camino diario para poder alcanzar la victoria que ya es nuestra por la gracia de Su Hijo Jesús.


¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!


Dios les bendice.


Enid Damaris Zamora ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.