miércoles, 28 de octubre de 2009

Semillas de Amor


Marcos 4:14
El Sembrador Siembra la Palabra.

La Palabra de Dios nos trae innumerables enseñanza para ser adaptadas a nuestra vida física y para nuestra vida espiritual. Hoy quiero traer a tu atención la importancia de sembrar una semilla de amor en todo momento.

En una ocasión recibí vía correo electrónico una presentación que leía sobre una viejita que todos los días al estar en la guagua tiraba por la ventana, a la orilla del camino unas semillas. Un señor por curiosidad le pregunta que hacía y ella le contesta que riega junto al camino semillas. Él Sr. pensó que la viejita perdía el tiempo. Pasa el tiempo y un buen día, ya la viejita no estaba en su acostumbrado viaje en la guagua, el hombre que pensó que era absurdo lo que hacía, la echo de menos y preguntó al chofer, este le indico que había fallecido. El hombre se sintió triste, sin embargo su alegría fue grande cuando al observar por la ventana vio a la orilla del camino hermosas plantas con un colorido impresionante, las semillas habían germinado y hoy eran hermosas plantas que embellecían el paisaje. Al otro día y muchos días más este hombre camino a su trabajo en la guagua llevaba al igual que la viejita, una funda con semillas, para tirarlas a la orilla del camino, quería al igual que aquella anciana hacer la diferencia y sembrar semillas de amor. Ella no miraba ni analizaba el tipo de tierra en la que sembraba, sencillamente sembraba con amor en todo momento.

La porción bíblica a la cual hago hoy referencia es la Parábola del Sembrador. Todos sabemos que Jesús utilizaba el uso de parábolas para traer enseñanzas a sus discípulos. Esta no fue la excepción. En Marcos 4:1-20, nos habla del momento en que Jesús da esta palabra y luego nuevamente los discípulos preguntan por el significado de la misma, la Biblia indica: 10 Más tarde, estando ya solos, los doce y algunos otros de los seguidores de Jesús le preguntaron por el significado de aquella parábola. Entonces Jesús les contesta: 11 Les respondió: Vosotros sí podéis conocer el profundo misterio del reino de Dios. Pero a los que están fuera del reino tengo que decírselo todo por medio de parábolas, 12 porque aunque miran, no ven; y aunque oyen, no entienden ni se vuelven a Dios para que les perdone sus pecados. 13 Ahora bien, si vosotros tampoco entendéis esa sencilla parábola, ¿cómo podréis entender las que todavía tengo que contaros? 14 Mirad, el sembrador es cualquiera que proclama el mensaje de Dios. 15 La semilla caída en el camino representa a los que oyen el mensaje, pero después que lo han oído llega Satanás y se lo quita del corazón. 16 La que cayó entre las piedras son los que escuchan el mensaje con alegría, 17 pero están faltos de raíz y no tienen duración. Por eso, cuando a causa del propio mensaje llegan dificultades o persecuciones, abandonan. 18 Los espinos representan a los que escuchan el mensaje, 19 pero luego, atraídos por los encantos del mundo, los deleites de las riquezas y el codicioso afán de poseer cada vez más, no le dejan que fructifique. 20 Por último, la buena tierra representa a los que de veras escuchan el mensaje, y lo aceptan. Estos dan fruto abundante, al treinta, al sesenta y hasta al ciento por uno de lo sembrado.

Tenemos en nuestras manos la poderosa semilla del evangelio, es una hermosa semilla de amor, es la Palabra de Dios. La lectura de la palabra de Dios debe ser parte del tiempo de intimidad entre Dios y tu como individuo. El leer la palabra diariamente ampliará tu conocimiento y te llevará a conocer la verdad del evangelio. Únicamente puedes esparcir la Semilla del Amor de Dios a otros, conociendo la palabra y haciéndola parte importante de tu vida.

Al igual que aquella viejita de las que les hablé al principio, debemos diariamente sin importar tiempo, problemas personales, lugar o momento, nuestro deber ministerial es esparcir la semilla del evangelio. Verás cuando menos lo pienses que esa semilla de amor que esparciste, germinará y crecerá en amor en estas vidas que impactaste con la palabra de Dios. Para sembrar la palabra, debes tener conocimiento absoluto de la palabra, así que no te pierdas la oportunidad de congregarte para recibir discipulado y el estudio de la palabra. Sólo así estarás recolectando semillas de amor para luego ser esparcidas.

Nosotros somos quienes esparcimos la semilla del evangelio, pero tengamos presente que Dios es quien da el crecimiento, así lo dice la palabra en Santiago 1:18 “ Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas”. Y en Santiago 1:21 “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”.

Hermanos amados, nuestro deber es sembrar esa hermosa palabra de verdad, amor y vida. Dios dará el crecimiento y hará que nuestra acción de sembrar semillas de amor haga la haga crecer y sea convertida en una hermosa vida para el Reino de Dios. Sembremos con amor, no nos quedemos con lo que Dios nos ha dado, compartamos con aquellas personas que nos rodean la verdad de Cristo, para que sea sembrada en sus vidas esas Semillas de Amor, la semilla del evangelio a todos por igual.

Tu encomienda y la mía, sembrar la semilla del evangelio, llevar la palabra por todo el mundo. Comienza con los tuyos y luego esparce la semilla por todo el camino, donde quiera que estés y a donde quiera que vayas, el crecimiento lo da Dios. ¡Semillas de Amor, para gente que necesita amor! ¡Haz la diferencia! ¡Tu tierra, tu gente necesita que esa semilla de amor sea sembrada y esparcida! ¡Apodérate iglesia de lo que Dios te dio, la autoridad para hacer la diferencia!

Seas Bendecido
Por: Débora E. Portalatín Rosario

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