viernes, 24 de julio de 2009

No tengan miedo

Génesis 50: 19, 20 y 21 (NVI)

19) No tengan miedo – le contestó José ¿Puedo acaso tomar el lugar de Dios? 20) Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente. 21) Así que ¡no tengan miedo! Yo cuidaré de ustedes y de sus hijos.


La historia bíblica de José es conocida por muchos. Desde que fuimos niños nos llevaron a conocer esta historia por la importancia que tuvo y tiene la vida de José para el pueblo de Israel y ahora para todos nosotros. Cuando apenas era una niña me cautivó esta historia por la manera en que Dios cambió la tristeza de este joven en bendición, tranquilidad y paz no sólo para él sino para toda su familia. No guardó rencor en su corazón por sus hermanos. No tuvo miedo de las circunstancias, confío en Dios.

Hoy después de muchos años, mi mirada y atención vuelven a esta maravillosa historia. José fue hijo amado y protegido por Jacob, ya que le fue dado en su vejez. Sin embargo la envidia capturó a sus hermanos y conspiraron contra él. Pensaron en matarlo, pero el propósito de Dios era otro, así que utilizó a uno de sus hermanos para que no lo mataran. De esta forma llega a Egipto donde Dios lo posicionó como la mano derecha del rey. Claro, esto después de un proceso doloroso en ocasiones, pues estuvo preso, pero un proceso de preparación de vida para lo que sería su futuro y el futuro de su pueblo.

Todo lo que le ocurrió a José fue un plan perfecto que Dios tenía trazado para su vida y gracias al carácter de José pudo ser llevado a cabo. José no se sentó a llorar, ni se hechó a morir a pesar de lo ocurrido en su vida. Permitió que aún en medio de circunstancias para él desconocidas la mano de Dios dirigiera su vida, no tuvo miedo, confío plenamente en Dios. El propósito de Dios en su vida se cumplió, libró al pueblo de Dios, a sus hermanos y padre del hambre y los posicionó en el lugar que les correspondía. Dios transformó el mal que sus hermanos quisieron hacerle en bien para lograr su propósito. ¡Aleluya! Hoy Dios nos dice:" no tengan miedo."

Aunque las circunstancias de la vida parezcan desconcertantes y/o difíciles, ¡no tengan miedo! Como hij@s de Dios tenemos la encomienda de llevar el evangelio a los necesitados, palabras de aliento a aquellos que se sienten turbados o tristes y restaurar a través de la palabra de Dios a aquellos que lo necesitan. Dios nos ha posicionado para ser al igual que José, la mano derecha del Rey. Dice la Biblia en Génesis 26:22 que “El Señor nos ha dado espacio para que prosperemos en esta región”. Con propósito Dios nos ha posicionado en nuestra región, no es casualidad el lugar donde vivimos ya sea Puerto Rico, Rusia, Nicaragua o Estados Unidos. Dios nos trajo hasta aquí para levantar su estandarte y proclamar las buenas nuevas del evangelio de Dios. ¡No tengan miedo!

Las circunstancias negativas pueden ser transformadas por la Iglesia de Dios a través del servicio y el clamor a Dios. “Dios transformó el mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: Salvar la vida de mucha gente” Génesis 50:20. Nuestra encomienda como parte del cuerpo de Cristo es ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura. Si dejamos que el miedo se apodere de nuestra mente y cuerpo jamás podremos cumplir con la encomienda de Dios para cada uno de nosotros, así que hoy Dios nos dice ¡NO TENGAN MIEDO!
Sean todos bendecidos.

Por: Débora E. Portalatín

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.