viernes, 31 de julio de 2009

Amor, Respeto y Honra....Deber y Ordenanza Divina



Romanos 12:9-21 (Nueva Versión Internacional)

9 El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien.10 Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.11 Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu.12 Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración.13 Ayuden a los hermanos necesitados. Practiquen la hospitalidad.14 Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan.15 Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran.16 Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes.No se crean los únicos que saben. 17 No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos.18 Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.19 No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré», dice el Señor.20 Antes bien, «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta.» 21 No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.


Como podemos leer en este pasaje de Romanos, Dios nos pide a través del Apóstol Pablo que nos amemos los unos a los otros con amor fraternal, amor de hermanos. Muchas veces este mandamiento se nos hace un poco difícil de llevar a cabo, pero sé que no es imposible. Amar, respetar y honrar a una persona de la cual hemos recibido heridas profundas es un gran reto,pero a través del amor y el perdón lo podemos lograr, es un proceso que quizás tome mucho tiempo, pero si tenemos un corazón dispuesto a hacer la voluntad de Dios seremos victoriosos. Por experiencia propia les puedo decir, que la satisfacción que se siente es muy grande, quizás las personas que nos han herido no lo aprecien o no lo entiendan y hasta inclusive nunca volverán a interactuar contigo, lo importante es que cumplamos con esta Palabra y de lo demás Dios se encargará.

Dios nos exhorta a ser solidarios con nuestros semejantes. En la parábola del Buen Samaritano en Lucas 10 podemos ver en acción lo que es el amor hacia nuestro semejantes, el amar a otros como a nosotros mismos, lo que es servir y tener compasión. Dios desea que seamos humildes, que dejemos a un lado el orgullo y la arrogancia y que aprendamos a vivir en amor aún con aquellos que nos ofenden y maltratan, pues con el simple hecho de perdonarlos le estamos amando y más aún nos estamos amando a nosotros mismos y liberándonos de la esclavitud del odio y del rencor. Así que la ganancia es grande para nuestras propias vidas y las de aquellos que nos rodean.

El Señor nos exhorta a hacer lo bueno en todo momento, a ser sensibles, a no ser vengativos pues él es quien pelea por nosotros. Sé que en nuestra humanidad no es fácil mantenernos callados y mansos ante los ataques, las persecusiones y difamaciones, pero nuestro Dios es fiel en su Palabra. Oremos por aquellos que nos hacen mal y descancemos en nuestro Dios. En él somos más que vencedores. Te invito a que si en algún momento tienes la oportunidad de servir o ayudar a alguna persona que te ha herido, rechazado, humillado, etc. lo hagas con el deseo, la disposición y el amor más grande que puedas tener, el de Cristo, y sé que la satisfacción que sentirás será grande y la paz que sentirás será para ti y tu casa. Bendícelos y sé que las puertas de los cielos se abrirán en bendiciones para ti y tu casa. Recordemos siempre que Dios exalta a los humildes más mira de lejos a los altivos. Dios les bendice.


Enid Damaris Zamora ©

jueves, 30 de julio de 2009

Los Planes de Dios para con Nosotros


Los Planes de Dios para Nosotros

Jeremias 29:11 (NVI)
¹¹ Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes –afirma el Señor-, planes de bienestar y no de calamidad. A fin de darles un futuro y una esperanza.

Esta palabra poderosa la dio Dios al pueblo de Israel a través del Profeta Jeremías en tiempos en que el pueblo estaba en el exilio. Eran momentos de mucha tristeza, sin embargo Dios nuevamente mira con ojos de misericordia y amor a su pueblo y les da aliento por medio de esta carta escrita por el Profeta de Dios.

Se Viven tiempos difíciles, momentos en que todo, todo se ha visto tocado por diferentes situaciones. El planeta sufre, no lo hemos cuidado y hoy día sufrimos del calentamiento global, animales en peligro de extinción, los glaciares se derriten, la tierra sufre por la insensatez de sus habitantes. Las familias sufren dolor y angustia por causa del pecado. La economía va cuesta abajo y las esperanzas de un mundo mejor parecen desaparecer con el pasar de los días, el mundo sufre.

¡Hay esperanza hoy! Dios dice en su palabra, “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra." (2 Crónicas 7:14). ¡Nuestra confianza puesta totalmente en Dios hará la diferencia en nuestras vidas!

Dios quiere lo mejor para su pueblo, tiene planes para cada uno de sus hijos. Los planes de Dios son buenos, Dios quiere darnos un futuro lleno de esperanza, amor y confianza. El gran Yo Soy demanda de sus hijos adoración, oración y una búsqueda genuina de su presencia. Puesta nuestra confianza en Dios veremos como los planes perfectos de nuestro Padre se hacen realidad en nuestra casa, entorno y familia y gozaremos de sus grandezas y paz. Debemos acordarnos siempre, que fuimos creados por Él, y para Él, y que lo que Dios ha creado por amor, con amor lo cuida. Somos sus hijos y el quiere lo mejor para nosotros.

Recuerda, no estás solo. Dios tiene planes para ti y esta pendiente de ti siempre. Su palabra nos dice, "Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas" (Isaías 43:2). Dios te cuida, te protege y te dice hoy “Tengo planes para ti, planes de bienestar y no de calamidad. A fin de darles un futuro y esperanza. ¡Descansa en Dios! ¡Vive en Él y para Él!

Bendecidos
Por: Débora E. Portalatín

miércoles, 29 de julio de 2009

Alaben y Canten al Señor

Salmos 117 (Nueva Versión Internacional)

1 ¡Alaben al Señor, naciones todas! ¡Pueblos todos, cántenle alabanzas! 2 ¡Grande es su amor por nosotros! ¡La fidelidad del Señor es eterna! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!


Este es el salmo más corto en la Biblia. En el original hebreo está compuesto sólo por 17 palabras. Se trata de un canto especial de alabanza y adoración del pueblo de Israel. Sin embargo, en Romanos 15:11, Pablo cita este salmo para mostrar la salvación de Dios a todo su pueblo. La salvación para todas las naciones, pueblos y personas que reconozcamos a Dios como nuestro Salvador y Rey de nuestras vidas. ¡Wow!

Este salmo invita a todas las naciones de la tierra a alabar y engrandecer el nombre del Señor nuestro Dios. ¿Cómo pueden todas las naciones y pueblos de la tierra adorar a Dios? Simple, sin ciencia y sin teorías de hombre; solo tenemos que alabarle sinceramente, con corazón puro y con deseo de dar a Dios lo mejor de nosotros a través de la adoración. Nuestra expresión de adoración debe ser nuestra vida misma. La luz del evangelio y de nuestro Dios en nuestras vidas debe ser el máximo ejemplo de la alabanza a Dios y de nuestro cántico al sublime Rey. Ofreciendo testimonio a las naciones de lo que Dios ha hecho en nosotros.

¡El amor de Dios es grande! Dice la Biblia que “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna” Juan 3:16. Es un amor como ningún otro, ofreció lo más preciado, a su Hijo para que tú y yo gocemos hoy de una vida plena en Él, con la gran promesa de la Salvación ¡Aleluya! ¡Grande es su amor por nosotros!

Este salmo rompe las reglas gramaticales, fue un cántico de alabanza y victoria en los tiempos del Antiguo Testamento y hoy para nosotros es un cántico de adoración y gratitud a Dios. Gratitud por su gran amor y por su inmensa fidelidad. Dios ha sido, es y será fiel por siempre. Su fidelidad es eterna, no tiene tiempos. A través de toda la Biblia vemos como Dios mostró su fidelidad por su pueblo Israel y como hoy día sigue mostrándola a todas las personas. Dios está siempre listo para atendernos, esta presto a escuchar nuestra oración y contestarnos. Él como nuestro Padre quiere lo mejor para nosotros y sólo espera que le pidamos en actitud humilde y con corazón sincero para Él darnos la victoria. Si sólo meditáramos por 10 segundos todo lo que Jesús tuvo que padecer para darnos salvación, estoy segura que nuestra alabanza no cesaría y estaría de continúo en nuestras bocas.

Hoy, podría enumerar todas las grandes cosas que Dios ha hecho por mí, podría enumerar las cualidades de Dios y podría mencionar las razones que tengo para adorarle. Pero hoy, puedo decir que este salmo nos da dos poderosas razones para alabarle y cantarle que son; su grande amor y su eterna fidelidad. Suficiente para decir “Por eso te alabaré entre las naciones; cantaré salmos a tu nombre” Romanos 15:9 ¡Alabado sea el Señor!

¡Bendecidos!

Por: Débora E. Portalatín

martes, 28 de julio de 2009

¿Qué es el Amor?


1 Corintios 13 (Reina-Valera 1960)

1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.


La gente vive día a día buscando encontrar un significado genuino para esa palabra de tan sólo cuatro letras: AMOR. Vivimos muchas veces tan equivocados y con una definición de lo que es el amor tan equivocada y lejos de lo que realmente es. La Palabra de Dios es tan completa y tan perfecta que nos brinda mucho mejor que cualquier diccionario una definición clara, sencilla y específica de lo que es el amor.


Pablo nos muestra en este pasaje ese significado de lo que es el amor y que muchas veces no logramos entender. Podemos hablar de una forma bonita, hacer buenas obras, tener toda la fe y el poder de hacer cosas maravillosas, podemos dar todo lo que poseemos a los pobres, etc, etc. Pero si dentro de nuestro corazón no hay amor, de nada sirve todo eso. La intención es muy buena, pero hacerlo con el corazón es lo que cuenta.


Cuando amamos realmente dejamos de ser nosotros para entregarnos al ser o a las personas que amamos, nos regocijamos con sus alegrías y somos sensibles ante sus penas. Para mí la palabra perdón es sinónimo de amor. Cristo murió por el perdón de nuestro pecados y Dios lo envió siendo su hijo a morir por nosotros por que nos ama y desea nuestro bien. De esa misma manera debemos nosotros amar.


Cuando hay amor, este amor que describe Pablo en este pasaje, no puede haber envidia ni celos, no debe de haber maldad y mucho menos orgullo. El verdadero amor hecha a un lado todo eso y ve con compasión y sensibilidad. El verdadero amor, sirve con alegría y todo lo que hace nace del corazón. El verdadero amor hecha fuera todo rencor, se humilla, perdona y pide perdón.


Dice Pablo en este pasaje que el verdadero amor, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta. Cuando amamos realmente, debemos tener confianza, debemos ser tolerantes, pacientes y solidarios. El verdadero amor, permanece para siempre. Sé que muchas veces se nos hace difícil el poder tolerar, perdonar y amar, y mucho más cuando las personas a las que más amamos y nos entregamos nos hieren. Pero para poder comprender esta definición de lo que es el amor, necesitamos tener a Cristo en nuestro corazón y a su Espíritu Santo quien es el que nos da la fuerza para poder poner en acción todo esto. Debemos de comprender que no se trata de nosotros mismos. Debemos pedirle a Dios cada día que nos ayude a formar nuestro carácter como el de Cristo para así poder poner en acción esta definición de lo que es el amor. Yo no deseo ser como un pedazo de metal que hace ruido y llama la atención y hasta ahí llegó. Mi anhelo es poder llamar la atención por el amor que salga de lo más profundo de mi corazón.
Muchos de los procesos por los cuales pasamos en nuestras vidas, nos enseñan a formar nuestro carácter como el de Cristo. Una vez eso sucede, entonces podemos ver con claridad que realmente el amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta. Permítele al Señor que sea quien reine en tu corazón, estoy segura que no serás como el metal que tan sólo hace ruido, sino que de ti saldrá el amor de Jesús, un amor puro y verdadero. Dios te bendice.
Enid Damaris Zamora ©

lunes, 27 de julio de 2009

Poniéndome mi Armadura


Efesios 6:10-20 (Reina-Valera 1960)


La armadura de Dios


10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; 19 y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, 20 por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.

Dios desea que seamos siempre vencedores. Pablo nos enseña en este pasaje de Efesios cómo debe ser un buen soldado cristiano y qué compone la armadura del mismo. Nosotros como hijos de Dios y soldados de su ejército no podemos utilizar cualquier armadura. Nuestro Dios ha diseñado para nosotros una armadura especial con la cual nunca perderemos una batalla siempre y cuando la llevemos completa.


Nuestra armadura es la Armadura de Dios, la cual nos llena del poder y la fuerza de nuestro Dios, es una armadura de fortaleza espiritual para poder vencer las artimañas del enemigo. Nuestro mayor enemigo es Satanás, el envía sus potestades a atacarnos, por lo tanto dice esta palabra que nuestra lucha no es contra sangre y carne, osea, otro ser humano, sino contra las huestes espirituales del enemigo. Un verdadero soldado del ejército de Dios, es valiente. El enemigo busca en todo momento intimidarnos y amedrentarnos, pero si llevamos nuestra armadura bien puesta jamás nos podrá derrotar.


El primer paso como soldado de Dios es andar en verdad, firme y en justicia. Debemos estar dispuestos a dispersar su evangelio y predicar la paz de nuestro Dios . Nuestro escudo es nuestra fe, mientras mantengamos nuestra mirada puesta en nuestro Dios, no habrá dardo del enemigo que pueda tocarnos. Nuestro yelmo o casco es la salvación que hemos adquirido por la sangre de Cristo la cual nos limpia y purifica de todo pecado. Nuestra arma para derrotar y aplastar a nuestro enemigo es nuestra espada, la cual lo es la Palabra de Dios.


Además de esta armadura es necesario que como soldados mantengamos una rutina de ejercicios la cual sería la oración y el velar en todo tiempo, clamando a nuestro Dios el cual nos sostiene. Así que si estás pasando por un desierto y sientes que no tienes las armas necesarias para enfrentar a tus enemigos, te invito a que te unas al ejército de nuestro Señor y te pongas Su armadura. El enemigo no tendrá parte ni suerte contigo y no habrá dardo de fuego que te pueda traspazar.

Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

domingo, 26 de julio de 2009

Jehová es nuestro guardador


Salmos 121 (Reina-Valera 1960)

1 Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? 2 Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. 3 No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda.
4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. 5 Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. 6 El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. 7 Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. 8 Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.


El salmo 121 es un salmo donde declaramos la seguridad y la protección de Dios para nuestras vidas. Al levantar nuestra mirada y ver las grandezas que nuestro Dios creó podemos tener la certeza de que si él tiene el poder para crear todo lo que vemos, también tiene el poder para sanarnos y librarnos de la muerte y de todo mal.


Nuestro Dios es un Dios que no duerme, en el momento que deseemos hablar con él y clamar a él, él está disponible para escuchar nuestro clamor. Este salmo declara que Jehová es nuestro guardador, que es nuestra sombra a nuestra mano derecha, o sea que así como nuestra sombra siempre nos acompaña, así está él en todo momento a nuestro lado.


La Palabra de Dios es fiel y verdadera para aquellos que tienen fe. Él ha prometido que él nos guardará de todo mal y que velará nuestra salida y nuestra entrada, esto significa cada paso que demos, desde el principio hasta el fin. Nuestro guardador desea que confiemos y descancemos en él. Mientras le obedezcamos no hay por qué temer. Dios les bendice.


Enid Damaris Zamora ©

sábado, 25 de julio de 2009

La herencia de un gran líder

Josué 1:1-9 (Nueva Versión Internacional)

Orden del Señor a Josué

1 Después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, Dios le dijo a Josué hijo de Nun, asistente de Moisés:2 «Mi siervo Moisés ha muerto. Por eso tú y todo este pueblo deberán prepararse para cruzar el río Jordán y entrar a la tierra que les daré a ustedes los israelitas.3 Tal como le prometí a Moisés, yo les entregaré a ustedes todo lugar que toquen sus pies.4 Su territorio se extenderá desde el desierto hasta el Líbano, y desde el gran río Éufrates, territorio de los hititas, hasta el mar Mediterráneo, que se encuentra al oeste.5 Durante todos los días de tu vida, nadie será capaz de enfrentarse a ti. Así como estuve con Moisés, también estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré. 6 »Sé fuerte y valiente, porque tú harás que este pueblo herede la tierra que les prometí a sus antepasados.7 Sólo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la *ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella para nada; sólo así tendrás éxito dondequiera que vayas.8 Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito.9 Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.»


Durante los pasados días hemos reflexionado acerca de grandes líderes de la biblia. En esta ocasión y siguiendo la línea de pensamiento acerca del liderato y del llamado de Dios, estaremos reflexionando acerca de Josué.

Sabemos que Dios escogió a Moisés para ser el libertador de su pueblo. Moisés contaba con la ayuda de su hermano Aaron y de otro joven llamado Josué al cual Dios escogió para que fuera la mano derecha de Moisés.

Todo buen líder debe de estar consciente de que parte esencial de su trabajo es formar otros líderes. Dios puso a Josué al lado de Moisés para que éste le enseñara y lo ayudara a capacitarse y poder ser su asistente. Moisés sabía que en algún momento él dejaría de guiar al pueblo de Dios hacía la Tierra Prometida y que necesitaría un sucesor. De la misma manera cada líder que es capacitado por Dios para hacer una tarea específica, debe de saber discernir y reconocer a otras personas con dones y talentos similares para poder capacitarlos para el día que el líder no pueda estar.

De la misma manera que Dios estuvo con Moisés estuvo con Josué, alentándolo y diciéndole "esfuérzate y sé valiente que Yo estaré contigo. Esas mismas palabras deben de ser dichas por cada líder a los demás líderes que está capacitando. Josué fue un líder entrenado por un gran líder y recibió la herencia que éste le había dejado. Josué tuvo el privilegio de no tan sólo continuar guiando al pueblo hacía la Tierra Prometida, sino que alcanzó entrar a ella y tomar dominio y posesión del territorio que Dios les había dado por herencia.

Si eres un líder en formación, o si has sentido el llamado de Dios a hacer una tarea en específico dentro de la obra de Dios, yo te invito a que así como hicieron estos gran líderes y aceptaron el llamado seas valiente y le digas al Señor.... Aquí estoy. Podrás sentir temor, encontrarás piedras en el camino y hasta llegarás a desanimarte, pero el Señor tu Dios quien te llamó te dice: "¡Sé fuerte y valiente, no tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas." Reclama tu herencia, reclama tu territorio y pon manos a la obra. Así como le dijo Mardoqueo a Ester te digo hoy: "Quien sabe si para esta hora has llegado." Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

viernes, 24 de julio de 2009

No tengan miedo

Génesis 50: 19, 20 y 21 (NVI)

19) No tengan miedo – le contestó José ¿Puedo acaso tomar el lugar de Dios? 20) Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente. 21) Así que ¡no tengan miedo! Yo cuidaré de ustedes y de sus hijos.


La historia bíblica de José es conocida por muchos. Desde que fuimos niños nos llevaron a conocer esta historia por la importancia que tuvo y tiene la vida de José para el pueblo de Israel y ahora para todos nosotros. Cuando apenas era una niña me cautivó esta historia por la manera en que Dios cambió la tristeza de este joven en bendición, tranquilidad y paz no sólo para él sino para toda su familia. No guardó rencor en su corazón por sus hermanos. No tuvo miedo de las circunstancias, confío en Dios.

Hoy después de muchos años, mi mirada y atención vuelven a esta maravillosa historia. José fue hijo amado y protegido por Jacob, ya que le fue dado en su vejez. Sin embargo la envidia capturó a sus hermanos y conspiraron contra él. Pensaron en matarlo, pero el propósito de Dios era otro, así que utilizó a uno de sus hermanos para que no lo mataran. De esta forma llega a Egipto donde Dios lo posicionó como la mano derecha del rey. Claro, esto después de un proceso doloroso en ocasiones, pues estuvo preso, pero un proceso de preparación de vida para lo que sería su futuro y el futuro de su pueblo.

Todo lo que le ocurrió a José fue un plan perfecto que Dios tenía trazado para su vida y gracias al carácter de José pudo ser llevado a cabo. José no se sentó a llorar, ni se hechó a morir a pesar de lo ocurrido en su vida. Permitió que aún en medio de circunstancias para él desconocidas la mano de Dios dirigiera su vida, no tuvo miedo, confío plenamente en Dios. El propósito de Dios en su vida se cumplió, libró al pueblo de Dios, a sus hermanos y padre del hambre y los posicionó en el lugar que les correspondía. Dios transformó el mal que sus hermanos quisieron hacerle en bien para lograr su propósito. ¡Aleluya! Hoy Dios nos dice:" no tengan miedo."

Aunque las circunstancias de la vida parezcan desconcertantes y/o difíciles, ¡no tengan miedo! Como hij@s de Dios tenemos la encomienda de llevar el evangelio a los necesitados, palabras de aliento a aquellos que se sienten turbados o tristes y restaurar a través de la palabra de Dios a aquellos que lo necesitan. Dios nos ha posicionado para ser al igual que José, la mano derecha del Rey. Dice la Biblia en Génesis 26:22 que “El Señor nos ha dado espacio para que prosperemos en esta región”. Con propósito Dios nos ha posicionado en nuestra región, no es casualidad el lugar donde vivimos ya sea Puerto Rico, Rusia, Nicaragua o Estados Unidos. Dios nos trajo hasta aquí para levantar su estandarte y proclamar las buenas nuevas del evangelio de Dios. ¡No tengan miedo!

Las circunstancias negativas pueden ser transformadas por la Iglesia de Dios a través del servicio y el clamor a Dios. “Dios transformó el mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: Salvar la vida de mucha gente” Génesis 50:20. Nuestra encomienda como parte del cuerpo de Cristo es ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura. Si dejamos que el miedo se apodere de nuestra mente y cuerpo jamás podremos cumplir con la encomienda de Dios para cada uno de nosotros, así que hoy Dios nos dice ¡NO TENGAN MIEDO!
Sean todos bendecidos.

Por: Débora E. Portalatín

jueves, 23 de julio de 2009

Cuando Dios llama, Él capacita


Éxodo 4:10-17 (Nueva Versión Internacional)


10 —Señor, yo nunca me he distinguido por mi facilidad de palabra —objetó Moisés—. Y esto no es algo que haya comenzado ayer ni anteayer, ni hoy que te diriges a este servidor tuyo. Francamente, me cuesta mucho trabajo hablar. 11 —¿Y quién le puso la boca al hombre? —le respondió el Señor—. ¿Acaso no soy yo, el Señor, quien lo hace sordo o mudo, quien le da la vista o se la quita?12 Anda, ponte en marcha, que yo te ayudaré a hablar y te diré lo que debas decir. 13 —Señor —insistió Moisés—, te ruego que envíes a alguna otra persona. 14 Entonces el Señor ardió en ira contra Moisés y le dijo: —¿Y qué hay de tu hermano Aarón, el levita? Yo sé que él es muy elocuente. Además, ya ha salido a tu encuentro, y cuando te vea se le alegrará el corazón.15 Tú hablarás con él y le pondrás las palabras en la boca; yo los ayudaré a hablar, a ti y a él, y les enseñaré lo que tienen que hacer.16 Él hablará por ti al pueblo, como si tú mismo le hablaras, y tú le hablarás a él por mí, como si le hablara yo mismo.17 Pero no te olvides de llevar contigo esta vara, porque con ella harás señales milagrosas.


¡Que muchas excusas puso Moisés cuando fue llamado por Dios en aquel monte Horeb! Todos alguna vez hemos escuchado la historia de Moisés y si no la conoces te invito a que la leas completa. El pueblo de Dios, los israelitas, se encontraban oprimidos y esclavizados en Egipto y llevaban mucho tiempo pidiéndole a Dios que los libertara de aquella esclavitud. Dios llamó a Moisés para hacer este trabajo, pero Moisés le dió muchas excusas al Señor pues él no se creía capaz de hacer lo que Dios le estaba enviando a hacer.


De la misma manera que reaccionó Moisés reaccionamos nosotros en muchas ocasiones cuando Dios nos llama a hacer algo en su obra. Quizás sentimos temor, pensamos que no vamos a recibir el apoyo de las personas que nos rodean y hasta podríamos pensar que no estamos calificados y capacitados para hacerlo. Al igual que Moisés buscamos miles de excusas para no aceptar ese llamado o si no lo postergamos a veces hasta tal punto que la oportunidad tan grande y hermosa que se nos fue dada la perdemos. No le digas a Dios como le dijo Moisés que enviara a otro, porque él te escogió a ti y si te escogió es porque él sabe que puedes hacerlo.


Dios le dijo a Moisés que él estaría con él, poniendo en su boca las palabras que tendría que decir e inclusive le envió a su hermano Aarón para que estuviera con él y hablara por él. Cuando Dios es quien nos llama, él nos respalda, nos capacita y nos suple todo lo que necesitamos para hacer el trabajo que nos ha mandado hacer. Lo único que necesitamos es tener un corazón dispuesto y agradecido.

Moisés aceptó el llamado y Dios lo convirtió en un gran líder. Hace un tiempo atrás yo decidí aceptar el llamado de Dios y él puso en mi camino gente del Reino para ayudarme a crecer y a formarme como líder y ministro de su Palabra. Durante el camino tuve muchos tropiezos, muchas piedras trataron de determe pero Dios siempre estuvo y ha estado guiándome y dirigiéndome así como lo hizo con Moisés. Las puertas que me fueron cerradas por el hombre, Dios las abrió porque fue él quien me llamó y me ha bendecido tanto y ha hecho tantas cosas grandes en mi vida que hoy día me alegro de haber aceptado ese llamado.
Tuve un gran líder al cual le agradezco grandemente el que haya obedecido a Dios y se haya dejado usar para crear un ministerio el cual se dedica a evangelizar y formar líderes para el Reino de Dios. De este gran líder aprendí este gran pensamiento: "El mundo llama a los capacitados, más Dios capacita a los llamados." Si Dios te llamó, él te va a respaldar y te va a capacitar. No dudes, no temas y acepta su llamado. La obediencia trae bendición. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©



miércoles, 22 de julio de 2009

Hacedores de Su Palabra


Santiago 1:19-27 (Nueva Versión Internacional)

19 Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse;20 pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere.21 Por esto, despójense de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles la vida. 22 No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica.23 El que escucha la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira el rostro en un espejo24 y, después de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo es.25 Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla. 26 Si alguien se cree religioso pero no le pone freno a su lengua, se engaña a sí mismo, y su religión no sirve para nada.27 La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo.


Mientras más leo la Palabra de Dios más agradecida le estoy a él de permitirme el privilegio de poder leerla, estudiarla y vivirla. En esta porción de Santiago se nos exhorta a no sólo leerla sino a ponerla en práctica.


Cuando aprendemos algo nuevo y no lo ponemos en práctica es como si nunca lo hubiéramos aprendido. Imagine a un estudiante de medicina que está durante tantos años aprendiendo tanta teoría acerca del cuerpo humano y enfermedades. Aparte de todo lo básico que tiene que aprender al respecto, también necesita aprender las técnicas y destrezas que se utilizan en diferentes intervenciones para las distintas enfermedades, etc. Imagine usted si sólo se quedara con la teoría y no lo pusiera en práctica, creo que de nada le serviría. Yo soy enfermera graduada y sé que para poder dar un buen servicio hay que poner en práctica lo aprendido.


Lo mismo sucede con la Palabra de Dios, la cual es una guía que se nos ha sido entregada para aprenderla y ponerla en práctica. Así como el médico para poder tener éxito en su carrera necesita practicar lo aprendido, también necesitamos poner en práctica lo que nos dice el Señor a través de su Palabra.


No se trata sólo de cargarla y leerla, se trata de vivirla. En ella encontramos paz, sabiduría, diligencia, amor, nos hace sensibles al dolor de los demás, nos enseña a ser siervos y misericordiosos. La Palabra de Dios nos da libertad y puede transformar un corazón de piedra en un corazón sensible.


Te invito a que seas hacedor de Su Palabra, a que encuentres en ella tu pasado, tu presente y tu futuro. Leela, escúchala y vívela. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©


martes, 21 de julio de 2009

Pulido como el oro

Job 23:10-11 (Reina-Valera 1960)

10 Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro.
11 Mis pies han seguido sus pisadas; Guardé su camino, y no me aparté.


Job fue un varón recto delante de Dios el cual poseía prosperidad, era un buen padre y sacerdote de su familia. Satanás entra en la presencia de Dios haciéndole ver que Job le servía sólo por las bendiciones que Dios le daba y que si Dios se las quitaba Job se apartaría de él. Dios conociendo el corazón de Job le permite a Satanás probarlo haciéndole perder todas sus posesiones y hasta sus hijos. Pero Job se mantuvo fiel y le demostró a Satanás que él le servía a Dios de corazón y no por interés. Satanás volvió a ir delante de Dios a decirle que si le afligía el cuerpo a Job causándole enfermedad, éste le maldeciría. Dios le permitió al enemigo causarle una terrible enfermedad en donde hasta su propia esposa le aconsejó que blafemara en contra de Dios, pero Job se mantuvo sumiso.


Ciertamente Job pasó un tiempo difícil y amargo, en donde como ser humano se quejó de lo que le estaba pasando, pero en ningún momento dejó de confiar en su Dios. Muchas veces en nuestra vida pasamos por momentos terribles, pruebas que humanamente pensamos que no podemos pasar. Pero cuando reconocemos con un corazón sincero que Dios está con nosotros aunque vengan todos las pruebas o los ataques que el enemigo nos quiera bombardear, salimos victoriosos y recuperados y con muchas más bendiciones de las que teníamos antes.


Job confiaba en que Dios conocía su camino, su corazón. Él sabía que de esa prueba de fuego saldría purificado como el oro porque siguió Su camino y no se apartó de él. Hay situaciones en la vida que suelen ser muy dolorosas y difíciles y hasta casi imposibles de soportar. El enemigo nos roba y nos quita las cosas por las cuales hemos luchado y hasta a la gente que más hemos amado. Jesús, nos dijo que confiaramos pues él venció y llevó todas nuestras aflicciones en la cruz.


Job salió victorioso de su prueba. Le demostró a Satanás que su corazón era puro y que amaba a Dios por sobre todas las cosas y Dios lo bendijo y le dió más de lo que anteriormente había poseído. Aunque no entendamos el por qué de las cosas.... A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Dios les bendice.


Enid Damaris Zamora ©

lunes, 20 de julio de 2009

Cantad alegres a Dios

Salmos 100 (Reina-Valera 1960)

Exhortación a la gratitud
Salmo de alabanza.

1 Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. 2 Servid a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo. 3 Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. 4 Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. 5 Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones.

El Salmo 100 es un salmo que nos invita a alabar a Dios en gratitud a Su gradeza. Es un salmo de alabanza en donde nos invita a adorarle y a alabarlo con alegría y a reconocer que somos sus hijos, ovejas de su prado, por lo cual debemos estar agradecidos por el cuidado que él nos ofrece como nuestro pastor.

Cada vez que lleguemos a nuestra iglesia la cual es la casa de Dios, debemos hacer memoria de este salmo y entrar por esas puertas con acción de gracias y con alabanzas a su nombre. El Señor busca adoradores que le adoren en espíritu y en verdad, con corazones sinceros y dispuestos a servirle y a adorarle.

Así como dice este salmo...Entremos con actitud de alabanza y gratitud, pues él es bueno y su misericordia y verdad es para con nosotros, para los que estuvieron antes de nosotros y para las generaciones venideras. Nuestro Dios es el mismo ayer, hoy y siempre. Entremos por sus atrios con acción de gracias y alabanzas, él merece toda la gloria y honra. Dios es bueno......inmensamente bueno. Así que levanta tu voz y canta, que tu alabanza suba como olor fragante ante su presencia y únete al coro celestial. No importa las circunstancias, que no cese la alabanza a nuestro Dios. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora ©

domingo, 19 de julio de 2009

Nuestra Paz, Refugio y Confianza


Juan 14:27 (Reina-Valera 1960)
27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.


Salmos 46:10-11 (Reina-Valera 1960)
10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. 11 Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah


Juan 16:33 (Reina-Valera 1960)
33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

2 Tesalonicenses 3:3 (Reina-Valera 1960)
3 Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.


La Palabrade Dios está llena de promesas para nuestras vidas. En momentos de temor, dolor, desesperación y aflicción podemos encontrar en ella palabra de vida y de aliento para nuestras vidas. Nuestro Dios es un Dios de amor y misericordia y sobre todo fiel. Él desea que podamos vivir tranquilos y confiados en que mientras le sigamos, le honremos y le adoremos su mano protectora siempre estará con nosotros.


Ciertamente es claro que estamos viviendo tiempos difíciles, tiempos en donde vemos cómo se cumple lo escrito en su Palabra para los días postreros. Pero Jesús estando aún en este mundo les dio palabra de vida y seguridad a sus discípulos y esa Palabra es también para nosotros. Debemos estar quietos y descanzar en que Su Espíritu Santo está entre nosotros para protegernos y consolarnos. Él es nuestro Refugio y en él somos más que vencedores. Descancemos en él. Dios les bendice.


Enid Damaris Zamora ©

sábado, 18 de julio de 2009

Caminando sobre el problema


Jesús anda sobre el mar


Mateo 14:22-36

22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. 25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: !!Un fantasma! Y dieron voces de miedo. 27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis! 28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.


Muchas veces nuestras vidas se convierten en un mar de circunstancias inesperadas que nos revolucionan la vida como una gran tormenta. De repente estamos seguros en nuestra barca y de un momento a otro se desata la tempestad. Es entonces cuando el miedo y la inseguridad se apoderan de nosotros de tal forma que no nos permiten ver que El que está con nosotros es mucho más poderoso que esa tempestad.


En medio de la dificultad, Jesús está ahí esperando que le extiendas tu mano para ayudarte a caminar sobre tu problema. Lamentablemente muchas veces nos desenfocamos y nuestro temor nos hace dudar y comenzamos a hundirnos. Pero el Señor en su infinita misericordia te da la oportunidad de volver a confiar, extender tus brazos y alcanzar la victoria.


No sé cómo se llame tu mar de dificultades, lo que sí sé es que Jesús no es un fantasma y mucho menos está muerto. Él está vivo y quiere ofrecerte vida y vida en abundancia. No dudes, sólo confía y cuando él te llame a caminar sobre las aguas, mantén tu mirada arriba, tu cabeza en alto y tu fe activada. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

viernes, 17 de julio de 2009

Él es nuestra seguridad y protección


Salmos 91 (Reina-Valera 1960)

Morando bajo la sombra del Omnipotente


1 El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. 2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. 3 El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora. 4 Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. 5 No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, 6 Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. 7 Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. 8 Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos. 9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, 10 No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. 12 En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra. 13 Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. 14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. 15 Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. 16 Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.


Ciertamente la Palabra de Dios es viva y eficaz y está llena de promesas que nunca expiran y están presentes en todo momento. En momentos difíciles como los que estamos viviendo a causa de situaciones económicas, revoluciones en los gobiernos, plagas y pestes como los viruses que están afectando la salud de la humanidad podemos descanzar en sus promesas.


Este salmo está lleno de promesas para tu vida, promesas de seguridad y protección las cuales debes de activar creyendo en él y en su Palabra. Ciertamente debemos nosotros tomar las precauciones debidas y mantenernos informados de todo lo que acontece. Pero debemos permanecer quietos (no desesperarnos) y confiar en que nuestro Dios es el que nos libra de toda peste destructura. Declara esta Palabra en tu vida y en tu casa, él te cubre con sus plumas y debajo de sus alas estrarás seguro.


Nuestro Dios es fiel y cumple sus promesas, él escucha a aquellos que le invocan y a él claman y les responde. Esta Palabra es fiel. Él desea saciarte de larga vida y mostrarte su salvación. No temas, en medio de todas las circunstancias por las que podamos pasar, él es nuestro Escudo Protector y nuestra Fortaleza. Él te dice en Jeremías 33:3 "Clama a mí y yo te responderé." Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

jueves, 16 de julio de 2009

Renovados por Él

Jeremías 33:6

6 He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.


El amor que Dios siente por nosotros sobrepasa todo entendimiendo. Él sana nuestras vidas y a la misma vez nos revela paz y verdad, algo que necesitamos para vivir una vida en el orden que Dios quiere para nosotros. Si quieres vivir una vida de orden, amor, sanidad y revelación pídele a Dios con autoridad y fe que restablezca tu vida y deseche todo lo que te hace daño y te impide crecer alejándote del plan hermoso que Dios tiene contigo. Sentirás como dejas una carga pesada atrás y te acercas al Señor abriéndole paso al plan maravilloso que te espera. El Señor es medicina que sana y restaura nuestra vida. Sean Bendecidos.
Por: Yomarie Rosario Centeno

miércoles, 15 de julio de 2009

Activando el Poder de Dios


Curación de un cojo

Hechos 3:1-10

1 Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. 2 Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. 3 Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. 4 Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. 5 Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. 6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. 7 Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; 8 y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. 9 Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. 10 Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido.


Luego que Jesús resucitó y ascendió al cielo, tal y como él le había dicho a sus discípulos, vino sobre ellos el Espíritu Santo y derramó su poder en ellos. De ahí en adelante comienza el trabajo que fue encomendado por Jesús antes de subir al cielo; la Gran Comisión, exparcir el mensaje de salvación a toda criatura.


En este pasaje vemos cómo Pedro y Juan revestidos del poder del Espíritu Santo, activan la Palabra decretada por Jesús cuando les había dicho que cosas mayores de las que habían visto mientras anduvieron con él ellos harían en Su nombre. Este hombre el cual era cojo de nacimiento era llevado todos los días al templo a pedir lismosna a los que allí entraban, ya era su costumbre el pedir para su sustento debido a su condición física.


Me imagino que aquel hombre vivía día a día acostumbrado a su situación y esperando que al menos algunos de los que le pasaban por el lado tuvieran compasión de él. Pedro y Juan llegaron a la puerta del templo y encontraron a este hombre el cual les pidió una limosna, esperanzado que estos dos hombres se compadecieran de él y les diera lo que pedía. Pero ese día, aquel cojo recibió más que una limosna. Pedro y Juan no tenían dinero para darle, pero de lo más grande que habían adquirido, de eso le dieron. Activaron su fe y el poder dado por el Espíritu Santo y con toda la autoridad que les fue dada por Jesús y en Su nombre declararon sanidad en la vida de aquel cojo el cual se levantó y pudo glorificar a Dios en medio de su milagro.


Nosotros como hijos de Dios,al igual que Pedro y Juan, tenemos el poder que nos ha sido dado por medio del Espíritu Santo para declarar vida y sanidad en nuestras vidas y en la de los demás. Sé valiente, activa tu fe y declara con tu boca la Palabra que ya fue decretada para ti y verás cosas grandes ocurrir en tu vida. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

martes, 14 de julio de 2009

Alcanzando su Reino

Jesús bendice a los niños

Marcos 10:13-16

13 Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. 14 Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. 15 De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. 16 Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.


Cuando observo el comportamiento de mis hijos, cuando dialogo con ellos y los veo tan inocentes viviendo a plenitud cada día sin afanes ni temores, puedo comprender esta declaración que hace Jesús al decir que debemos ser como un niño para llegar a su reino.


El corazón de un niño es un corazón puro y sin maldad. En sus pensamientos no hay otra cosa que no sea divertirse y amar a aquellos que le rodean y los protegen. En ellos podemos encontrar amor, perdón, pureza, bondad, sensibilidad, honestidad y mucha sinceridad.


Cuando mis hijos me abrazan, me dicen que me aman y hacen todo lo posible por que yo esté bien y me sienta feliz, puedo ver reflejado en ellos el amor de Cristo. Ver cómo me aman sin limitaciones, con tanta pureza y sensibilidad me hace ver que cuando Jesús dice en este pasaje que debemos ser como los niños para entrar en su reino, debemos ser de la misma manera que son ellos. Los niños confían totalmente en la seguridad de sus padres, asi mismo debemos nosotros confiar en que nuestro Padre celestial nos cuida y protege.


Yo deseo ser como un niño y poder alcanzar el Reino de Dios. Si tú deseas alcanzar su reino, te invito a que seas también como un niño. Pídele al Señor que purifique tu corazón, que cree en ti un corazón sensible lleno de bondad y amor hacia el prójimo. Confía totalmente en que Dios es tu Padre que te ama y nunca te deja. Ríe, juega, canta y vive como un niño, y alcanzarás su Reino y todas sus bendiciones. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

lunes, 13 de julio de 2009

Él es el agua de vida

Jesús y la mujer samaritana

Juan 4:5-42

5 Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. 6 Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. 7 Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. 8 Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. 9 La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. 11 La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? 12 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? 13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. 15 La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. 16 Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá.
17 Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido;
18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. 19 Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta. 20 Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. 21 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. 23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. 25 Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas. 26 Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo. 27 En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella? 28 Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: 29 Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo? 30 Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él. 31 Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. 32 El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. 33 Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? 34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. 35 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. 36 Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. 37 Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega. 38 Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores. 39 Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho. 40 Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días. 41 Y creyeron muchos más por la palabra de él, 42 y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.



La mujer samaritana halló en el pozo algo mucho más allá del agua que iba a buscar. Jesús vino a salvar a toda vida que le reconozca como Salvador y se arrepienta. Jesús rompió los esterotipos y los límites entrando en Samaria siendo él un judío, pues en su infinita misericordia mostró con este acto que todos somos iguales para nuestro Padre Celestial.


Aquella mujer al igual que los demás samaritanos que le reconoceiron como el Cristo encontraron agua de vida. ¿Deseas tú beber de esa agua que calma la sed y salta para vida eterna? Espero que si. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©

domingo, 12 de julio de 2009

En Jesús encontré la vida (Testimonio)


Romanos 10:9-13

9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. 11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. 12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.



A pesar de que llevo poco tiempo en los caminos del Señor, sirviéndole fielmente, cuando leo esta palabra me acuerdo de lo vacía que me encontraba hace unos meses atrás y recorre algo grande dentro de mí que es totalmente inexplicable. Automaticamente el Señor me deja saber que con tan sólo haber escuchado atentamente su llamado, haberle sido fiel y pedido en humildad que sanara mi vida, invocando su nombre y reconociendo que él era el único capaz de levantarme de aquella oscuridad dándole luz a mi vida, fue suficiente para quedar totalmente libre y a salvo de las ataduras que el enemigo tramaba para conmigo. Ahora le sirvo a Dios con un corazón sano y dispuesto, pidiéndole a diario que sea él poniendo palabras de vida en mi boca para ayudar a sanar a otras vidas por medio del poder y la autoridad que él Señor nos puede dar. Así que si no has tenido un encuentro real con Dios, te invito a que le des la oportunidad de ser llamado su hijo por medio de su salvación y de su misericordia, confesando con la boca todo pecado y toda necesidad, permitiéndole al Señor que sane y restaure tu vida.


No te arrepentirás de dar ese paso tan maravilloso en tu vida, sólo confía en él y verás como caerá sobre tí una lluvia de bendiciones cada día sobre ti y tu casa. Sean Bendecidos.


Por: Yomarie Rosario Centeno

sábado, 11 de julio de 2009

Ungiendo los pies del Maestro



Jesús en el hogar de Simón el fariseo

36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. 37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; 38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. 39 Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. 40 Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. 41 Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; 42 y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? 43 Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. 44 Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. 46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies. 47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. 48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. 49 Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados? 50 Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz. Lucas 7:36-50



Que hermoso es saber que Jesús nos ama tal cual somos. Cada vez que leo en la Biblia una historia como esta mi corazón se conmueve y se desborda en agradecimiento. Cuando los demás nos juzgan y nos persiguen y no nos reciben tal cual somos, Jesús está listo a amarnos y perdonarnos.


A esta mujer le importó poco en casa de quién o con quién estaba Jesús. Ella sólo anhelaba encontrar al Maestro, servirle y recibir su perdón ofreciéndole al Señor todo el amor que tenía, es por eso que Jesús le contesta al fariseo, que mucho se le perdonó, por cuanto mucho amor le brindó al Señor. El farisero no pudo discernir lo que allí estaba pasando, pues estaba pendiente a las apariencias y los protocolos y se olvidó de ver quién realmente era ese hombre al cual él mismo le había rogado que fuera a su casa a comer.


Me imagino la experiencia de adoración tan hermosa que tuvo aquella mujer. Ella se humilló y reconoció sus pecados y reconoció que la salvación había llegado a su vida. Ella reconoció que Aquel hombre era el Señor, el que la amaba, comprendía y perdonaba y miraba sólo su corazón, pues él sabía que aquellas lágrimas eran de arrepentimiento genuino y de agradecimiento.


Nuestro Dios es un Dios de amor y misericordia y un Dios de oportunidades. No importa cual sea tu condición, él está dispuesto a amarte y perdonarte. Te invito a que hagas lo que hizo esta mujer, reconoce al Salvador en tu vida, adórale, unge los pies del maestro con una adoración genuina que suba hasta su trono como olor fragante. Si te encuentras afligido, derrama tus lágrimas sobre sus pies como lo hizo aquella mujer y recibe su amor, recibe su consuelo y recibe su perdón. De la misma manera que por fe aquella mujer fue libre y perdonada, así mismo, por fe puedes alcanzar su misericordia y su perdón y recibir su paz. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora ©


viernes, 10 de julio de 2009

Pedid, Buscad y Llamad

Mateo 7:7-12

7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?
11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? 12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

Es maravilloso saber que el Señor nos dice: "Pedid y se os dará; buscad y hallareís; llamad y se os abrirá."Que Grande es el Señor, que siempre está presente para nosotros. Me pongo a pensar y digo: "Señor, si yo le doy todo lo que puedo y tengo a mis hijos y cuando no lo tengo busco la manera de conseguirlo para verlos felices, cuan grande eres Tú con nosotros tus hijitos, que sin reserva alguna nos das todo aquello que te pedimos, conoces de arriba a abajo nuestras necesidades y siempre estas presente y fiel para nosotros.

Sólo nos pide que seamos y hagamos con los demás como nos gusta que sean y hagan con nosotros, suena difícil, pero si le pedimos al Señor que transforme nuestro carácter y nuestro pensamiento el Señor así lo hará, y podremos ver las necesidades de otros de una manera distinta y actuar diferente. Sean Bendecidos.


Por: Yomarie Rosario Centeno

jueves, 9 de julio de 2009

El Buen Pastor


Lucas 15 NVI


Parábola de la oveja perdida


1 Muchos recaudadores de impuestos y pecadores se acercaban a Jesús para oírlo,2 de modo que los fariseos y los maestros de la ley se pusieron a murmurar: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos.» 3 Él entonces les contó esta parábola:4 «Supongamos que uno de ustedes tiene cien ovejas y pierde una de ellas. ¿No deja las noventa y nueve en el campo, y va en busca de la oveja perdida hasta encontrarla?5 Y cuando la encuentra, lleno de alegría la carga en los hombros6 y vuelve a la casa. Al llegar, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo; ya encontré la oveja que se me había perdido." 7 Les digo que así es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta, que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.

El hijo de Dios vino a buscar a aquellos que andan perdidos y sin esperanzas. Así como un buen pastor deja su rebaño para ir en busca de la oveja perdida, nuestro Salvador va en busca de cada una de sus ovejas.

Cuando leo este pasaje y me pongo en el lugar de aquella oveja, me siento tan feliz y agradecida de que mi Pastor Jesús haya dejado todo el rebaño tan sólo por ir a buscarme. Me imagino siendo cargada en sus brazos, protegida y aliviada de ser librada de las garras de algún animal salvaje.

Nuestro Dios es un Dios de amor y misericordia. Jesús dice en esta parábola, que él vino a buscar lo que se ha perdido. Si eres una oveja que te encuentras fuera del redil, hoy te invito a que te dejes encontrar por el Buen Pastor Jesús. Él te está llamando a ser parte de su redil y desea librarte de las garras del maligno y darte vida. Él desea llevarte día a día a nuevos pastos frescos, y darte agua de vida que sacie tu sed. Permítele que te cargue en sus brazos de amor. Dios te bendice.


Enid Damaris Zamora©


miércoles, 8 de julio de 2009

Salmo 27


Salmos 27

Jehová es mi luz y mi salvación

Salmo de David.
1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? 2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. 3 Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado.4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.5 Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto.6 Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo;Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.7 Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo;Ten misericordia de mí, y respóndeme.8 Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová; 9 No escondas tu rostro de mí. No apartes con ira a tu siervo; Mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá.11 Enséñame, oh Jehová, tu camino, Y guíame por senda de rectitud A causa de mis enemigos.12 No me entregues a la voluntad de mis enemigos;Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes.14 Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.
Quiero compartir contigo este Salmo que ha sido mi oración durante los últimos años de mi vida. Mientras caminaba por mi desierto iba experimentando la mayoría de las cosas que menciona David en este salmo, al igual que él podía declarar con mi boca que mi Dios es mi luz y mi salvación. Pude sentir como dice este salmo, que Jehová me ocultó en su tabernáculo y sobre una roca me puso en alto. Él ha sido mi sustento. Cuando murieron mis padres, en mi humanidad sentí aflicción y desesperación al sentirme desamparada, pero he podido sentir que con todo Él me ha recogido y hasta el día de hoy a mis hijos y a mí no nos falta nada ni nos faltará.
A Jehová clamé en medio de mi angustia y Él me respondió. Si hoy te encuentras atravesando tu desierto te invito a que clames a Él pidiendo su misericordia. Sé que Él inclinará su rostro hacia ti y te responderá. Muchas veces somos señalados, perseguidos y juzgados injustamente, pero Jehová es quien levanta nuestras cabezas en alto y mientras le busquemos de corazón y le obedezcamos podremos ver su bondad. Asi que esfuérzate, alienta tu corazón y espera en Jehová. Él siempre llega a tiempo. Dios te bendice.

Enid Damaris Zamora ©

martes, 7 de julio de 2009

Alcanzando su Manto



La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús
(Mt. 9.18-26; Mr. 5.21-43)
40 Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo; porque todos le esperaban.41 Entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa; 42 porque tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo.Y mientras iba, la multitud le oprimía. 43 Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada,44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre. 45 Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado? 46 Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí. 47 Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. 48 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz. 49 Estaba hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro. 50 Oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva. 51 Entrando en la casa, no dejó entrar a nadie consigo, sino a Pedro, a Jacobo, a Juan, y al padre y a la madre de la niña. 52 Y lloraban todos y hacían lamentación por ella. Pero él dijo: No lloréis; no está muerta, sino que duerme. 53 Y se burlaban de él, sabiendo que estaba muerta. 54 Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate. 55 Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que se le diese de comer. 56 Y sus padres estaban atónitos; pero Jesús les mandó que a nadie dijesen lo que había sucedido. Lucas 8"40-56
Este pasaje de la hija de Jairo y la mujer del flujo de sangre es uno de los pasajes que más utilizo cuando tengo que darle palabras de aliento, de fe y esperanza a una persona que se encuentra enferma y agobiada por su enfermedad. Padecer una enfermedad terminal, o tener a algun familiar en condición crítica es algo doloroso y agobiante y muchas veces frustrante al sentirnos impotentes de ver a nuestro ser querido sufriendo y no poder hacer nada por ayudarle.
Pero hay algo que hace la diferencia en estos dos casos presentados en este pasaje bíblico. El padre de la muchacha enferma y la mujer del flujo de sangre tuvieron un encuentro con Jesús y ambos tuvieron fe y alcanzaron misericordia. La muchacha fue sana y resucitada por la fe de su padre y la mujer del flujo de sangre luchó contra todo obstaculo por alcanzar su sanidad, ella sabía y confiaba que con tan sólo tocar el manto de Jesús sería sana, y por su fe recibio sanidad.
En lo personal he tenido la maravillosa experiencia de sentir esa sanidad, tanto en mi vida como en la vida de seres queridos. No se cual pueda ser el nombre de tu enfermedad, puede ser física, emocional o hasta espiritual. Lo que sí te puedo garantizar es que si declaras con tu boca asi como declaró aquella mujer, y extiendes tu mano hacia el manto del Maestro, encontrarás esa sanidad que tanto necesitas. Sólo confía en Él y declara solo cosas positivas para tu vida y la de tu familia. Activa tu fe, obedece y verás como Él se glorificará en tu vida. Dios te bendice.
Enid Damaris Zamora ©


lunes, 6 de julio de 2009

El Señor es mi Canción



"Te cantaré oh Dios, un cántico nuevo"

Salmo 144:9


Cuando escuchamos por primera vez el término "cántico nuevo", podríamos pensar que quizás se trata de una nueva canción que no conocemos. ¡Pues nada más cierto que eso! Ciertamente es una nueva canción. Una canción que no habíamos escuchado antes pues nace espontáneamente de nuestro corazón en agradecimiento y adoración a Aquel que nos da Su paz en medio de las situaciones de la vida.




Si tienes algo por lo cual agradecerle, dícelo cantando. Es una oración convertida en alabanza, que nace de tu corazón con un toque de melodía en la cual combinas los acordes perfectos que se unen junto a tus palabras creando así ese nuevo cántico que sale de tu boca en adoración y alabanza a Él. Nuestro Dios habita en medio de nuestras alabanzas. Dios te bendice.




Enid Damaris Zamora ©

domingo, 5 de julio de 2009

Los Cielos Cuentan Su Gloria


Salmo 19

1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
2 Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría.
3 No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz.
4 Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol;
5 Y éste, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra cual gigante para correr el camino.
6 De un extremo de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se esconda de su calor.
7 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
8 Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.
9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.
10 Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.
11 Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón.
12 ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.
13 Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.
14 Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.

Versión: Reina Valera 1960