Una de las cosas que he aprendido como ya les he mencionado en reflexiones anteriores es a depender exclusivamente de la provisión de mi Dios. En este pasaje de Mateo, Jesús les está enseñando a sus discípulos a no afanarse por nada, pues el Padre celestial que conoce cada una de nuestras necesidades suplirá a sus hijos de la misma manera que le suple a las aves de los cielos.
Hoy día debido al trajín diario y a tantas responsabilidades que solemos tener, estamos de una manera o de otra amenazados a vivir la mayoría del tiempo bajo estrés. El estrés es una respuesta fisiológica, emocional y mental del cuerpo a cualquier situación que resulte nueva, amenazante, aterradora o excitante. Así que el estrés de acuerdo a esta definición se clasifica en dos tipos: el euestrés o estrés bueno y el diestrés o estrés malo, el que comúnmente se conoce simplemente por estrés. La diferencia de uno con el otro es que el estrés bueno nos permite continuar desempeñándonos de una forma positiva y no afecta nuestra salud y el estrés malo deteriora nuestra salud y nuestro desempeño.
Dios desea que todos vivamos en paz y sin preocupaciones. Los problemas y las situaciones difíciles siempre van a existir, pero nuestro Dios desea que vivamos día a día su propio afán sin preocuparnos por el día de mañana. Esto es algo que suena quizás un poco difícil ante el mundo en que estamos viviendo, pero la Palabra de Dios nunca cambia y si él nos prometió que supliría todo en nuestras vidas y que sería nuestro refugio y nuestra paz, podemos vivir confiados en que así continuará siendo. Esto no significa que no atravesaremos por momentos de estrés y por momentos de dificultades, dolor o tristezas. Pero él ha prometido que si le obedecemos y confiamos en él y le aceptamos como nuestro ayudador, salvador y redentor, estará con nosotros en todo momento ayudándonos a salir adelante.
De modo que cada vez que el jefe nos ponga en estado de "estrés", cada vez que falte la provisión y cada vez que sintamos desmayar, no dejemos de mantener nuestra mirada en Aquel que prometió que estaría con nosotros y nos supliría todo lo que necesitamos. Jehová Yireh (Proveedor) y Jehová Shalom (Príncipe de Paz), siempre estará contigo donde quiera que vayas. Recibe su paz y vive cada día a plenitud. Dios te bendice.
Por: Enid Damaris Zamora ©
Referencias acerca del estrés: Libro Ejercicio y Salud de Wernwr y Sharon Hoeger (sexta edición)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.