lunes, 31 de agosto de 2009

Libre


Juan 8:32 (Reina-Valera 1960)


32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.


La única verdad que nos puede hacer verdaderamente libres es la libertad en Cristo Jesús. Cuando venimos a sus pies con un corazón dispuesto a dejar que sea él quien trabaje en nuestras vidas podemos lograr llegar a alcanzar la verdadera libertad y la paz que sólo podemos encontrar mediante el perdón y el amor de Cristo.


En la vida podemos llegar a pasar un sin número de situciones difíciles las cuales no logramos entender y nos preguntamos por qué tenemos que pasar por ellas. Hay procesos en nuestras vidas que son muy duros, en los cuales podríamos llegar a perder las esperanzas, las fuerzas y hasta nuestra ganas de vivir. Pero hoy quiero dejarte saber que Cristo es la verdad y la vida y que si conoces esa verdad alcanzarás la libertad que tanto necesitas.


Para poder ser libres de nuestras cadenas debemos confesar nuestros pecados ante el Señor y recibir su perdón, un perdón el cual nos fue dado por gracia cuando derramó su sangre por ti y por mí en la cruz. Otro paso muy importante lo es el perdonar y ser perdonado; peronar a los que nos han herido y marcado y perdonarnos nosotros mismos. Sé que hay heridas que son muy dolorosas, pero el perdón es la clave para ser libres...libres para amar y ser amados en Cristo Jesús.


No importa cuan grande sea o haya sido tu problema, el Señor te ha prometido estar contigo y una vez lo hayas recibido, morará en ti su Espíritu Santo quien te da las fuerzas y las herramientas para poder perdonar, amar y comprender su propósito sin hacer preguntas ni esperar respuestas.


Te invito a que seas libre en Cristo Jesús, a que camines de victoria en victoria. Eres una princesa o príncipe del Señor. Dios tiene un banquete servido en su mesa para ti, porque eres su hijo y te está esperando con los brazos abiertos, él desea ponerte nuevo calzado, nuevas vestiduras y coronarte como príncipe o princesa de Su Reino.


Sé libre, no te rindas. Ponte tu armadura y camina en fe, en victoria, en amor y en mansedumbre. Olvida todo lo que quedó atrás, pues Cristo ya lo olvidó y que el mundo pueda ver que la verdad de Cristo resplandece en ti. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

domingo, 30 de agosto de 2009

Los Propósitos de Dios en Medio de las Tormentas


Los Propósitos de Dios en Medio de las Tormentas

Jesús calma la tempestad
(Marcos 4.35-41)
Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?

Muchas veces nos azotan fuertes tormentas en nuestra vida. Dios lo permite para purificarnos. Cuando estamos en medio de tormentas o adversidades, comienza a salir todo lo que hay en nuestro corazón.

Uno de los propósitos de Dios es acercarnos más a Él. Dios anhela que tengamos una relación íntima con Él. Así Él hará florecer la esperanza y la fe en medio de un mundo indiferente y desilusionado.

Él no quiere que seamos religiosos: Dios quiere que tengamos convicción. Cuando nuestra fe está centrada en la Palabra de Dios, no hay tormenta que nos derribe, pues sabemos y confiamos en que Él es nuestro refugio y la fuente de nuestra fortaleza.

Muchas veces Él nos deja que pasemos por esas tormentas para que aprendamos el secreto de la consolación. Y cuando nosotros, con Su ayuda, podamos manejar las situaciones difíciles que lleguen a nuestra vida, entonces podremos ayudar y consolar a otros que están en pruebas y sufrimientos. Pero solos no podemos.

La tormenta no es para hundirnos; es para santificarnos y que aprendamos la lección que Dios nos está dando a través del dolor. De nosotros depende que obtengamos la victoria.

Tenemos que pelear la batalla de la vida. Dios no quiere que seamos unos fracasados: Él nos hizo para seamos vencedores, no perdedores. Tenemos que ponernos la armadura de Dios, para resistir todos los dardos del enemigo, que sólo vino a matar, a destruir, a atribularnos y a decirnos en la mente que no podemos.

Pero con Cristo, que es nuestra Torre Fuerte, nuestro Consolador, nuestro Guía, nuestro refugio: ¡SI PODEMOS! ¡Él nos dará la victoria y seremos más que vencedores! (Romanos 8:28)

¡A ÉL SEA TODA LA GLORIA Y TODA LA HONRA! AMÉN.

Ramona Montalvo (Moncha) ©

sábado, 29 de agosto de 2009

Cerca de Ti

Cerca de Ti

Salmos 84 (Reina-Valera 1960)
1! Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! 2 Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. 3 Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.4 Bienaventurados los que habitan en tu casa; Perpetuamente te alabarán. Selah 5 Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos. 6 Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques. 7 Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion.8 Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración; Escucha, oh Dios de Jacob. Selah 9 Mira, oh Dios, escudo nuestro, Y pon los ojos en el rostro de tu ungido.10 Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad. 11 Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad. 12 Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía.

Qué hermoso y reconfortante es tener la seguridad de que nuestro Dios nos escucha y nos sostiene en todo tiempo. Anhelar estar alto, muy alto cerca de nuestro Dios, así como las aves tienen sus nidos cerca de él, allá en sus alturas debemos desear estar.

Este salmo es una oración de anhelo por disfrutar de la presencia de Dios y su cobertura. ¿En dónde más si no en su Casa, en sus Atrios, podríamos encontrar la fuerza y la paz que tanto anhelamos? Cuando buscamos Su presencia y ponemos en Él nuestras fuerzas somos bienaventurados, somos bendecidos y cuando tengamos que atravesar los problemas y circunstancias negativas, Él será nuestro sostén y nuestra fuente de vida.

Este salmo declara que es mejor estar un día en sus atrios que mil fuera de ellos; esto significa que es mejor disfrutar de Su fortaleza y cobertura que andar sin rumbo y sin esperanza. El hombre que confía en Jehová, en el Gran Yo Soy, halla dicha, halla gozo y halla paz. ¡Jehová de los ejércitos, dichoso el hombre que en ti confía!

Te invito a que hagas de este salmo una oración y que anheles día a día estar en sus atrios lleno de Su presencia. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora ©

viernes, 28 de agosto de 2009

Descansando en Él


Descansando en Él
Mateo 11:28 (Reina-Valera 1960)

28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Luego de un día pesado y cargado lo que nuestro cuerpo nos pide en descanso, una buena cama y a dormir se ha dicho. ¿Cuántos se han sentido así? Pero que desesperante es cuando llegamos y además del día de trabajo nos esperan un sin número de responsabilidades más por realizar y ese anhelo por llegar a nuestra camita se frustra. Cuando al fin llegamos a nuestra cama logramos sentir una sensación de alivio, paz y tranquilidad. De igual manera cuando alguien nos ofrece ayuda en alguna de esas responsabilidades para así poder irnos a descansar se lo agradecemos de todo corazón por habernos “salvado la vida”.

En nuestra vida espiritual pasa de la misma manera y a veces esa carga espiritual que llevamos se hace tan pesada que nos afecta física y emocionalmente. Cuando Jesús hace este llamado a descansar en él, es porque él sabe cómo nos sentimos. Él conoce nuestras luchas y nuestras circunstancias. Pero qué bueno es saber que él ha prometido ser nuestro ayudador.
Jesús llevó todas nuestras cargas y momentos de dificultad en la cruz y el descanso que él nos ofrece es uno de índole espiritual, él nos ofrece paz y descanso ante toda circunstancia adversa que podamos estar pasando. Sólo necesitamos reconocer que él es nuestro refugio y que él desea que vayamos ante él confiados en que él nos aliviará nuestra carga.

Muchas veces nos sentimos así, cargados y cansados, pero si permitimos que eso se apodere de nuestro espíritu podríamos llegar al desánimo y dejar de confiar en Aquel que ha prometido ser nuestro sustento. Así que seamos obedientes y obedezcamos Su llamado a ir donde él y depositar en él todas nuestras cargas. Él es nuestro sustento, él es nuestra fuerza y en él podemos encontrar alivio y paz ante las adversidades. Declara que este día será bueno y descanso en él y recibe su paz. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora ©

jueves, 27 de agosto de 2009

¿Conoces a Dios?


Salmo 23

Jehová es mi pastor y nada me faltará; en lugares de delicados pastos
me hará descansar, junto a aguas de reposo me pastoreará.

El Salmo 23, conocido por todos desde la niñez. Lo recitamos de memoria sin entender el significado ni la profundidad del mismo. Muchos de los que hoy leen esta columna deben haber ido a la iglesia más de una o dos veces en su vida. Tal vez otros, como yo; nacimos y crecimos visitando la iglesia junto a nuestros padres. Y eso esta bien, pero realmente ¿Conocemos a Dios? ¿Conoces tú a Dios?

Desde el principio, Dios es Dios. A través de toda la Biblia podemos ver el poderío de Dios, sus milagros, sus promesas cumplidas y su gran amor por toda la humanidad. La Biblia nos presenta a Dios tal cual es, sin embargo no nos percatamos de lo grande que es todo lo que ahí escrito está. Leemos por leer, escuchamos predicaciones de variados temas, pero en realidad ¿te has tomado el tiempo para conocer a Dios?

El conocer a Dios va más allá de ir al templo, compartir con los hermanos en la fe y vivir haciendo lo correcto. El conocer a Dios es entender el poderío de nuestro Rey. El conocer a Dios es vivir creyendo en Él, aun cuando las circunstancias son adversas, es descansar en sus promesas en medio de los problemas. Es vivir sabiendo que nuestro Dios es maravilloso y que su poder es más grande de lo que nuestra mente puede pensar. El conocer a Dios es orar creyendo que Él nos escucha, que su oído esta presto para nosotros y que contestará nuestras peticiones en el momento de Él, en el momento justo y preciso.

Conocer a Dios requiere de compromiso, fidelidad y dedicación. Requiere de calidad de tiempo, de adorarle, de entregar nuestras vidas en sus manos sin reparos y sin condiciones. Es saber que en medio del desierto, Él Dios Grande y Poderoso esta ahí con nosotros. Es gozarnos porque cuando todos nos dejan, cuando los amigos se alejan, Dios muestra su fidelidad con nosotros y nos dice al oído Yo estoy contigo, no te dejaré. Es reconocer que si dedicamos nuestro tiempo a servir a Dios, a la casa y a nuestros hermanos sentiremos como Dios reina y vive en nuestras vidas. Conocer a Dios es vivir en el gozo del Señor.

¿Conoces a Dios? Quiero presentarte al Dios que yo he conocido. Al que amo con todo mi corazón, al que cambio mi lamento en baile y quien le dio dirección a mi vida. ¡Dios de provisión!, ¡Dios de amor! ¡Dios misericordioso! ¡Aleluya!

Soberano - Dios es el poder soberano de todo el universo. Efesios 1, Romanos 9.
Omnipresente - Dios está presente en todas partes. “¿A dónde me iré de tu espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiera a los cielos, allí estás tú; y si en el seol hiciera mi estrado, allí tú estás” (Salmos 139:7-8).

Omnisciente - Dios conoce todas las cosas. “Pues aún no está la palabra en mi lengua y ya tú, Jehová, la sabes toda” (Salmos 139:4).

Omnipotente -Dios es todo poderoso. “—Yo soy el Dios Todopoderoso…” (Génesis 17:1). “Una vez habló Dios; dos veces he oído esto: que de Dios es el poder” (Salmos 62:11).

Sin cambios - Dios no cambia su persona, naturaleza, propósito o planes. “Porque yo, Jehová, no cambio…” (Malaquías 3:6). “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos” (Hebreos 13:8).

Santo - Dios es sin pecado, absolutamente puro. “Santos seréis, porque santo soy yo, Jehová, vuestro Dios” (Levítico 19:2).

Justo - Dios es justo e imparcial en juicio. “Es un Dios de verdad y no hay maldad en él; es justo y recto” (Deuteronomio 32:4).

Fiel - Dios mantiene sus promesas y es absolutamente digno de confianza. “…él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2:13).

Bueno - Dios es bueno, amable y desea tu bien. “Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras” (Salmos 145:9).

Misericordioso- Dios muestra misericordia a la toda la humanidad. ¡Jehová! ¡Jehová! Dios fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira y grande en misericordia y verdad, que guarda misericordia a millares. (Éxodo 34:6-7).

Amor - Dios es amor. “El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor” (1 Juan 4:8).

Infinito - Dios no está sujeto a las limitaciones naturales ni humanas. No está sujeto a las limitaciones del espacio. “Pero ¿es verdad que Dios habitará sobre la tierra? Si los cielos, y los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta Casa que yo he edificado?” (1 Reyes 8:27).

Hoy te reto a que tomes de tu tiempo y conozcas a Dios, no te vas a arrepentir. Él hoy extiende su mano para bendecirte. ¡Sean bendecidos!

Nota: Características de Dios fueron obtenidas de http://www.hijodedios.com/


Débora E. Portalatín ©

miércoles, 26 de agosto de 2009

Tu Palabra me Purifica


Tu Palabra me Purifica

Salmos 119:9 (Reina-Valera 1960)
9 ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.


Todos sabemos que vivimos en tiempos difíciles, tiempos en donde aún a los adultos se les hace difícil mantenerse firmes, consagrados y libres de faltas. ¡Cuánto aún más difícil debe ser para nuestra juventud! Pero es mi deseo traerte un mensaje de esperanza y decirte a ti joven, que aunque veamos tantas cosas negativas sucediendo a nuestro alrededor, Dios ha prometido guiarte por un camino limpio, un camino bueno.

Como ya hemos visto, la Palabra de Dios está llena de muchas promesas para nuestras vidas, promesas para traernos bendición y consejos llenos de sabiduría para poder caminar por ese camino limpio. Sabemos que nuestra juventud es constantemente atacada por el enemigo, ofreciéndoles miles de cosas negativas que en el mundo puedan hallar, las cuales les arrastran a una vida llena de pecado, dolor y sin esperanzas.

Dios nos ha dejado Su Palabra para que sea nuestra guía, nuestro libro de instrucciones, en donde podemos encontrar la fórmula correcta y exacta de cómo limpiar ese camino. Sumergidos en la Palabra, haciéndola propia y declarándola en nuestras vidas, esa es la manera eficaz de mantener nuestro camino limpio y bueno. Te dice a ti joven esta Palabra en Eclesiastés 12 que te acuerdes de tu Creador en los días de tu juventud antes de que vengan los días malos. No permitas que las circunstancias se te salgan de las manos, con Dios tienes el poder de controlarlas. Podemos disfrutar de una vida plena siendo hacedores de Su Palabra, guardándola en nuestro corazón para así cuando venga la tentación poder vencer.

Todo se nos es permitido más no todo nos conviene (1 Corintios 6:12). Vivir una vida íntegra desde la juventud, con valores cristianos y morales nos garantiza para el futuro hogares estables y emociones sanas. Joven que lees: disfruta tu juventud, sé libre de vivir a plenitud y gozar de la vida, pero no apartes tu corazón de esa Palabra, la cual te ayudará a mantener tu camino recto y limpio. Mantente puro para Aquel que reina en tu interior, que los demás puedan ver en ti la luz que irradia desde tu interior, la luz que sólo da el guardar Su Palabra. Lámpara es a tus pies Su Palabra y lumbrera a tu camino (Salmo 119:105) para que cuando llegue la oscuridad no tropieces.

¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu Palabra Señor nuestro. Dios les bendice.

Enid Damaris Zamora ©
24/ago/2009

martes, 25 de agosto de 2009

¿Qué necesitas para triunfar?


Deuteronomio 31:8

Y Jehová va delante de ti; Él estará contigo, no te dejará,
Ni te desamparará; no temas ni te intimides.

Hoy quiero hablarle directamente a tu corazón y a tu mente. ¿Por qué no vemos más allá de nuestros ojos terrenales? ¿Por qué vivimos derrotados? ¿Por qué nuestros sueños son tronchados? Si la palabra de Dios es fiel y verdadera y sus promesas son decretos reales de nuestro Rey y Señor. Agárrate de la Palabra de Dios, Jehová va delante de ti, Él está contigo y no te dejará nunca.

Desde niños nos preguntaban ¿Qué vas a ser cuando seas grande? La respuesta fluía naturalmente, doctor, maestro, policía, lo que nos naciera del corazón. Fuimos creciendo y con los años los sueños fueron cambiando de color. Permitimos que las circunstancias o situaciones de la vida nos troncharan los sueños y poco a poco se fue el deseo de soñar, con ellos se fue la ilusión de un mejor mañana.

Las situaciones difíciles o problemas troncharon todo aquello que para nosotros alguna vez fue importante. Nos dejamos llevar y cuando abrimos los ojos nos hicimos viejos y seguimos sin permitir que nuestros sueños dejen de serlo para ser una linda realidad. ¡Basta Ya!

El enemigo utiliza armas que para todos son conocidas, ¡cuidado! Armas como los son el miedo, la angustia y desesperación nos destruyen. Cada una de estas armas atacan tu mente y tu corazón paralizando tus sueños, anhelos y deseos de un futuro mejor. Astuto al fin, el enemigo busca quitarnos el deseo de vivir y de triunfar en la vida. Oye, ¡despierta Dios está a tu lado! Deposita todos tus miedos en las manos del Señor. No permitas que a través de las situaciones difíciles de la vida, la angustia y la desesperación paralicen tu vida y afecten tus decisiones. Pon tu confianza en Jehová, declara victoria en tu vida y ora buscando siempre la perfecta voluntad de Dios. Comienza a moverte en fe y verás como la bendición de Dios empieza a moverse en ti.

Permite que Dios renueve tu mente, hay que borrar todo aquello que nos separa de Dios y que no nos permite crecer espiritual, física o mentalmente. Comienza por cambiar tu mente negativa por una mente positiva. En medio del problema siempre debes estar atento a la voz de Dios. No te desenfoques Dios obrará milagrosamente para que tu problema se disuelva ante tus propios ojos. Recuerda, el diablo trabaja en la mente ociosa, nunca piensen negativamente, ni dejes divagar tu mente. Lo próximo que debes hacer es entrenarte diariamente, como quien se entrena para la carrera de su vida, lee libros que te edifiquen, trabaja sirviendo en la Casa, lee y estudia la Palabra de Dios, saca tiempo para intimar con Dios a través de la oración y la alabanza, busca alcanzar tus metas y vive sirviendo a Dios.

¡Es el tiempo de la bendición! ¡Es el tiempo de tu bendición, búscala y alcánzala! Es hora ya de dejar de lamentarnos por lo que no pasó. Es momento de andar con el Señor, por el Señor y para el Señor. El trabajo es mucho y los obrero son pocos. Atrévete, lánzate y trabaja para el Reino. Si sigues a Dios, si sigues sus mandamientos, si trabajas sirviendo a la Casa en la que Dios te ha puesto verás como todo cambiará, tus sueños los podrás alcanzar, volverás a ver que la vida tiene sentido y sentirás la paz y la presencia de Dios. Sentir la presencia de Dios en ti es la experiencia más hermosa que vivirás, sentirás como día a día te acaricia, te mima y te ama. Jehová va delante de ti; Él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides. ¿Qué necesitas para triunfar? Creer con todo tu corazón que ya Dios perdonó tus pecados, que el Gran Yo Soy va delante de ti, que no te dejará nunca y que te respaldará en todo. ¡Lindo día y bendiciones!

Débora E. Portalatín ©

lunes, 24 de agosto de 2009

Promesas de Vida


Salmo 5:11-12


¹¹ Pero alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo
para siempre, porque tú los defiendes;
en ti se regocijen los que aman tu nombre.
¹² Porque tú, OH Jehová, bendecirás al justo;
como con un escudo lo rodearás de tu favor.

Al despertar cada mañana debemos hacerlo con alegría, por la misericordia de Dios abrimos nuestros ojos, respiramos y tenemos un día más para adorarle. Vivimos tan de prisa que se nos olvida que sólo por el amor y la misericordia de Dios tenemos vida. El sólo pensar que Dios te permite vivir debe provocar alegría, la alegría de vivir.

¿Alegría de vivir? Pensarás que eso no es posible. El futuro parece desconcertante, todo parece ser contradictorio y aunque parece que luchas, dirías que lo haces en contra de la corriente. Sólo detente a pensar en las promesas de Dios para ti. Piensa que aunque todo parezca difícil, Dios tiene el control. Piensa que aunque los problemas parezcan ahogarte, Dios es tu sostén y tu ayuda. Deposita tu confianza en Dios y ten fe en Él. Dios nunca falla.

Hoy te pido que medites en estas promesas y reflexiones en el poder de Dios:

© Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo que es honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mi, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. Filipenses 4:8-9

© Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, que habéis de comer o qué habéis de beber; ni por nuestro cuerpo, que habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?... Y por el vestido, ¿Por qué nos afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aún Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Mateo 6: 25, 28-29
© Más yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se alegrará en tu salvación. Cantaré a Jehová, porque me ha hecho bien. Salmo 13:5-6

© Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo OH Jacob y formador tuyo, OH Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegará. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Isaías 43:1-2

© Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos. Salmo 146:8

© Tú eres mi refugio, me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás. Salmo 32:7

© Cuando yo decía: mi pie resbala, Tu misericordia, OH Jehová, me sustentaba. Salmo 94:18

© La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella. Proverbios 10:22

© Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. Salmo 46:10

© Echa sobre Jehová tu carga, y el te sustentará; no dejará para siempre caído al justo. Salmo 55:22

© Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado; alejarás de tu tienda la aflicción. Job 22:23

© El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende. Salmo 34:7

© Y Él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. Éxodo 33:14

© Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud. Salmo 143:10

© Nuestra alma espera a Jehová; nuestra ayuda y nuestro escudo es Él. Salmo 33:20

© Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con Él. 2 Crónicas 16:9

Dios es fiel y nos ama tanto que a través de toda su Santa Palabra, nos dejó promesas para que vivamos confiados en Él. Lee la Biblia, verás como día a día las palabras que hay en ella cobran vida para impartirte paz, amor, fe y esperanza.

Declara que de hoy en adelante nada será igual, vivirás confiando en las promesas de Dios para ti y tu casa. Declara que eres feliz en el nombre de Jesús y que todas tus situaciones por difíciles que sean las dejarás a los pies del Maestro. Declara que al despertar cada mañana lo harás feliz, sabiendo que tienes a Dios de tu lado y que todo, todo obra para bien, para aquellos que le aman. Confía y cree en sus promesas, verás milagros en tu vida.

¡Bendecidos!




Débora E. Portalatín ©

domingo, 23 de agosto de 2009

Viendo con el corazón lo que los ojos aún no ven


Hebreos 11:1 (Reina-Valera 1960)

1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Juan 11:40 (Reina-Valera 1960)
40 Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?

Muchos de los procesos por los cuales pasamos en nuestras vidas conllevan dolor, soledad, confusión y hasta amargura. Pero hay una gran diferencia entre pasar a través de esos procesos por nuestra propia cuenta y pasar por ellos bajo el amparo de Dios.

Dios desea que toda nuestra confianza y nuestra fe estén puestas en él. Dice Hebreos 11:1 que la fe es creer que todo lo que esperamos ver aunque no lo veamos físicamente es un hecho en el nombre de Jesús, es saber que eso que estamos esperando y que aún no vemos está hecho. Muchas veces como seres humanos que somos nos desesperamos durante la espera de ese milagro o de ese sueño que estamos esperando y muchas veces si no nos mantenemos firmes y agarrados del manto de Jesús, nuestra fe pudiera menguar y podríamos hasta renunciar a todo lo que soñamos y anhelamos e incluso hasta a aquello que Dios nos ha prometido y aún no llega.

Para poder ver todo eso que esperamos en nuestras vidas hace falta perseverancia y comprender que el tiempo de Dios no es igual que nuestro tiempo y que cuando pensamos que él se ha olvidado de nosotros y guarda silencio es cuando más está trabajando en nuestras vidas. Dios desea enseñarnos muchas cosas durante ese periodo de espera. A nadie le gusta esperar y si había alguien desesperado en esta vida, esa era yo. Pero a través de los procesos por los cuales he tenido que pasar, he desarrollado paciencia y tolerancia. ¿Cómo? Teniendo un corazón dispuesto a dejar que Dios trabaje conmigo, confiando en que la obra que él comenzó la va a terminar y manteniendo mi mirada en él.

A veces muchos de los milagros que estamos esperando son imposibles si los vemos con nuestros ojos carnales. Es entonces donde realmente tenemos que activar nuestra fe. Para Dios no hay nada imposible. Él puede convertir un corazón de piedra, en uno de carne. Él puede restaurar un hogar destruido que ante los ojos del ser humano no tiene esperanza, él puede restaurar la relación de un padre que ha maltratado a su hijo. En fin, para Dios no hay nada imposible. ¿Cómo se logra todo esto? Buscando día a día el rostro del Señor, confiando sinceramente y de corazón que él lo puede hacer, entregándole a él nuestras emociones y nuestra mente para que sea él quien los domine y teniendo la confianza de que él está con nosotros en todo momento.

Dios tiene un plan perfecto ya hecho para nosotros desde entes de nacer, él nos formó desde el vientre de nuestra madre (Salmo 139:13) y aunque no entendamos muchos de los procesos dolorosos por los cuales a veces es necesario que pasemos, todo tiene un propósito. Él nos dice en Jeremías 33:3 que si clamamos a él, él nos mostrará cosas grandes y ocultas que no conocemos. Hay miles de promesas en Su Palabra que nos confortan y nos hacen ver que nuestro Dios es Poderoso y Verdadero y todas ellas son nuestras.

Nuestro Dios nos ha prometido ir delante de nosotros y no desampararnos, sólo necesitamos ser valientes y creer que él cumplirá su propósito en nosotros. Así que confiemos plenamente en él, que nuestra fe sea tan grande que mueva las montañas y que podamos ver con nuestro corazón y nuestros ojos espirituales lo que aún los físicos no pueden ver. Declara con tu boca lo que estás esperando. Tu milagro viene de camino, mantente firme y disfruta tu victoria. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora ©

sábado, 22 de agosto de 2009

Venid y Adoremos



Juan 4:23-24 (Reina-Valera 1960)

23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Tener una experiencia día a día de adoración y poder entrar ante su presencia es la experiencia más hermosa que he vivido. Cuando nuestro espíritu se conecta con el Espíritu Santo y logramos entrar al Lugar Santísimo en adoración a nuestro Rey todas las murallas se derrumban ante la alabanza y la adoración que nace de nuestro corazón.

Desde pequeña he tenido el privilegio de poder adorar a mi Dios a través del canto y la música, dedicándole alabanzas en adoración a él. Hay muchas maneras en las cuales podemos llegar ante la presencia de Dios en adoración, pero lo más importante no es la manera cómo lo hagamos. Podemos cantar hermoso, danzar, tocar instrumentos y muchas otras maneras a través de las artes que son utilizadas para adorarle. Pero también hay otras formas de llegar al Padre en adoración y una de ellas es a través de nuestra obediencia.

Dios desea bendecirnos cada día y en todo momento y desea que nuestra adoración sea una sincera que fluya desde nuestro espíritu y desde nuestro corazón. Él está buscando adoradores que comprendan que la adoración que él desea sea una en espíritu y en verdad y en todo tiempo, en la angustia y el dolor, en la paz y la felicidad.

Como antes mencioné, vivir una experiencia de adoración es una experiencia única. Yo deseo vivir para él y por él, y estar ante su presencia. El poder mirarle a la cara y adorarle cara a cara es mi sueño y es mi meta, poder decirle de frente cuanto le amo y cuan agradecida estoy de que me haya permitido ser una adoradora. Lo único que necesitamos es un corazón dispuesto y puro.
Te invito a vivir esa experiencia de adoración al máximo. Nuestro Dios es merecedor de toda alabanza y toda adoración. Que tu adoración sea tu ofrenda que suba hacia su trono como olor fragante y que lluvias de bendiciones sean derramadas sobre ti.

“Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. Porque él es nuestro Dios; nosotros el pueblo de su prado y ovejas de su mano.” Salmo 95:6-7.

Dios les bendice.


Enid Damaris Zamora ©

viernes, 21 de agosto de 2009

Fiel Amor


Isaías 54:10

¹º Aunque se cambien de lugar las montañas y se tambalearen las Colinas,
No cambiará mi fiel amor por ti ni vacilará mi pacto de paz. –dice el Señor, que de ti se compadece.

Fiel amor el de Dios por todos sus hijos. Isaías, Profeta de Dios habla a Sión y le consuela a través de su palabra. Palabras de consuelo, de amor y de esperanza. La palabra de Dios es viva y eficaz y cobra vida a través de los tiempos para hablarnos a nosotros, su pueblo en este tiempo. Es impactante como hoy, año 2009 leemos la Biblia y ésta nos reconforta en medio de toda situación y dificultad, aún cuando sabemos que fue escrita mucho tiempo, antes de nuestra existencia.

Dios muestra su amor por nosotros en todo momento, Él nunca ha cambiado su propósito, la Biblia es clara y precisa cuando afirma “Porque de tal manera, amó Dios al mundo, que dio a su único hijo para que todo aquel que crea no se pierda más tenga vida eterna”. El amor de un padre por sus hijos es fiel, puro y sin barreras.

Honro a mi Padre terrenal en todo tiempo. He visto como a través de su vida ha demostrado su amor por nosotros sus tres hijos y luego fue extendido el mismo al resto de la familia que con los años llegó. Amor que nunca tuvo condiciones, amor que en momentos se vio quebrantado por nuestras decisiones, pero amor Fiel. En tiempos difíciles, mi padre siempre estuvo a nuestro lado, fortaleciendo en todo tiempo y cubriéndonos en oración a Dios. Como Padre terrenal logro su propósito en la vida, aún sigue orando por nosotros y abrigándonos con su bendición, pero hoy me da una gran enseñanza, ¿Cuál? ¡Su fiel amor!

¿Cuánto más fiel puede ser el amor de Dios? Dios es amor, Dios es fiel, Dios es compasivo, es eterno, Él es Dios. La fidelidad de Dios es eterna, aunque nosotros no lo seamos. Desde el principio de la creación y a través de toda la Biblia vemos demostrada la fidelidad de Dios por su pueblo. El pueblo de Israel muchas veces se reveló en contra del escogido de Dios para su tiempo y por lo tanto en contra de Dios. Claro que su rebelión tuvo consecuencia pero, nuevamente Él gran yo soy, Dios fiel, perdonaba su rebelión y demostraba su gran y fiel amor por su pueblo escogido. Génesis 28:15 nos dice, “He aquí yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra, porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”.

Sabes, aunque nuestras montañas nos muevan lejos de Dios, aunque nuestros sentimientos y temores nos hagan tambalear, Dios muestra su fiel amor por nosotros y nos dice hoy, “Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan” Isaías 58:11. Nunca nos deja, siempre nos cuida y jamás, entiende, JAMÁS nos faltará. Él es nuestra esperanza de vida, es nuestra fuerza y nuestro sostén. Es nuestro consuelo en momentos difíciles, es nuestra alegría en momentos de paz. Él es nuestro Consolador, Dios fiel, Dios de amor ¡Aleluya!

Aunque te hayas apartado del amor de Dios, aunque hayas tomado decisiones que hoy acarrean consecuencias negativas para tu vida, aunque le hayas dado la espalda a Dios, Él es fiel. Por cuanto es fiel, te dice a través de su palabra en el Salmo 117:3 “Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia y la fidelidad de Jehová es para siempre”. Humíllate ante Dios, ora con corazón puro y sincero y pide perdón por tus pecados. Ahora levántate, honra a tu Dios, congrégate y sirve en la Casa. Saber que Dios es fiel y que su misericordia nos ha alcanzado es motivo de alabanza, adoración y agradecimiento. Dios les bendice.


Débora E. Portalatín ©


jueves, 20 de agosto de 2009

La Semilla Bien Sembrada da Buen Fruto


Proverbios 22:6 (Reina-Valera 1960)

6 Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.

Esta es una de las promesas bíblicas más hermosas que Dios les ha dado a cada padre y a cada madre. La Palabra de Dios es verdadera y fiel y yo puedo dar testimonio de ser fruto de esta promesa gracias a Dios y su infinito amor. Tuve el privilegio de nacer y crecer en un hogar cristiano, en donde fui instruida por mis padres en los caminos del Señor. Crecí viendo como mis padres honraban al Señor y le servían, viendo su compromiso y dedicación hacia Dios y la iglesia. Gracias a Dios le doy por mis padres que sembraron en mí esa semilla y por su misericordia que ha estado presente en todo momento de nuestras vidas. Para lo gloria y honra del Señor puedo testificar de sus grandezas y agradecerle por unos padres que me enseñaron el temor (respeto) a Dios, la obediencia y lo que es servirle a él y hoy día esa promesa es una realidad en mi vida, pues ya estoy un poco “viejita” y a él gracias le doy que me he mantenido fiel en su camino.

¿Pero, qué sucede cuando esa semilla ha sido sembrada en el corazón de un niño y llega el momento que quizás en su juventud y adultez vemos que se encuentra apartado del camino? Dice la Palabra de Dios que el enemigo (Satanás) vino a matar y a destruir, y él va a buscar todas las maneras posibles de adueñarse de las emociones y los pensamientos de estos jóvenes que quizás no teniendo la madurez espiritual necesaria desvían su mirada del fundamento ofrecido en su hogar, debido a un sin número de circunstancias que hoy día podemos visualizar en nuestra sociedad.

La buena noticia para estos padres que han sembrado esa semilla y hoy día sus hijos se encuentran alejados del Señor es que la Palabra de Dios no miente, es verdadera, justa y fiel. Cada ser humano es un ser único y especial, con emociones, situaciones, vivencias a las cuales yo llamo “historia” y muchas veces se hace necesario pasar por ciertos procesos para crecer y madurar. Lo importante de esto es, que Dios escucha las oraciones de los padres y que esta promesa de Proverbios 22:6 es real. Y que esa semilla que fue sembrada germinará para gloria y honra de Dios y el fruto será bueno. Así que si eres una madre o un padre que estás empezando a criar a tus hijitos, te invito a que seas obediente a esta Palabra y verás la bendición de Dios sobre tus hijos, tus nietos y todos los demás que Dios te permita ver.

Esa semilla que fue sembrada en mi corazón germinó para gloria y honra de mi Dios, al cual le agradeceré eternamente haber nacido en el hogar que nací. Para aquellos que no tuvieron este privilegio, hay esperanza, pues nuestro Dios es un Dios de amor y misericordia y hoy desea que decidas andar en ese camino y siembres también esa semilla en tu corazón y en tu hogar.

Tengo dos hijos hermosos, uno de 11 años y otro de casi 10, y me siento la madre más feliz del planeta al saber que esa semilla que yo recibí de mis padres la he sembrado en ellos, los he puesto en las manos de nuestro Dios y sé que serán hombres sanos y felices y llenos del amor de Dios y que cuando vengan los momentos difíciles en sus vidas, sabrán en dónde buscar refugio pues a su corta edad ya ellos reconocen hacia dónde tienen que mirar…. hacia las alturas, hacia su Padre celestial quien no los deja y los cubre con sus alas de amor.

Instruir a nuestros hijos en los caminos del Señor es enseñarles a amar a Dios por sobre todas la cosas, a reconocer que él envió a su hijo Jesús a morir por sus pecados y a darles vida eterna. Es enseñarles a perdonar a los que los hieren, a ser misericordiosos, a ser discípulos del Señor y a servir a sus semejantes y a amarlos como a ellos mismos.Todas estas cosas y muchos valores más que encontramos en la Palabra de Dios, ayudarán a forjar su carácter como el de Jesús. Sembremos en nuestros hijos el mensaje de Vida, Amor y Esperanza que es en Cristo Jesús y veremos que los frutos serán buenos, serán de primera calidad para que puedan disfrutar de una vida plena. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora ©

miércoles, 19 de agosto de 2009

Vivamos en Luz y Seamos Luz


Lucas 11:33-36 (Nueva Versión Internacional)


33 »Nadie enciende una lámpara para luego ponerla en un lugar escondido o cubrirla con un cajón, sino para ponerla en una repisa, a fin de que los que entren tengan luz.34 Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero si está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad. 35 Asegúrate de que la luz que crees tener no sea oscuridad.36 Por tanto, si todo tu ser disfruta de la luz, sin que ninguna parte quede en la oscuridad, estarás completamente iluminado, como cuando una lámpara te alumbra con su luz.»


Es Jesús quien está hablando en este pasaje, y pienso que el mensaje está bastante claro y preciso. El Señor nos muestra mediante esta comparación que la luz de nuestro cuerpo son nuestros ojos. Nuestra luz espiritual ciertamente es nuestra visión, la cual usamos para ver todo aquello en lo cual nos fijamos ya sea que nos edifique o no; osea lo bueno y lo malo. Nuestro cuerpo debe ser modelo de lo que es tener una vida espiritual sana y de lo que es ser un buen discípulo de Jesús.


Si permitimos que por nuestros ojos entren cosas que no nos edifican ni le agradan a Dios, nuestro espíritu se aflige y nuestro cuerpo lo modela con acciones no agradables. Nuestro cuerpo refleja lo que nuestros ojos reciben. No podemos pretender ser luz para alumbrar en las tinieblas si lo que entra a nuestro cuerpo por medio de nuestros ojos son tinieblas.


La luz de los hijos de Dios debe de estar sobre la mesa, lista en todo momento a alumbrar a aquellos que desean salir de las tinieblas a la luz. Muchas veces así como dice este pasaje en el versículo 35 podríamos pensar que la luz que pensamos que estamos irradiando es la correcta. Es por eso que cada día debemos pedirle al Señor que nos examine así como David le pedía que lo examinara y viera si había en él camino de perversidad. Debemos mirar día a día nuestro corazón y examinarnos nosotros mismos para estar seguros que verdaderamente es la luz de Cristo la que estamos mostrando al mundo.


Seamos lámparas llenas de luz a un mundo en tinieblas. Que lo que miren nuestros ojos sean aquellas cosas que nos edifiquen y nos hagan crecer cada día más como discípulos de Jesús. Que podamos lograr reflejar con nuestros cuerpos que todo lo que entra por nuestros ojos es luz y no tinieblas. Que nuestras vidas sean unas radiantes y llenas de iluminación para todo aquel que necesite luz en medio de su oscuridad. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

martes, 18 de agosto de 2009

Amor Incalculable


Juan 3:16-17 (Reina-Valera 1960)

16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.


El amor de Dios por la humanidad es tan grande que aún sin ser merecedores del mismo él lo mostró sacrificando a su Hijo Jesús por todos nosotros. La frase "de tal manera" muestra que ese amor es un amor que no se puede medir, un amor infinito del cual no somos dignos por nuestra naturaleza pecaminosa. Pero Dios es un Dios de amor y misericordia, que nos entregó a Su único Hijo para que fuéramos salvos y más aún, poder llegar hasta su Lugar Santísimo en adoración.


Dice el versículo 17 que Jesús no fue enviado al mundo para condenarlo, sino para darle vida por medio de su salvación. Dios es tan misericordioso que no hizo excepción entre su pueblo judío y el resto de la humanidad. Esa salvación fue y es para todos y su sangre derramada nos limpia de todo pecado.


La misión de Cristo en este mundo fue glorificar al Padre por medio de todas las cosas que hizo, pero su misión más importante fue mostrarnos el gran amor del Padre al cargar todas nuestras culpas y dolencias en la cruz del Calvario. Todo por cuanto podamos pasar en esta vida, lo pasó Cristo primero en aquella cruz. Es por eso que él conoce cada lágrima que podamos derramar en medio de nuestras pruebas y cada dolor que podamos sentir en medio de nuestras enfermedades.


Jesús quiere darte vida. Él desea que sepas que él es el único que realmente conoce tu corazón y que si le clamas con fe, él te responderá. No hay pecado más grande que otro pecado, no hay categorías para los pecados, y no importa cuán indigno te puedas sentir, si tan sólo crees en tu corazón que él es el Hijo de Dios el cual murió por ti en la cruz, recibirás su perdón, su Espíritu Santo para consolarte y fortalecerte y una Vida Eterna en Cristo Jesús.


Este evangelio es real y verdadero. La sangre de Cristo es vida y él puede hacer que de un vaso viejo y roto se forme una vasija nueva y útil en sus manos. ¿Deseas sentir paz en tus tormentas, deseas sentir ríos de agua pura en medio de tus sequías? Sólo cree que él salva, vive y reina y recibe su salvación.


Si eres una persona que ya tienes el privilegio de gozar de una vida plena en Cristo Jesús, te invito a que no te quedes callado. La cosecha hace tiempo que ya está madura y este mensaje de salvación hay que pregonarlo. Levántate y anuncia todo lo que Dios ha hecho contigo. Para esparcir esta semilla lo único que necesitas es un corazón dispuesto y lleno del amor de Dios, de lo demás se encargará él. Dios les bendice rica y abundantemente.


Enid Damaris Zamora ©


lunes, 17 de agosto de 2009

Ha llegado un Nuevo Día


Salmos 118:24 (Reina-Valera 1995)


Este es el día que hizo Jehová; ¡nos gozaremos y alegraremos en él!


¡Este es el día que hizo mi Señor para alegrarme y gozarme en él! Esta es una de las exclamaciones más poderosas que pudiéramos hacer cada día al abrir nuestros ojos. La Palabra de Dios dice que las misericordias de Dios para con sus hijos son nuevas cada día. Dios hizo cada día para que lo viviéramos a plenitud, para disfrutar de sus bendiciones y aprender de cada circunstancia que traiga cada nuevo día.


Esta exclamación es una declaración de agradecimiento a nuestro Dios por permitirnos vivir un día más para disfrutar de sus grandezas, un día más en donde él ha prometido estar con nosotros cubriéndonos con su Santo Espíritu. También, esta declaración es un grito de victoria. Estamos declarando que hemos vencido al enojo, a la tristeza y que estamos dispuestos a vivirlo alegres y gozosos no importando las circunstancias que pudieran surgir.


Cada nuevo día es un regalo que Dios nos da para amar, para compartir con nuestros seres queridos, para llegar hasta nuestro lugar de trabajo y mostrarle a los demás el gozo de nuestro Dios, aunque quizás las circunstancias a nuestro alrededor digan que no hay motivos para estar gozosos. El simple hecho de haber podido abrir nuestros ojos un día más es motivo suficiente para alegrarnos en él y agradecerle su amor y sus misericordias.


Te invito a que cada día te levantes y declares con tu boca que "este es el día que hizo el Señor para mí, para gozarme y vivir agradecido de sus bendiciones y de su amor." Dios no rechaza un corazón agradecido y tenemos tantas razones para darle gracias y gozarnos en él. Sus bendiciones son infinitas, si intentáramos contarlas no acabaríamos nunca. Te invito a que vivas cada día a plenitud en el gozo de nuestro Señor, agradeciendo tanto lo positivo como lo negativo y confiando en que él abrirá las ventanas de los cielos para derramar sobre ti y tu casa lluvias de bendiciones.


¡ESTE ES EL DÍA QUE HIZO JEHOVÁ; NOS GOZAREMOS Y ALEGRAREMOS EN ÉL! Les deseo un lindo y muy bendecido día lleno de gozo y júbilo, y que la paz de nuestro Señor Jesucristo sea sobre cada uno de ustedes. Dios les bendice.


Enid Damaris Zamora ©

domingo, 16 de agosto de 2009

¿Quién Soy?

Génesis 1:26-27

26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó.
Juan 1:12
Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios.

Estas son preguntas fundamentales que todas las personas se hacen en determinados momentos de su existencia. ¿Por qué nací?, ¿Cuál es mi propósito en la vida?, ¿Quién soy?, ¿Qué importancia tiene mi vida? Buscan su identidad a través de los estudios, trabajos o por su familia. Buscan ser reconocidos por el hombre en diferentes campos como lo son la política, su profesión o hasta por el dinero y propiedades que poseen. Pero, ¿será esa la forma correcta de buscar su identidad o de ser reconocidos en la tierra? Hoy quiero que reflexiones sobre lo que es tu vida, hasta donde has llegado y porque estas aquí.

Hay una canción famosa que dice “Caminante no hay camino, se hace camino al andar…” Qué tipo de camino trazamos y lo difícil que pueda ser caminarlo lo determina el propio ser humano. Al final de los días lo que quedará en el recuerdo de las personas será tu aportación a la familia, a tu comunidad y a la sociedad en general. Tú con tus hechos decidirás si esos recuerdos son buenos o malos.

Solo piensa y reflexiona…
La Biblia señala:
1. ¿Por qué nací? - Jeremías 1:5 “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones”.
Por difícil que parezca Dios determinó que nacieras y pensó en ti antes de formarte en el vientre de tu madre. Él tiene propósito para tu vida, ¡Eres hijo de Dios!


2. ¿Cuál es mi propósito? En Puerto Rico, Estados Unidos, Nicaragua o Afganistán, Dios te colocó ahí con un propósito. En Dios no hay casualidades, tu vida fue cuidadosamente trazada por Él. Colosenses 1:16 “Porque en Él fueron creadas todas las cosas; las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades: todo fue creado por medio de Él y para Él.
Si quieres conocer el propósito de Dios para tu vida, comienza por conocer a Dios, establece una relación directa con Dios. Lee la Biblia, saca tiempo para adorarle, congrégate en una iglesia de sana doctrina y vive buscando su voluntad para tu vida. Si haces estas cosas verás como fluye en ti el propósito de Dios para tu vida. Encontrarás el sentido de tu vida y serás feliz.


3. ¿Quién soy? – 1 Pedro 2:9 “Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncies las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Eres el escogido de Dios para estos tiempos, sólo necesitas rendirte a Él. Eres Hijo de Dios, Juan 1:12 “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”.


4. ¿Qué importancia tiene mi vida? Génesis 1:26-27 “26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó”.
Tu vida tiene importancia porque desde el principio de la creación Dios determinó que tuvieras dominio sobre todas las cosas creadas por Él. Te dio la encomienda de vivir en Él, para Él y por Él. Que el propósito de Dios para la vida del hombre ha cambiado, Sí. Sin embargo tenemos la esperanza que unidos en amor, oración y palabra de Dios puedes comenzar a darle la importancia que Dios tiene para tu vida. En el corazón de Dios tu vida siempre ha sido importante. Por eso te cuida tanto. ¡Eres importante para Dios!

Él Gran Yo soy, te escogió a ti para nacer, crecer y vivir conforme su corazón. No te desanimes, aunque las circunstancias parezcan adversas, tristes o sin remedio, no es así. Eres especial en las manos de Dios, eres un Ministro del Reino y eres su voz audible para las naciones. Una cosa es bien importante que entiendas, que seas quien seas Dios te trajo hasta aquí con un propósito determinado y especial. No eres un “ups” en la vida, eres escogido por Dios para sanar a los quebrantados de corazón, para restaurar y para servir a Dios, a la iglesia y a tus hermanos. Eres ser especial, escogido por Dios y para Dios. Eres hecho a su imagen y semejanza, para que señorees sobre la tierra. ¿Quién Soy? La próxima vez que te hagas esa pregunta, grita al Norte, al Sur, al Este y al Oeste: ¡SOY HIJO DE DIOS!

¡Eres Bendecido!

Por: Débora E. Portalatín Rosario ©

sábado, 15 de agosto de 2009

Cosa Nueva

Isaías 43:19 (Reina-Valera 1960)

He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.

Isaías 43:19 (Nueva Versión Internacional)

¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados.


A lo largo de nuestras vidas podemos vivir un sin número de experiencias que muchas veces nos cambian la vida radicalmente. Estas experiencias pueden ser positivas o negativas. Cuando estas experiencias negativas llegan a nuestras vidas se convierten en crisis, cambios en nuestras vidas que al momento sentimos que todo se viene abajo y no logramos ver la luz al final del camino. Cada crisis vivida conlleva un tiempo de recuperación, en el cual debemos de poner de nuestra parte para poder salir adelante. ¿Pero qué pasa cuando nos quedamos estancados en la misma posición y no continuamos la marcha? Creo que a lo mejor no logramos entender que algo positivo va a surgir de esa situación.

Dios desea que en medio de la crisis miremos su rostro, él nos ha prometido estar con nosotros para ser nuestro consuelo en medio de la dificultad. Él desea que entendamos que lo que ya pasó, pasó y que él tiene el poder de hacer con esa situación algo nuevo y diferente. Él desea que te des cuenta que algo nuevo está surgiendo de ti y que nuevas oportunidades y bendiciones llegarán a tu vida. El Señor se glorifica en medio de las situaciones difíciles, haciendo visible en nuestras vidas lo que para nosotros es invisible. Él te ha prometido hacer algo nuevo contigo.

Hace 6 años atrás yo no era la persona que soy ahora. Llegó a mi vida de momento una gran crisis. Opté por aferrarme más a mi Dios y buscarlo aún más en adoración. Dios trabajó conmigo aquellas áreas que yo le entregué para que él las trabajara y en medio del proceso él fue haciendo de mí “una cosa nueva”, algo que ya estaba sucediendo pero yo no lo lograba ver, pues cuando sentimos dolor dentro del proceso a veces se nos hace difícil comprender que Dios nos está haciendo de nuevo. Ciertamente ahora puedo comprender que Dios me estaba abriendo el camino en medio del desierto. Surgieron en mí dones y talentos que no conocía y que fueron desarrollados en medio de esa crisis y del proceso y hoy día son utilizados para Su gloria y honra y la edificación de Su pueblo.

Dios desea hacer algo nuevo contigo y quizás ya comenzó. Así que abre tus ojos, que él te está preparando el camino. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora ©

viernes, 14 de agosto de 2009

El Rey de Gloria

Salmos 24 (Reina-Valera 1960)

Salmo de David.

1 De Jehová es la tierra y su plenitud;El mundo, y los que en él habitan.2 Porque él la fundó sobre los mares, Y la afirmó sobre los ríos. 3 ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? 4 El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño. 5 El recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación. 6 Tal es la generación de los que le buscan, De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. Selah
7 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria. 8 ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla. 9 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria. 10 ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, El es el Rey de la gloria. Selah

Este salmo es un salmo que exalta la grandeza y el poder de nuestro Dios. Anuncia que para poder llegar hasta el lugar santo hay que tener pureza de corazón, integridad y justicia. ¡Nuestro Dios es Soberano, ciertamente el Rey de Gloria!

Cada vez que leo este salmo mi espíritu se eleva en adoración imaginando ver a ese Rey de gloria entrar por los atrios. Me imagino a David inspirado escribiendo esta exaltación hacia su Protector Divino, reconociendo que él merece toda gloria y exaltación.

Busquemos día a día el rostro de nuestro Señor y dejemos que las puertas de nuestro corazón sean abiertas para recibir al Rey de Gloria. Adorémosle, él merece nuestra alabanza y exaltación. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora ©

jueves, 13 de agosto de 2009

En la Unión está la Fuerza


"Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre,
Allí estoy yo en medio de ellos."

Mateo 18:20

Sé que todos alguna vez en la vida hemos utilizado el dicho “en la unión está la fuerza”. En todos los aspectos de la vida este dicho tan famoso puede aplicarse, porque está comprobado que para tener éxito en cualquier empresa, estudios o trabajo es necesario aunar esfuerzos y trabajar en equipo para lograr las metas que nos hemos propuesto. Mucho se ha hablado del trabajo en equipo, de la necesidad de tener la misma visión y objetivos para lograr lo que queremos y hemos escuchado de talleres de capacitación en donde se enfatiza el unirse para lograr el objetivo o visión. Y todo esto es importante y necesario para lograr el éxito y que bien que se puede lograr.

Pero, ¿Qué pasa con la iglesia? ¿Por qué nos empeñamos en divisiones triviales que en nada agradan a Dios? ¿Por qué no nos unimos para hacernos más fuertes? Dios estableció una iglesia, ¡una sola iglesia! Dice la Biblia en el Salmo 133 “¡Mirad cuan bueno y cuan delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Dios nos insta en su palabra a vivir todos los hermanos en armonía, somos el pueblo de Dios, llamados a llevar el evangelio a través de todo el mundo, a libertar a los cautivos, a servir.

El hombre a través de la historia ha pautado la forma en que se conduce la iglesia. Por diferentes motivos se han formado denominaciones cristianas y eso está bien, entendiendo que lo que se busca es llevar el evangelio a toda criatura. Sin embargo, es necesario que nos volvamos a Dios. Es imprescindible que entendamos que la Iglesia de Dios es un solo cuerpo, que estamos llamados a esparcir la semilla del evangelio por todo el mundo y que sin importar denominación, lo que vive en todos nosotros es el deseo de servir en la Casa de Dios. Dios nos ha colocado en una iglesia o casa en específico con un propósito, pero es necesario que nos unamos.

Pueblo de Dios cuando nos unimos, nos hacemos más fuertes. La iglesia de Dios tiene que unirse, tiene que vivir en la unidad que sólo da el amor de Dios, amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos y llevar el mensaje de amor que viene del corazón de Dios. En Hebreos 10:24-25, Pablo nos aconseja diciendo: “Y consideremos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” La Biblia es clara, tenemos que vivir unidos en el amor de Dios, viviendo en la fe y creciendo en servicio.

Hoy voy a pedirle prestadas a mi Pastor unas palabras que ha llevado a la Casa para que entendamos que somos el pueblo de Dios, un solo pueblo.
Palabras del Pastor Néstor Frías:
*Somos Defensores de la Fe – Porque defendemos la fe ante el mundo.
*Somos Testigos de Jehová – Porque testificamos las grandes cosas que Dios ha hecho por nosotros, porque somos testigos del amor de Dios por la humanidad y porque somos testigos de sus milagros.
*Somos Pentecostales – Porque creemos en el día del Pentecostés. Creemos que ese día Dios derramó su Espíritu Santo sobre la iglesia y lo dejó en medio de nosotros como nuestro consolador.
*Somos Bautistas – Porque creemos en el bautismo en las aguas y el bautismo en el Espíritu Santo.
*Somos una Iglesia de Restauración – Porque Dios nos ha llamado a servir a las personas heridas, oprimidas y necesitadas de que Dios restaure sus vidas para vivir en la plenitud del gozo del Señor.

¡Que importante es que entendamos que somos un solo pueblo! Si fuéramos más de un pueblo o iglesia, la Palabra diría somos uno de los pueblos de Dios, pero eso no es lo que dice la Biblia, la palabra dice SOMOS EL PUEBLO DE DIOS. ¡Un solo pueblo!

Pueblo de Dios vamos a unirnos, dejemos a un lado los nombres, las denominaciones y divisiones. Vivamos como dice la Biblia en amor, en unidad y sirviendo a través de nuestra fe. Mateo 18:20 nos dice: Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, Allí estoy yo en medio de ellos. Estas palabras tan sencillas encierran en si un poderoso mensaje, allí donde estén dos o tres en su nombre. Dos o tres congregados en el nombre de Jesús, no en un nombre determinado de denominación, sino en el nombre de Jesús, allí esta en medio de ellos. Cuantas cosas hermosas y tremendas pueden pasar si nos unimos como hermanos, cuantos milagros veríamos si nos unimos, cuanto poder tendría la iglesia en la tierra si nos unimos. Nuestra encomienda es grande y poderosa pero necesitamos unirnos para hacer la diferencia en la tierra en la que vivimos. Iglesia vamos a unirnos para hacernos más fuerte. Somos el pueblo de Dios. ¡Visualízate como parte importante del pueblo de Dios, que honor tan grande! Dios viene a buscar una iglesia unida, un pueblo escogido por Él. ¡Atrévete! ¡En la unión esta la fuerza!
Dios les bendice.


Por: Débora E. Portalatín Rosario ©

miércoles, 12 de agosto de 2009

Renovando mis Fuerzas



Isaías 40:31 (Nueva Versión Internacional)
31 pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas:correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.

Me reconforta el saber que la Palabra de Dios está llena de miles de promesas verdaderas en las cuales podemos descansar, y ésta es una de ellas. Las circunstancias que podamos vivir cada día, los problemas, el estrés y muchas otras cosas muchas veces nos hacen desfallecer.

Soy una madre soltera con dos hijos hermosos y de los cuales me siento orgullosa y le agradezco a Dios cada día por ellos, pues después de mi Dios son lo más importante en mi vida. Pero muchas veces la carga se hace pesada al tener toda la responsabilidad de dos hijos, una casa, estudios, trabajo, asignaciones, etc; y muchas veces siento que no puedo, que me faltan las fuerzas. Es entonces donde se hacen vivas en mi vida tantas promesas que si las menciono todas no termino.

Una de esas promesas es esta en Isaías 40:31. El Señor me recuerda que mi confianza debe estar puesta en él, que mientras le obedezca no hay por qué temer y que él es mi sustento, el Dios que me da el poder y la fortaleza que necesito día a día para renovar mis fuerzas. Sé que el Señor ha prometido muchas bendiciones, pero sé que mientras espero, él es mi fuerza, quien me renueva cada día para poder caminar sin fatigarme y llegar a mi meta.

El Señor nos ha prometido estar con nosotros día a día y renovarnos. Nos invita en el Salmo 27: 14 a esperar en él, esforzarnos y ser valientes ante toda adversidad. Yo vivo agradecida de mi Dios, porque cada día me reafirma su bondad y su misericordia y cuando más débil me siento es cuando más fuerte estoy en Cristo Jesús. Espera en Jehová, no desmayes, él siempre llega a tiempo y mientras esperas pídele que te lleve a las alturas y te renueve como el águila y alza tu vuelo. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora ©

martes, 11 de agosto de 2009

Dominio Propio


Génesis 4:6-7 (Nueva Versión Internacional)

6 Entonces el Señor le dijo: «¿Por qué estás tan enojado? ¿Por qué andas cabizbajo?7 Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo.»

2 Timoteo 1:7 (NVI)
7 Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Proverbios 16:32 (NVI)
32 Más vale ser paciente que valiente; más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades.

1 Corintios 6:12 (NVI)
12 «Todo me está permitido», pero no todo es para mi bien. «Todo me está permitido» pero no dejaré que nada me domine.


¡Qué difícil se nos hace muchas veces controlar nuestro carácter y dominarnos a nosotros mismos! A través de la Palabra de Dios podemos encontrar un sin número de historias en donde vemos cómo el ser humano se deja acechar por la envidia, el orgullo y los celos conduciendo esto a cometer un sin número de delitos y de pecados, y todo esto por falta de dominio propio.

Podemos ver cómo Dios amonesta a Caín en Génesis 4:6-7. Caín a pesar de que Dios le habló y le dijo que él tenía el poder de dominar al pecado, no tuvo dominio de sus emociones y sentimientos dejando que la envidia y el odio que sentía por su hermano lo dominaran, y ya sabemos cómo terminó esa historia, Caín asesinó a su hermano, le dio lugar al pecado y no tuvo dominio propio. De la misma manera podemos ver otros ejemplos, como lo son el caso de David y su adulterio con Betsabé (2 Samuel 11) cometiendo doble pecado al acostarse con ella siendo casada y luego matando al esposo de ésta. De la misma manera Pedro, discípulo de Jesús, al momento de ser Jesús arrestado tomó su espada y en venganza le cortó la oreja al siervo del sumo sacerdote (Juan 18:10).

Los seres humanos por naturaleza somos seres emocionales y pasionales, que si no tenemos el debido control de nuestras emociones y de nuestros impulsos podríamos llegar a tener muchos problemas. Es por eso que hoy día vemos tantas atrocidades en las noticias, madres que matan a sus propios hijos, lascivia, incesto, adulterios y un sin número de pecados más y todo por la falta de amor y de dominio propio. Dios nos ha dado libre albedrío, más como dice el Apóstol Pablo en 1 de Corintios 6:12, “Todo me está permitido, pero no todo es para mi bien y no dejaré que nada me domine.”

Muchas veces el orgullo lleva a la falta de razón y de dominio. Cuando una persona está llena de coraje, celos, envidia, raíces de amarguras, tiende a actuar dejándose llevar por esa gama de emociones negativas. Vencer las tentaciones y el pecado es una batalla muy difícil y si no contamos con las armas necesarias y el poder necesario no podemos obtener la victoria. Para poder lograr tener dominio propio necesitamos tener una fuerza mayor que nosotros que nos brinde el poder y la capacidad de lograrlo. Esa fuerza y ese poder los da el Espíritu Santo, tiempo a solas con Jesús, tiempo de adoración y oración. Jesús así lo prometió en Hechos 1:8 cuando le dijo a sus discípulos que recibirían poder (poder espiritual) cuando hubiera venido sobre ellos el Espíritu Santo y esa promesa es para nosotros también.

Para poder adquirir el poder dado por el Espíritu Santo debemos de haber reconocido a Jesús primeramente como nuestro Salvador. Él ha prometido estar con nosotros todos los días de nuestras vidas y mediante su amor y su poder podemos dominar nuestras emociones y nuestros impulsos carnales. Dios desea que seamos pacientes, amables, amorosos, perdonándonos los unos a los otros así como él nos perdonó a nosotros. Pero debemos amar verdaderamente con el corazón, no debemos ser hipócritas y fingir un amor que no sentimos porque así no funciona. Para poder amar genuinamente aún a aquellos que nos han marcado y herido de una manera dolorosa e injusta, debemos primero recibir el amor de Dios en nuestros corazones, pedirle a Dios que transforme nuestras emociones, que nos ayude a doblegar el orgullo y querer ser y parecernos a Cristo. Sólo con el amor y el poder de Dios adquirido por su Espíritu lo podemos lograr.

Nada es imposible. Lograr tener dominio propio ante nuestra naturaleza humana, ante el pecado y los pensamientos negativos es posible con Cristo Jesús, pues Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, si no de amor, de poder y de dominio propio. Dios te bendice.

Por: Enid Damaris Zamora ©

lunes, 10 de agosto de 2009

Dios de Pactos


2 Crónicas 6:14 (NVI)


Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú en el cielo ni en la tierra, pues tú cumples tu pacto de amor con quienes te sirven y te siguen de todo corazón.


Estas palabras de agradecimiento y reconocimiento de la fidelidad de Dios fueron dichas por el rey Salomón cuando le dedicó el templo al Señor. El rey David, padre de Salomón, había sentido en su corazón el edificarle una casa, un templo a su Dios, pero Dios le dijo que no sería él sino su hijo Salomón quien lo edificaría e hizo un pacto con David. (2 Samuel 7)


Nuestro Dios es un Dios de pactos, un Dios que le promete a aquellos que le sirven y le siguen de corazón una vida eterna y un sin número de promesas reales y verdaderas. He tenido la experiencia de hacer pactos con mi Dios y he visto cómo él ha cumplido su pacto para conmigo, mis hijos y mi casa por cuanto le he sido fiel y le he seguido.No hay nadie como nuestro Dios, él es un Dios de amor y sus misericordias son nuevas diá a día. Él nos lleva de victoria en victoria y es fiel y verdadero.


Hoy día tenemos el privilegio de ser hechos sus hijos y ser parte de su pacto para con su pueblo, pues su sangre derramada por nuestra salvación, su gracia y misericordia nos hacen partícipes de tal hermoso privilegio.Desde el principio de la creación podemos ver cómo Dios ha pactado con sus hijos. Dios le prometió a Abraham un hijo e hizo pacto con él y cumplió su promesa y de la misma manera lo hizo con todos sus descendientes al salir de Egipto y llevarlos a la Tierra Prometida aún cuando hubo momentos en que su pueblo le desobedeció, Dios en su infinita misericordia les perdonó y cumplió su pacto para con ellos.


La fidelidad de Dios es infinita. Si nunca has hecho un pacto con él te invito a que hagas la prueba. Él te ha dado poder como hijo suyo de decretar y declarar palabras de bendición para tu vida, de atar y desatar con toda la autoridad dada por él y de arrebatarle al enemigo lo que te ha robado. Nuestro Dios es fiel y cumple su palabra, pero debemos nosotros también cumplir la nuestra. Permite que el propósito y el plan que él tiene para ti sean cumplidos en tu vida, tú tienes la llave de abrir las ventanas de los cielos para que lluvias de bendiciones sean derramadas sobre ti y tu casa.Sólo por su gracia hoy tienes la oportunidad de pactar con el Dios de pactos, el único Dios en el cielo y en la tierra que cumple lo que promete. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

domingo, 9 de agosto de 2009

Jesús Calma la Tormenta


Marcos 4:39


39 El se levantó, reprendió al viento y ordenó al mar: ¡Silencio! ¡Cálmate!
El viento se calmó y todo quedó completamente tranquilo.

En el capitulo 4 del libro de Marcos Jesús habla a la multitud a través de parábolas. Hablaba en parábolas al pueblo que le escuchaba y luego a solas les explicaba a sus discípulos el significado de cada una de ellas. En Marcos 4:33-34 nos dice, 33Y con muchas parábolas semejantes les enseñaba Jesús la palabra hasta donde podían entender. 34 No les decía nada sin emplear parábolas. Pero cuando estaba a solas con sus discípulos, les explicaba todo.

Así que en este capitulo al cual se hace referencia habla al pueblo sobre la Parábola del Sembrador, Parábola de una lámpara en una repisa, Parábola de la semilla que crece y por último la Parábola del grano de mostaza. Cada una de estas trae una enseñanza espectacular para el pueblo y a través del tiempo siguen trayendo enseñanza y bendición a la casa de Dios.

Sin embargo lo que hoy nos toca cada fibra del corazón y espíritu es la forma en que Jesús calma la tempestad. Dice la Biblia que Jesús les pide a sus discípulos que crucen al otro lado. Dejan la multitud, se apartan, había sido un buen día para Jesús y los discípulos pero, en la noche se desata una tempestad. En medio de la tempestad Jesús dormía tranquilamente, me imagino que el cansancio físico era tanto que lo venció, no podemos olvidar que vino a la tierra como hombre. Jesús no sintió miedo, tenía su confianza puesta en Dios El Padre. Así que dormía tranquilamente porque dependía totalmente del Padre. Su actitud revelaba la gran confianza que tenía en su padre. No así sus discípulos, ellos sintieron gran temor, imaginemos el momento, la noche oscura, el mar, la tempestad, los discípulos con mucho miedo, la barca llenándose de agua y Jesús durmiendo. Muy probablemente los discípulos nunca pensaron que esto les podía pasar a ellos estando en compañía de Jesús, en ese momento estarían perturbados, espantados y terriblemente angustiados. Es por eso que le gritan, dice la Biblia que GRITAN – Maestro ¿no te importa que nos ahoguemos? Jesús se levanta y con autoridad y poder ordena al viento y al mar que se calmen y dice la Biblia que todo quedo completamente tranquilo.

Hay momentos en la vida que todo parece derrumbarse, los problemas al igual que una tempestad se agolpan uno tras otro tratando de destruirnos física y espiritualmente. No encontramos salida ni solución por ningún sitio. En medio de la situación no acudimos a Dios con prontitud, tal parece que lo dejamos que duerma. Confiamos en nuestras fuerzas para buscar solución, cuando tenemos a Dios de nuestro lado. Con sólo reconocer nuestra condición ante Dios y pedirle su ayuda, él escuchará nuestra oración.

Se viven días muy difíciles, momentos terribles que trastocan nuestros sentimientos, sin embargo, hoy Dios le dice a nuestra tempestad ¡Cálmate! ¡Silencio! Dios te dice hoy: ¡Estoy aquí para consolarte, apoyarte y darte la victoria! ¡Descansa en mí!

No hay que tener miedo ni espíritu de cobardía en 2 Timoteo 1:7 dice: Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía y miedo sino de poder y autocontrol. Que palabra tan poderosa, no hay que temerle a la tempestad, tenemos la confianza que nuestro Padre tiene el control de todo y esta pendiente siempre de nosotros. No existe tempestad, problema, circunstancia o situación que Dios no pueda calmar. Con sólo dos palabras llena del poder del Padre Dios Jesús calmó la tempestad; ¡Silencio! ¡Cálmate! Su autoridad y confianza en el Padre obraron para que todo estuviera en calma y paz. Hoy nuevamente, el Dios que traspasa los tiempos le habla a nuestra tempestad con la misma autoridad y el mismo poder ¡Silencio! ¡Cálmate! Descansemos en Dios que en su momento nuestra tempestad va a ser calmada para siempre. No tengamos miedo, declaremos victoria en medio de toda circunstancia, pues Dios está a nuestro lado siempre.

Nuestro Rey y Señor a través de su palabra nos da la seguridad de que siempre está a nuestro lado, que no hay circunstancia que Él no pueda vencer. En el Salmo 46:1-3 nos dice: 1 Dios es nuestro amparo y fortaleza. Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. 2 Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; 3 Aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza. ¡Dios siempre, siempre, siempre nos cuida! Recordemos ¡Dios calma la tempestad!

Bendecidos



Por: Débora E. Portalatín Rosario ©

sábado, 8 de agosto de 2009

Somos Linaje Escogido y Nación Santa


1 Pedro 2:9-10 (Reina-Valera 1960)

El pueblo de Dios


9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.


¡Que privilegio más grande poder ser llamados el Pueblo de Dios! Todo aquel que recibe a Jesucristo como su salvador personal y se arrepiente de sus pecados pasa de ser criatura de Dios a hijo de Dios. ¡Cuán hermoso privilegio y que honor y que responsabilidad!


Dice esta Palabra que hemos sido escogidos, santificados y adquiridos por Dios como su pueblo, un pueblo el cual tiene la responsabilidad de llevar este evangelio a toda criatura hasta los confines de la tierra. Esta Palabra es tan real para nosotros como lo fue en aquel entonces para el pueblo judío. Hemos sido escogidos por Dios, sólo por su gracia y misericordia para anunciarle al mundo las virtudes, el amor y la salvación de Aquel que nos sacó de las tinieblas a su luz admirable,para llevar un mensaje de amor y esperanza.


Demos gracias a Dios por su hijo Jesucristo, por la oportunidad que nos ha brindado de servirle y adorarlo. Como hijos de Dios no debemos callar las cosas hermosas que él ha hecho con nosotros pues hemos sido llamados a testificar de su grandeza y de su amor para que los que no le conocen puedan ver en nosotros su amory la luz de Cristo. Dios les bendice.


Enid Damaris Zamora ©





viernes, 7 de agosto de 2009

Derribando al Gigante



1 Samuel 17:45-51 (Reina-Valera 1960)

45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.46 Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 47 Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos. 48 Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. 49 Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. 50 Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano. 51 Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron.

Todos en algún momento de nuestras vidas hemos escuchado la historia de David y Goliat. Desde niños nos han contado cómo David siendo tan pequeño en estatura pudo derribar aquel gigante. David no era un soldado, no era un guerrero, era un simple pastor de ovejas. Este pastor llamado David un día fue a llevarles comida a sus hermanos que se encontraban peleando en contra de los filisteos, ejército al cual pertenecía Goliat y se encontró con el ejército de Israel revolucionado y temeroso a causa del gran gigante. Como ya sabemos David le pidió al rey Saúl la oportunidad de pelear con Goliat y hasta escudo y armas le ofreció el rey las cuales David rechazó, utilizando sólo aquello con lo cual él estaba acostumbrado a pelear para salvar a su rebaño; tomó su cayado, cinco piedras y su honda.

David enfrentó a Goliat con autoridad dada por Dios, una autoridad que él sabía que tenía pues él buscaba a solas a su Dios en espíritu y verdad. David le habló al gigante con toda la autoridad dada por Dios. Él no tuvo temor de enfrentar al gigante pues él sabía que el Dios de Israel, Jehová de los ejércitos lo estaba respaldando. David no era un guerrero, pero tenía las estrategias dadas por el Dios de Israel. Fíjense que él no tuvo que acercarse a Goliat para derrumbarlo, él lanzó la piedra la cual se clavó en su frente, con toda la intención de quitarle el balance para que éste cayera al suelo muerto y luego llegar hasta él. De sólo imaginarlo me lo gozo….. ¡Qué estrategia! Una vez el gigante en el suelo, David se acerca, se le para encima y con la misma espada del gigante le corta la cabeza.

Cuando tenemos corazones dispuestos, no importa si tenemos o no la capacidad de hacer lo que tenemos que hacer, porque Dios mira el corazón y te capacita, te da las estrategias y las armas necesarias para hacer lo que tengamos que hacer.

Quizás tienes un gigante que te atemoriza y te amedrenta constantemente. Los gigantes en nuestra vida pueden tener muchos nombres. Ahora, ¿Eres tú miembro del ejército del Dios viviente? Para pelear con tu gigante lo único que necesitas al igual que David, es un corazón dispuesto y confiado en el Dios que te da la victoria, el que te da las estrategias necesarias para quitarle el equilibrio al gigante, tirarlo al piso y así poder cortar su cabeza. Tú tienes el poder de derrotar a tu Goliat. Te invito a que abras tu boca y mires a ese gigante de frente y le digas que tú vienes contra él en el nombre de Jehová, tu Protector Divino.

La guerra de los hijos de Dios contra sus gigantes es una guerra espiritual en la cual nos preparamos con su Palabra, con adoración y teniendo una vida devocional y una relación íntima y personal con él. Ese fue el entrenamiento que tuvo David y fue lo que lo llevó a la victoria. Ponte la armadura de Dios y enfrenta al gigante, dale vueltas a tu honda y lanza tu piedra que en el nombre de Jesús ya está en el suelo. Dios te bendice.

Por: Enid Damaris Zamora ©