martes, 21 de julio de 2009

Pulido como el oro

Job 23:10-11 (Reina-Valera 1960)

10 Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro.
11 Mis pies han seguido sus pisadas; Guardé su camino, y no me aparté.


Job fue un varón recto delante de Dios el cual poseía prosperidad, era un buen padre y sacerdote de su familia. Satanás entra en la presencia de Dios haciéndole ver que Job le servía sólo por las bendiciones que Dios le daba y que si Dios se las quitaba Job se apartaría de él. Dios conociendo el corazón de Job le permite a Satanás probarlo haciéndole perder todas sus posesiones y hasta sus hijos. Pero Job se mantuvo fiel y le demostró a Satanás que él le servía a Dios de corazón y no por interés. Satanás volvió a ir delante de Dios a decirle que si le afligía el cuerpo a Job causándole enfermedad, éste le maldeciría. Dios le permitió al enemigo causarle una terrible enfermedad en donde hasta su propia esposa le aconsejó que blafemara en contra de Dios, pero Job se mantuvo sumiso.


Ciertamente Job pasó un tiempo difícil y amargo, en donde como ser humano se quejó de lo que le estaba pasando, pero en ningún momento dejó de confiar en su Dios. Muchas veces en nuestra vida pasamos por momentos terribles, pruebas que humanamente pensamos que no podemos pasar. Pero cuando reconocemos con un corazón sincero que Dios está con nosotros aunque vengan todos las pruebas o los ataques que el enemigo nos quiera bombardear, salimos victoriosos y recuperados y con muchas más bendiciones de las que teníamos antes.


Job confiaba en que Dios conocía su camino, su corazón. Él sabía que de esa prueba de fuego saldría purificado como el oro porque siguió Su camino y no se apartó de él. Hay situaciones en la vida que suelen ser muy dolorosas y difíciles y hasta casi imposibles de soportar. El enemigo nos roba y nos quita las cosas por las cuales hemos luchado y hasta a la gente que más hemos amado. Jesús, nos dijo que confiaramos pues él venció y llevó todas nuestras aflicciones en la cruz.


Job salió victorioso de su prueba. Le demostró a Satanás que su corazón era puro y que amaba a Dios por sobre todas las cosas y Dios lo bendijo y le dió más de lo que anteriormente había poseído. Aunque no entendamos el por qué de las cosas.... A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Dios les bendice.


Enid Damaris Zamora ©

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