miércoles, 21 de octubre de 2009

Venciendo al Desánimo

Isaías 35:3-4 (Reina-Valera 1960)
3 Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. 4 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.


Mateo 14:27 (Reina-Valera 1960)
27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis!


Que difícil se nos hace muchas veces mantenernos animados cuando las circunstancias a nuestro alrededor y los trajines diarios nos desvanecen y nos desaniman. La palabra "ánimo"segun la RAE significa valor, esfuerzo, energía, voluntad.


Muchas veces pensamos que por ser hijos de Dios y confiar plenamente en él no podemos llegar a sentirnos desvalidos y desanimados. Deseo decirte que estamos equivocados. En nuestra humanidad es muy normal que en ocasiones nos podamos sentir de esta manera, pero, como hijos de Dios tenemos una gran ventaja y es que aún en momentos en que sentimos que las fuerzas no nos dan y sintamos desánimo y querramos salir corriendo y "tirar la toalla", sabemos que tenemos un Dios en el cual confiamos y creemos que es nuestra fortaleza y nuestro sustento.


En muchas ocasiones Jesús motivó a sus discípulos a sentirse animados y a no desanimarse. Él comprende cuando nos sentimos de esa manera y si le buscamos y le pedimos que nos renueve, él lo hace. Animarse según la definición que vimos es esforzarse, es recobrar nuestras energías, es tener la voluntad de querer avivar nuestro espíritu y recobrar nuestras fuerzas. Todo esto lo conseguimos haciendo lo que dice Su Palabra en Isaías 35, reconociendo que nuestro Dios nos salva, nos levanta y nos sostiene.


Necesitamos animarnos los unos a los otros, levantarnos las manos los unos a los otros e individualmente aunque no tengamos fuerzas, levantar nuestras manos y doblar nuestras rodillas en oración y adoración a Aquel que nos da las fuerzas y nos renueva. Así que, ¡Cobra ánimo, no desmayes! Nuestro Gran Yo Soy está con nosotros para ayudarnos.


Dios desea que sus hijos se animen mutuamente. Moisés tuvo a su lado dos personas que estuvieron presentes para levantar sus manos cuando quedaba sin fuerzas. De la misma manera, sé que podemos contar con gente que está dispuesta a ayudarnos a levantar nuestras manos y a doblar sus rodillas con nosotros.


Ánimate, esfuérzate y pídele al Señor que te llene de energías y de ánimo para continuar hacia adelante con lo que Dios ha puesto en tus manos. No permitas que el desánimo te robe tu bendición. Dios les bendice.


Por: Enid Damaris Zamora ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.