miércoles, 8 de julio de 2009

Salmo 27


Salmos 27

Jehová es mi luz y mi salvación

Salmo de David.
1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? 2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. 3 Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado.4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.5 Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto.6 Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo;Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.7 Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo;Ten misericordia de mí, y respóndeme.8 Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová; 9 No escondas tu rostro de mí. No apartes con ira a tu siervo; Mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá.11 Enséñame, oh Jehová, tu camino, Y guíame por senda de rectitud A causa de mis enemigos.12 No me entregues a la voluntad de mis enemigos;Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes.14 Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.
Quiero compartir contigo este Salmo que ha sido mi oración durante los últimos años de mi vida. Mientras caminaba por mi desierto iba experimentando la mayoría de las cosas que menciona David en este salmo, al igual que él podía declarar con mi boca que mi Dios es mi luz y mi salvación. Pude sentir como dice este salmo, que Jehová me ocultó en su tabernáculo y sobre una roca me puso en alto. Él ha sido mi sustento. Cuando murieron mis padres, en mi humanidad sentí aflicción y desesperación al sentirme desamparada, pero he podido sentir que con todo Él me ha recogido y hasta el día de hoy a mis hijos y a mí no nos falta nada ni nos faltará.
A Jehová clamé en medio de mi angustia y Él me respondió. Si hoy te encuentras atravesando tu desierto te invito a que clames a Él pidiendo su misericordia. Sé que Él inclinará su rostro hacia ti y te responderá. Muchas veces somos señalados, perseguidos y juzgados injustamente, pero Jehová es quien levanta nuestras cabezas en alto y mientras le busquemos de corazón y le obedezcamos podremos ver su bondad. Asi que esfuérzate, alienta tu corazón y espera en Jehová. Él siempre llega a tiempo. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.