lunes, 19 de octubre de 2009

Todo Tiene su Tiempo


Eclesiastés 3:1-15 (Reina-Valera 1960)

1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. 2 Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; 3 tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; 4 tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; 5 tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; 6 tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; 7 tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; 8 tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz. 9 ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana? 10 Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. 11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. 12 Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; 13 y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor. 14 He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres. 15 Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.


Durante los últimos años de mi vida he pasado por distintos procesos que verdaderamente me han ayudado a entender cuan verdadera es esta Palabra. Realmente me he podido dar cuenta y crear conciencia que la Palabra de Dios es viva y eficaz y no se equivoca, porque ciertamente todo en esta vida tiene su tiempo perfecto.

Muchas veces ante nuestra humanidad no podemos o no logramos comprender el por qué de tantas circunstancias por las cuales tenemos que atravesar en nuestras vidas, nos desesperamos y mucha veces nos desanimamos porque no logramos entender el Kairo de Dios (tiempo de Dios). Pero cuando le pedimos sabiduría y entendimiento a nuestro Dios él nos capacita para poder ser entendidos y comprender que para cada momento de nuestras vidas, sean buenos o sean difíciles, hay un tiempo determinado. Un tiempo para aprender a depender de él, un tiempo para crecer en él, un tiempo para formar un carácter parecido al de Jesús.

En ocasiones como dice este pasaje no logramos entender los procesos por los cuales pasamos, pero en todos ellos y en su tiempo perfecto ha habido un propósito y un fruto el cual ha valido la pena el tiempo esperado. En lo personal he podido experimentar, así como dice el versículo 12 que no hay nada mejor que alegrarnos en todo tiempo y bajo cualquier circunstancia, pues mientras confiemos en nuestro Dios podemos vivir confiados que lo que hayamos pasado, ya estaba escrito en el plan que él tenía para con nosotros con un propósito, para bien nuestro y que aún lo que falta por ocurrir ya es un hecho, pues forma parte de ese plan. También tengo la certeza de que Dios es un Dios restaurador y lo que pasó, ya pasó. En nuestras manos está si el plan de Dios para nuestras vidas se cumple. Recordemos siempre que Dios nunca se atrasa ni se adelanta, él siempre llega a tiempo y todo es mejor en su tiempo. Dios les bendice.

Por: Enid Damaris Zamora ©

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