martes, 13 de octubre de 2009

Mi Torre Fuerte, Mi Escudo, El Dios de mi Misericordia




Salmos 61:3-4 (Reina-Valera 1960)
3 Porque tú has sido mi refugio, Y torre fuerte delante del enemigo. 4 Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas. Selah

Salmos 59:16-17 (Reina-Valera 1960)
16 Pero yo cantaré de tu poder, Y alabaré de mañana tu misericordia; Porque has sido mi amparo Y refugio en el día de mi angustia. 17 Fortaleza mía, a ti cantaré; Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia.

Como todos sabemos, David fue un humilde pastor de ovejas escogido por Dios y ungido para ser rey de Su pueblo, rey de Israel. Cuando leemos su historia en la Palabra de Dios podemos ver que David se convirtió en un gran guerrero hallando gracia y honra ante el pueblo de Israel, pueblo el cual era gobernado por el rey Saúl. Si no conoces la historia de este personaje tan importante de la Biblia te invito a que vayas a los libros de Samuel y conozcas quién fue David.


Lo que deseo enfatizar en esta reflexión acerca de David es el nivel de confianza que éste tenía en su Dios. David fue perseguido por el rey Saúl a causa de los celos de éste, estuvo en peligro de muerte en muchas ocasiones, afligido y agobiado ante una persecución sin sentido. Muchas veces de la misma manera y por muchas razones a veces ilógicas, nosotros también hemos sido o estamos siendo perseguidos. Quizás hemos sido víctimas de celos, odio, envidias, calumnias en contra nuestra, injusticias, mentiras, etc.


Me imagino la angustia y el dolor que sentía David al tener que andar escondiéndose para librarse de la muerte a causa de una persona a la cual él amaba y honraba. Si prestamos atención a estos salmos citados hoy, podemos ver que David en medio de la persecución y la angustia no dejó de adorar a su Dios. David sabía a quién clamar y él tenía la certeza de que el Dios de Israel así como estuvo con él cuando se enfrentó al gigante Goliat, también estaría con él para librarlo de aquellos que le perseguían y oprimían.


David sabía que en medio de su aflicción podía cantar y entonar alabanzas a su Dios porque él reconocía que Jehová era su refugio y su fortaleza. Reconocer en nuestras vidas en medio del dolor, la persecución y cualquier circunstancia que estemos enfrentando, que Dios es nuestra Torre Fuerte y nuestra Fortaleza nos da aliento y fuerzas para enfrentar a nuestros enemigos con nuestras cabezas en alto. Reconocer como David, que el estar en Su tabernáculo y estar amparado bajo la cubierta de las alas de Dios es algo que debilita a nuestro enemigo. Si lees la historia completa de David sabrás que el rey Saúl era atormentado por un espíritu malo el cual huía tan pronto David tocaba su arpa. El enemigo huye de ti cuando abres tu boca para decretar y declarar lo que te pertenece como hijo de Dios. El enemigo se debilita cuando abres tu boca y adoras a Dios, cuando tocas tu instrumento (si eres músico) en honor al que merece la gloria, cuando adoras en espíritu y verdad las tinieblas desaparecen porque estás renovando el propósito de todo lo que fue creado, levantar adoración a Dios aún en medio del dolor y la aflicción.


Canta del poder de nuestro Dios en todo tiempo. Proclama que él es tu fortaleza, tu refugio y el Dios de tu misericordia. Si lo ves literalmente como tu torre y tu escudo podrás ver que nuestro Dios es una gran barrera que no permitirá que nada malo te toque. Él es nuestra fortaleza, nuestro refugio y nos cubre con sus alas de amor. Dios te bendice.


Por: Enid Damaris Zamora ©

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