domingo, 12 de julio de 2009

En Jesús encontré la vida (Testimonio)


Romanos 10:9-13

9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. 11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. 12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.



A pesar de que llevo poco tiempo en los caminos del Señor, sirviéndole fielmente, cuando leo esta palabra me acuerdo de lo vacía que me encontraba hace unos meses atrás y recorre algo grande dentro de mí que es totalmente inexplicable. Automaticamente el Señor me deja saber que con tan sólo haber escuchado atentamente su llamado, haberle sido fiel y pedido en humildad que sanara mi vida, invocando su nombre y reconociendo que él era el único capaz de levantarme de aquella oscuridad dándole luz a mi vida, fue suficiente para quedar totalmente libre y a salvo de las ataduras que el enemigo tramaba para conmigo. Ahora le sirvo a Dios con un corazón sano y dispuesto, pidiéndole a diario que sea él poniendo palabras de vida en mi boca para ayudar a sanar a otras vidas por medio del poder y la autoridad que él Señor nos puede dar. Así que si no has tenido un encuentro real con Dios, te invito a que le des la oportunidad de ser llamado su hijo por medio de su salvación y de su misericordia, confesando con la boca todo pecado y toda necesidad, permitiéndole al Señor que sane y restaure tu vida.


No te arrepentirás de dar ese paso tan maravilloso en tu vida, sólo confía en él y verás como caerá sobre tí una lluvia de bendiciones cada día sobre ti y tu casa. Sean Bendecidos.


Por: Yomarie Rosario Centeno

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