miércoles, 7 de octubre de 2009

Adorador sin Inhibición


2 Samuel 6:16-22 (NVI)

16 Sucedió que, al entrar el arca del Señor a la Ciudad de David, Mical hija de Saúl se asomó a la ventana; y cuando vio que el rey David estaba saltando y bailando delante del Señor, sintió por él un profundo desprecio. 17 El arca del Señor fue llevada a la tienda de campaña que David le había preparado. La instalaron en su sitio, y David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión en presencia del Señor.18 Después de ofrecer los holocaustos y los sacrificios de comunión, David bendijo al pueblo en el nombre del Señor Todopoderoso,19 y a cada uno de los israelitas que estaban allí congregados, que eran toda una multitud de hombres y mujeres, les repartió pan, una torta de dátiles y una torta de uvas pasas. Después de eso, todos regresaron a sus casas. 20 Cuando David volvió para bendecir a su familia, Mical, la hija de Saúl, le salió al encuentro y le reprochó: —¡Qué distinguido se ha visto hoy el rey de Israel, desnudándose como un cualquiera en presencia de las esclavas de sus oficiales! 21 David le respondió: —Lo hice en presencia del Señor, quien en vez de escoger a tu padre o a cualquier otro de su familia, me escogió a mí y me hizo gobernante de Israel, que es el pueblo del Señor. De modo que seguiré bailando en presencia del Señor,22 y me rebajaré más todavía, hasta humillarme completamente. Sin embargo, esas mismas esclavas de quienes hablas me rendirán honores.


Muchos de los que hemos crecido en la iglesia hemos escuchado esta historia de forma hablada y hasta cantada. Recuerdan ese corito que dice: ♫ Si el Espíritu de Dios se mueve en mí yo danzo como David, yo danzo, yo danzo, yo danzo como David, la esposa de David lo criticaba pero David, David, David, David danzaba♫

David estaba trasladando el Arca del Señor hacía la Ciudad de David y el gozo y la unción tan grande que éste tenía era tal que el Espíritu de Dios se manifestó en él en medio de su danza, en medio de su adoración a su Dios en plena calle como diríamos nosotros. David estaba concentrado haciendo aquello para lo cual él sabía que había sido creado, adorar a su Dios. Su esposa Mical (hija del Rey Saúl) al verlo lo miró con desprecio, lamentablemente ella no comprendía cuál era el propósito por el cual fue creada. Me imagino que le tiene que haber dicho hasta ridículo. Lamentablemente hoy día hay personas que al ver a un adorador adorando piensan de la misma manera que Mical.

Dios desea que Su pueblo, nosotros Su Iglesia, aprendamos a adorarle en espíritu y en verdad, sin inhibiciones, sin pensar en el qué dirán y sin vergüenza alguna. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a humillarnos por Aquel que dio su vida por nosotros? Desear estar en sus atrios, llegar hasta el Lugar Santísimo es algo que debemos de anhelar día a día, estar ante su presencia en adoración y agradecimiento, no sólo por lo que recibimos de él, si no por lo que él es.

Hoy nosotros contamos con el privilegio de ser hechos hijos de Dios, sí, un privilegio. Debemos de agradecerle día a día el haber dado su vida por nosotros y por haber rasgado el velo y darnos acceso directo al Lugar Santísimo, lugar el cual se encuentra dentro de ti, tu corazón. ¿Cuán dispuesto estás de adorar a tu Salvador sin importar lo que digan? ¿Cuán dispuesto estas a humillarte delante de Su presencia por cuanto él es digno de toda gloria, honor, poder y alabanza? Él te ha coronado como príncipe y princesa de Su Reino, así que despojémonos de nuestras coronas delante de su trono y adorémosle como él se merece.

Que no te importe lo que digan los demás, que te digan loco o loca por amor a Jesucristo es un honor. Danza, canta, grita y exalta el nombre de tu Dios. En medio de la crisis, adórale sin inhibición, en medio del caos, danza para él, en tus alegrías y tus logros, agradécele con tu adoración, pero no permitas, así como David, que nadie te robe el gozo que produce adorar a tu Dios. Recuerda que Dios honra a los que les honra y fuimos creados para adorarle a él en todo tiempo. Dios te bendice.

Por: Enid Damaris Zamora ©

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