miércoles, 22 de julio de 2009

Hacedores de Su Palabra


Santiago 1:19-27 (Nueva Versión Internacional)

19 Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse;20 pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere.21 Por esto, despójense de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles la vida. 22 No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica.23 El que escucha la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira el rostro en un espejo24 y, después de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo es.25 Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla. 26 Si alguien se cree religioso pero no le pone freno a su lengua, se engaña a sí mismo, y su religión no sirve para nada.27 La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo.


Mientras más leo la Palabra de Dios más agradecida le estoy a él de permitirme el privilegio de poder leerla, estudiarla y vivirla. En esta porción de Santiago se nos exhorta a no sólo leerla sino a ponerla en práctica.


Cuando aprendemos algo nuevo y no lo ponemos en práctica es como si nunca lo hubiéramos aprendido. Imagine a un estudiante de medicina que está durante tantos años aprendiendo tanta teoría acerca del cuerpo humano y enfermedades. Aparte de todo lo básico que tiene que aprender al respecto, también necesita aprender las técnicas y destrezas que se utilizan en diferentes intervenciones para las distintas enfermedades, etc. Imagine usted si sólo se quedara con la teoría y no lo pusiera en práctica, creo que de nada le serviría. Yo soy enfermera graduada y sé que para poder dar un buen servicio hay que poner en práctica lo aprendido.


Lo mismo sucede con la Palabra de Dios, la cual es una guía que se nos ha sido entregada para aprenderla y ponerla en práctica. Así como el médico para poder tener éxito en su carrera necesita practicar lo aprendido, también necesitamos poner en práctica lo que nos dice el Señor a través de su Palabra.


No se trata sólo de cargarla y leerla, se trata de vivirla. En ella encontramos paz, sabiduría, diligencia, amor, nos hace sensibles al dolor de los demás, nos enseña a ser siervos y misericordiosos. La Palabra de Dios nos da libertad y puede transformar un corazón de piedra en un corazón sensible.


Te invito a que seas hacedor de Su Palabra, a que encuentres en ella tu pasado, tu presente y tu futuro. Leela, escúchala y vívela. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©


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