
Romanos 12:9-21 (Nueva Versión Internacional)
9 El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien.10 Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.11 Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu.12 Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración.13 Ayuden a los hermanos necesitados. Practiquen la hospitalidad.14 Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan.15 Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran.16 Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes.No se crean los únicos que saben. 17 No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos.18 Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.19 No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré», dice el Señor.20 Antes bien, «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta.» 21 No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.
Como podemos leer en este pasaje de Romanos, Dios nos pide a través del Apóstol Pablo que nos amemos los unos a los otros con amor fraternal, amor de hermanos. Muchas veces este mandamiento se nos hace un poco difícil de llevar a cabo, pero sé que no es imposible. Amar, respetar y honrar a una persona de la cual hemos recibido heridas profundas es un gran reto,pero a través del amor y el perdón lo podemos lograr, es un proceso que quizás tome mucho tiempo, pero si tenemos un corazón dispuesto a hacer la voluntad de Dios seremos victoriosos. Por experiencia propia les puedo decir, que la satisfacción que se siente es muy grande, quizás las personas que nos han herido no lo aprecien o no lo entiendan y hasta inclusive nunca volverán a interactuar contigo, lo importante es que cumplamos con esta Palabra y de lo demás Dios se encargará.
Dios nos exhorta a ser solidarios con nuestros semejantes. En la parábola del Buen Samaritano en Lucas 10 podemos ver en acción lo que es el amor hacia nuestro semejantes, el amar a otros como a nosotros mismos, lo que es servir y tener compasión. Dios desea que seamos humildes, que dejemos a un lado el orgullo y la arrogancia y que aprendamos a vivir en amor aún con aquellos que nos ofenden y maltratan, pues con el simple hecho de perdonarlos le estamos amando y más aún nos estamos amando a nosotros mismos y liberándonos de la esclavitud del odio y del rencor. Así que la ganancia es grande para nuestras propias vidas y las de aquellos que nos rodean.
El Señor nos exhorta a hacer lo bueno en todo momento, a ser sensibles, a no ser vengativos pues él es quien pelea por nosotros. Sé que en nuestra humanidad no es fácil mantenernos callados y mansos ante los ataques, las persecusiones y difamaciones, pero nuestro Dios es fiel en su Palabra. Oremos por aquellos que nos hacen mal y descancemos en nuestro Dios. En él somos más que vencedores. Te invito a que si en algún momento tienes la oportunidad de servir o ayudar a alguna persona que te ha herido, rechazado, humillado, etc. lo hagas con el deseo, la disposición y el amor más grande que puedas tener, el de Cristo, y sé que la satisfacción que sentirás será grande y la paz que sentirás será para ti y tu casa. Bendícelos y sé que las puertas de los cielos se abrirán en bendiciones para ti y tu casa. Recordemos siempre que Dios exalta a los humildes más mira de lejos a los altivos. Dios les bendice.
Enid Damaris Zamora ©
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