sábado, 18 de julio de 2009

Caminando sobre el problema


Jesús anda sobre el mar


Mateo 14:22-36

22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. 25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: !!Un fantasma! Y dieron voces de miedo. 27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis! 28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.


Muchas veces nuestras vidas se convierten en un mar de circunstancias inesperadas que nos revolucionan la vida como una gran tormenta. De repente estamos seguros en nuestra barca y de un momento a otro se desata la tempestad. Es entonces cuando el miedo y la inseguridad se apoderan de nosotros de tal forma que no nos permiten ver que El que está con nosotros es mucho más poderoso que esa tempestad.


En medio de la dificultad, Jesús está ahí esperando que le extiendas tu mano para ayudarte a caminar sobre tu problema. Lamentablemente muchas veces nos desenfocamos y nuestro temor nos hace dudar y comenzamos a hundirnos. Pero el Señor en su infinita misericordia te da la oportunidad de volver a confiar, extender tus brazos y alcanzar la victoria.


No sé cómo se llame tu mar de dificultades, lo que sí sé es que Jesús no es un fantasma y mucho menos está muerto. Él está vivo y quiere ofrecerte vida y vida en abundancia. No dudes, sólo confía y cuando él te llame a caminar sobre las aguas, mantén tu mirada arriba, tu cabeza en alto y tu fe activada. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.