viernes, 18 de septiembre de 2009

LLamamiento a una Vida Santa


1 Pedro 1:13-16 (Reina-Valera 1960)

13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado;14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

Hay veces que el ser humano puede pensar que por sus propias fuerzas puede alcanzar lo que se propone, y la verdad es que yo he comprobado en el transcurso de toda mi vida que es imposible alcanzar aquello que tanto anhelamos, con nuestras propias fuerzas. Tenemos que entender que Dios se manifiesta en nuestras debilidades y hay que reconocer que cometemos muchas veces errores que nos desenfocan de los propósitos que el Señor tiene para nosotros, creando una barrera y frenando las bendiciones que sólo él tiene para nuestras vidas. No permitas que el enemigo te robe esa hermosa bendición que te corresponde sólo a ti.

Tenemos que ser obedientes a lo que el Señor tiene para nosotros, y confiar a ojos cerrados en cada una de sus Promesas, por que grandes cosas nos esperan cuando abrimos nuestros brazos y recibimos al Señor en nuestras vidas, dándole así, la oportunidad de que trabaje en cada una de las áreas que él sabe que necesitamos ayuda. No temas por lo que los demás puedan decir de ti, porque cuando vean que Dios ha cambiado tu lamento en baile y te ha sacado de las tinieblas dándole luz a tu vida, estoy segura que anhelarán eso mismo para sus vidas.

Aprendamos a llevar una vida sana, en unión y sobre todo en amor, amando y ayudando al prójimo, aún así, cuando nos critiquen y nos juzguen, por que esas buenas obras que hacemos hacia otras personas ya sea ayudándolos o dándoles palabras de aliento a sus vidas por medio de la Palabra del Señor, son las que agradan a nuestro Padre Celestial. Así que caminemos en santidad en el Camino que el Señor trazó en nuestras vidas, y aún cuando atravesemos situaciones difíciles no nos olvidemos que Dios nunca nos abandona. Seamos valientes y aprendamos a confiar plenamente en lo que Dios tiene para nosotros. Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

Sean bendecidos.


Por: Yomarie Rosario Centeno

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.