viernes, 17 de julio de 2009

Él es nuestra seguridad y protección


Salmos 91 (Reina-Valera 1960)

Morando bajo la sombra del Omnipotente


1 El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. 2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. 3 El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora. 4 Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. 5 No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, 6 Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. 7 Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. 8 Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos. 9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, 10 No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. 12 En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra. 13 Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. 14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. 15 Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. 16 Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.


Ciertamente la Palabra de Dios es viva y eficaz y está llena de promesas que nunca expiran y están presentes en todo momento. En momentos difíciles como los que estamos viviendo a causa de situaciones económicas, revoluciones en los gobiernos, plagas y pestes como los viruses que están afectando la salud de la humanidad podemos descanzar en sus promesas.


Este salmo está lleno de promesas para tu vida, promesas de seguridad y protección las cuales debes de activar creyendo en él y en su Palabra. Ciertamente debemos nosotros tomar las precauciones debidas y mantenernos informados de todo lo que acontece. Pero debemos permanecer quietos (no desesperarnos) y confiar en que nuestro Dios es el que nos libra de toda peste destructura. Declara esta Palabra en tu vida y en tu casa, él te cubre con sus plumas y debajo de sus alas estrarás seguro.


Nuestro Dios es fiel y cumple sus promesas, él escucha a aquellos que le invocan y a él claman y les responde. Esta Palabra es fiel. Él desea saciarte de larga vida y mostrarte su salvación. No temas, en medio de todas las circunstancias por las que podamos pasar, él es nuestro Escudo Protector y nuestra Fortaleza. Él te dice en Jeremías 33:3 "Clama a mí y yo te responderé." Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

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