miércoles, 1 de julio de 2009

La Cosecha está Madura

35 Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia.36 Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor.37 «La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —les dijo a sus discípulos—.38 Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo.»
Mateo 9:35-38 NVI

El amor de nuestro Dios por todas sus criaturas es inmenso. Este pasaje de Mateo nos muestra cuan grande amor y misericordia tiene Jesús por todos nosotros. Esta estampa bíblica que muestra Mateo sigue hoy día siendo la misma. La gente anda por las calles sin rumbo y sin dirección, nos encontramos viviendo en una sociedad en la cual vivimos afanados por sobrevivir y salir adelante que muchas veces se nos olvida nuestro ser interior; ese espíritu el cual forma parte de nuestro cuerpo y necesita ser alimentado.

Jesús sintió compasión por la gente, y mientras sanaba y les predicaba el mensaje de salvación, de aliento y de vida, vio la necesidad tan grande que había de obreros con corazones sensibles y dispuestos a llevar ese mensaje de vida y esperanza. El Señor compara a la gente como ovejas frágiles e indefensas que no tienen un pastor que les guíe y las defienda. Verdaderamente el trabajo es mucho y los obreros pocos. Pero la cosecha está madura y Dios nos está llamando a recogerla.

El llamado a recoger la cosecha es para todos aquellos que tienen un corazón dispuesto a llevar a cabo la Gran Comisión (Mateo 28:19-20) que nos dejó el Señor antes de ascender al cielo. Para llevar a cabo este llamado no necesitas tener estudios especializados, estudiar en un seminario o tener un título que te autorice a hacerlo. Todas estas cosas sí son importantes, pues cuando reconocemos los dones y talentos que Dios nos ha dado es nuestro deber desarrollarlos y prepararnos, pero no son esenciales para ser un obrero de Dios y predicarle ese mensaje de salvación a tu vecino, a tu compañero de trabajo, a tu compañero de clases, a tu familia, etc.
El Señor está buscando gente compasiva y comprometida, gente sensible que desee que toda persona escuche el mensaje de salvación y lo reciba. Ciertamente la mies es mucha. Si estás dispuesto a unirte a recoger la cosecha eres bienvenido. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora ©

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