JOEL 3:10
…diga el débil: Fuerte soy.
¡Hermoso día! Alégrate en las grandezas de tu Dios, porque te ha mirado con amor eterno y está listo para renovar tus fuerzas para que vivas en paz, reconociendo que tus fuerzas no vienen de ti, sino de Jehová tu Dios.
Te escribo desde el fondo de mi corazón, haciéndote participe de mis vivencias y mi testimonio en un momento de gran dolor. Cuando decidimos caminar sirviendo a Dios con todo el corazón, con todo nuestro espíritu y amándole sin condiciones, pasa algo. Te digo esto porque el diablo nos hace pensar que todos aquellos que escriben reflexiones o aquellos que predican la palabra de Dios, viven bien, tranquilos y sin problemas ningunos.
No es así, hoy mientras escribo, lo hago confiando plenamente en las promesas de Dios, en una situación muy difícil pero confiada en que mi Dios está a mi lado cual poderoso gigante, que su misericordia y amor me cubren en medio de todo este proceso. Si me preguntas, ¿entiendes el proceso? Tengo que contestarte que no, pero también quiero decirte que aún cuando no entiendo el proceso, se y estoy segura que Dios fortalecerá mi carácter, creyendo firmemente en sus promesas y se que ya la victoria es mía, en el nombre de Jesús.
Pero, ¿Qué sucede cuando tomas la decisión de servir a Dios con todo tu corazón y todas tus fuerzas? El enemigo de las almas se enoja, más que eso se enfurece y enfila sus cañones y fuerzas para tratar de derrotarte. Y digo tratar, porque nuestro Dios es más grande que lo que el enemigo pueda inventar para tumbarnos. Dice la palabra de Dios en Isaías 54:17 “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenará toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová”. Promesa hermosa que Dios da a todos los que ponemos nuestra confianza y esperanza en Dios Todopoderoso.
En contra de ti pueden levantarse injurias, mentiras, chismes y cuantas cosas más que el diablo puede inventar utilizando mentes débiles y desenfocadas del poder y señorío de Dios. Pero sabes que, Dios es más fuerte que todo eso, su autoridad, poder y misericordia nos cubre de todo aquello que el diablo se ha inventado para robarnos la bendición y el propósito de Dios para nuestras vidas.
Cuando las circunstancias no son favorables, cuando nuestra economía se ve afectada, cuando somos vituperados, nuestras fuerzas humanas se debilitan, nuestra mente se ocupa sólo en aquello que nos afecta. Humanamente hablando nos sentimos enfermos, sin deseos de hacer nada y todo parece oscuro. Pero si en ese instante te das cuenta de que el diablo esta jugando su juego, si te das cuenta que esta bailando su baile de derrotar al justo, te levantarás y gritarás fuerte “diga el débil, fuerte soy”, te agarrarás fuertemente de las promesas que Dios ha dado a sus hijos, verás como Dios renueva tus fuerzas y que tu debilidad humana se convertirá en fortaleza y fuerza espiritual que no hay diablo que pueda derrumbar o destruir. ¡Dios renovará tus fuerzas!
Hay una alabanza muy preciosa interpretada por Lilly Goodman que en estos días me ha fortalecido en medio de este proceso y que hoy le canto a Dios: Cúbreme, abrázame y escóndeme bajo tus alas OH señor, no me dejes ir, deja que sienta de tu gracia y de tu amor. Escucha la voz de Dios que hoy te dice dulcemente, “Estoy aquí”.
Cuando más oscura está la noche, es justo cuando va a amanecer, así que la esperanza de que Dios está peleando la batalla por nosotros está viva y latente en nuestros corazones. Cuando crees que todo esta oscuro, que no ves solución a nada, alégrate porque pronto amanecerá. En medio de todo tu proceso activa tu espíritu para que adore a Dios en todo momento, en todo lugar y en medio del desierto. Tu desierto no es permanente, Dios está a tu lado, tomando tu mano y llevándote por el camino correcto para obtener la victoria. No trates tú de luchar solo, no podrás vencer si Dios no te guía y protege tu caminar. Dios te cuidará, sentirás su abrazo, su mirada tierna y su potente voz diciendo: Hijo no estás solo, tu pelea es mía y la victoria te la doy yo, para que sirva de testimonio a aquellos que aún no han creído y confiando en mí. Soy tu Dios, soy tu protector, soy tu salvador. No lo dudes, Dios está contigo, ¡tu debilidad en las manos de Dios es fuerza, es vida, es victoria!
¡Diga el débil, fuerte soy! Dile hoy a tu problema que eres fuerte, dile hoy a tus finanzas que las pones en las manos de Dios y que eres fuerte, dile a tu situación laboral que no eres débil, que Dios te cubre, que Él tiene el control. Vive adorando a Dios por todo lo bueno y porque entiendes que ya no hay debilidad que te afecte, que eres fuerte en las manos de Dios y que nada ni nadie te apartará del amor poderoso de Dios.
Mantente fuerte, ejerce la autoridad que Dios te ha dado, ora con fe, clama a Dios en todo momento, ayuna. Recuerda que mientras más grande es el ataque del enemigo, más grande es la victoria. Ningún ataque nos va a hacer retroceder, y mucho menos destruir la obra de Dios en ti y en los tuyos. Dice la Palabra de Dios en Josué 1. 5 “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.” ¡Gloria a Dios!
Cuando sientas que el ataque del enemigo se arrecia, no luches solo, busque ayuda de otros. Habla con tus Pastores, pide ayuda en oración, háblales a tus hermanos en la fe. Dile a tus Padres Espirituales, hermanos y familia que el ataque es fuerte, necesito de ti, tu oración y clamor a Dios es necesario, te necesito. Ponte de acuerdo con tu congregación, porque la Biblia dice que donde dos o más se ponen de acuerdo, algo poderoso sucede. No luches solo, el diablo utilizo gente para atacarte, no lo hizo solo, así que tu y yo debemos buscar la ayuda que proviene de Dios, la ayuda que viene de nuestros Pastores y la ayuda que proviene de los Hijos de Dios que son nuestra congregación, nuestra familia, nuestros hermanos en la fe en el lugar de trabajo, nuestros amigos, en la unión está la fuerza. ¡Dios nos escucha! El diablo quiere que pienses que estás solo en todo el proceso, quiere que pienses que a nadie le importas, que no tienes apoyo ni quien se preocupe por ti, hay noticias para el diablo, No estamos solo, el ejército de Dios está listo para dar la pelea, tenemos gente que nos ama y que se unen para ayudarnos a orar y pedir a Dios por la situación que sea. Poderoso es nuestro Dios y la iglesia está lista para la guerra. Eres fuerte en las manos de Dios, no hay parte para sentirse débil. Joel 3:10 … diga el débil, ¡FUERTE SOY!
Recuerda que:
Salmo 91:
1 El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
3 El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
4 Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
5 No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
6 Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
7 Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
¡Bendecidos!
Por: Débora E. Portalatín Rosario
…diga el débil: Fuerte soy.
¡Hermoso día! Alégrate en las grandezas de tu Dios, porque te ha mirado con amor eterno y está listo para renovar tus fuerzas para que vivas en paz, reconociendo que tus fuerzas no vienen de ti, sino de Jehová tu Dios.
Te escribo desde el fondo de mi corazón, haciéndote participe de mis vivencias y mi testimonio en un momento de gran dolor. Cuando decidimos caminar sirviendo a Dios con todo el corazón, con todo nuestro espíritu y amándole sin condiciones, pasa algo. Te digo esto porque el diablo nos hace pensar que todos aquellos que escriben reflexiones o aquellos que predican la palabra de Dios, viven bien, tranquilos y sin problemas ningunos.
No es así, hoy mientras escribo, lo hago confiando plenamente en las promesas de Dios, en una situación muy difícil pero confiada en que mi Dios está a mi lado cual poderoso gigante, que su misericordia y amor me cubren en medio de todo este proceso. Si me preguntas, ¿entiendes el proceso? Tengo que contestarte que no, pero también quiero decirte que aún cuando no entiendo el proceso, se y estoy segura que Dios fortalecerá mi carácter, creyendo firmemente en sus promesas y se que ya la victoria es mía, en el nombre de Jesús.
Pero, ¿Qué sucede cuando tomas la decisión de servir a Dios con todo tu corazón y todas tus fuerzas? El enemigo de las almas se enoja, más que eso se enfurece y enfila sus cañones y fuerzas para tratar de derrotarte. Y digo tratar, porque nuestro Dios es más grande que lo que el enemigo pueda inventar para tumbarnos. Dice la palabra de Dios en Isaías 54:17 “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenará toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová”. Promesa hermosa que Dios da a todos los que ponemos nuestra confianza y esperanza en Dios Todopoderoso.
En contra de ti pueden levantarse injurias, mentiras, chismes y cuantas cosas más que el diablo puede inventar utilizando mentes débiles y desenfocadas del poder y señorío de Dios. Pero sabes que, Dios es más fuerte que todo eso, su autoridad, poder y misericordia nos cubre de todo aquello que el diablo se ha inventado para robarnos la bendición y el propósito de Dios para nuestras vidas.
Cuando las circunstancias no son favorables, cuando nuestra economía se ve afectada, cuando somos vituperados, nuestras fuerzas humanas se debilitan, nuestra mente se ocupa sólo en aquello que nos afecta. Humanamente hablando nos sentimos enfermos, sin deseos de hacer nada y todo parece oscuro. Pero si en ese instante te das cuenta de que el diablo esta jugando su juego, si te das cuenta que esta bailando su baile de derrotar al justo, te levantarás y gritarás fuerte “diga el débil, fuerte soy”, te agarrarás fuertemente de las promesas que Dios ha dado a sus hijos, verás como Dios renueva tus fuerzas y que tu debilidad humana se convertirá en fortaleza y fuerza espiritual que no hay diablo que pueda derrumbar o destruir. ¡Dios renovará tus fuerzas!
Hay una alabanza muy preciosa interpretada por Lilly Goodman que en estos días me ha fortalecido en medio de este proceso y que hoy le canto a Dios: Cúbreme, abrázame y escóndeme bajo tus alas OH señor, no me dejes ir, deja que sienta de tu gracia y de tu amor. Escucha la voz de Dios que hoy te dice dulcemente, “Estoy aquí”.
Cuando más oscura está la noche, es justo cuando va a amanecer, así que la esperanza de que Dios está peleando la batalla por nosotros está viva y latente en nuestros corazones. Cuando crees que todo esta oscuro, que no ves solución a nada, alégrate porque pronto amanecerá. En medio de todo tu proceso activa tu espíritu para que adore a Dios en todo momento, en todo lugar y en medio del desierto. Tu desierto no es permanente, Dios está a tu lado, tomando tu mano y llevándote por el camino correcto para obtener la victoria. No trates tú de luchar solo, no podrás vencer si Dios no te guía y protege tu caminar. Dios te cuidará, sentirás su abrazo, su mirada tierna y su potente voz diciendo: Hijo no estás solo, tu pelea es mía y la victoria te la doy yo, para que sirva de testimonio a aquellos que aún no han creído y confiando en mí. Soy tu Dios, soy tu protector, soy tu salvador. No lo dudes, Dios está contigo, ¡tu debilidad en las manos de Dios es fuerza, es vida, es victoria!
¡Diga el débil, fuerte soy! Dile hoy a tu problema que eres fuerte, dile hoy a tus finanzas que las pones en las manos de Dios y que eres fuerte, dile a tu situación laboral que no eres débil, que Dios te cubre, que Él tiene el control. Vive adorando a Dios por todo lo bueno y porque entiendes que ya no hay debilidad que te afecte, que eres fuerte en las manos de Dios y que nada ni nadie te apartará del amor poderoso de Dios.
Mantente fuerte, ejerce la autoridad que Dios te ha dado, ora con fe, clama a Dios en todo momento, ayuna. Recuerda que mientras más grande es el ataque del enemigo, más grande es la victoria. Ningún ataque nos va a hacer retroceder, y mucho menos destruir la obra de Dios en ti y en los tuyos. Dice la Palabra de Dios en Josué 1. 5 “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.” ¡Gloria a Dios!
Cuando sientas que el ataque del enemigo se arrecia, no luches solo, busque ayuda de otros. Habla con tus Pastores, pide ayuda en oración, háblales a tus hermanos en la fe. Dile a tus Padres Espirituales, hermanos y familia que el ataque es fuerte, necesito de ti, tu oración y clamor a Dios es necesario, te necesito. Ponte de acuerdo con tu congregación, porque la Biblia dice que donde dos o más se ponen de acuerdo, algo poderoso sucede. No luches solo, el diablo utilizo gente para atacarte, no lo hizo solo, así que tu y yo debemos buscar la ayuda que proviene de Dios, la ayuda que viene de nuestros Pastores y la ayuda que proviene de los Hijos de Dios que son nuestra congregación, nuestra familia, nuestros hermanos en la fe en el lugar de trabajo, nuestros amigos, en la unión está la fuerza. ¡Dios nos escucha! El diablo quiere que pienses que estás solo en todo el proceso, quiere que pienses que a nadie le importas, que no tienes apoyo ni quien se preocupe por ti, hay noticias para el diablo, No estamos solo, el ejército de Dios está listo para dar la pelea, tenemos gente que nos ama y que se unen para ayudarnos a orar y pedir a Dios por la situación que sea. Poderoso es nuestro Dios y la iglesia está lista para la guerra. Eres fuerte en las manos de Dios, no hay parte para sentirse débil. Joel 3:10 … diga el débil, ¡FUERTE SOY!
Recuerda que:
Salmo 91:
1 El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
3 El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
4 Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
5 No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
6 Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
7 Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
¡Bendecidos!
Por: Débora E. Portalatín Rosario
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